El Festival Bach de San Sebasti¨¢n, una excepci¨®n

?Es posible en nuestro panorama cultural, donde la desorganizaci¨®n y la apat¨ªa alcanzan a veces ribetes tercermundistas, mantener durante a?os una alternativa musical seria, rigurosa, sin aspavientos propagand¨ªsticos y adem¨¢s abierta el p¨²blico de forma gratuita? El Festival Bach, que ha cumplido con la de este oto?o 15 ediciones consecutivas, constituye una excepci¨®n impagable que lo demuestra.Nacido a la sombra de las actividades del Orfe¨®n Donostiarra, que pronto supo convertirse en una instituci¨®n viva y dinamizadora, el festival ofrece cada a?o, a lo largo de una semana, una muestra significativa del legado inmenso del Cantor de Santo Tom¨¢s, expuesta siempre -y sobre todo en las m¨¢s recientes convocatorias, desde que se cuenta con la cobertura econ¨®mica de la diputaci¨®n guipuzcoana- por int¨¦rpretes de reconocida solvencia, cuando no de primer rango.

El certamen ha estado este a?o fragmentado en dos bloques: uno, el abierto por Jos¨¦ Manuel Azkue, en agosto, con la primera parte de la integral organ¨ªstica bachiana (que ser¨¢ completada en la pr¨®xima edici¨®n), y un segundo que ha tenido lugar a comienzos de la presente semana.

La actuaci¨®n, el mi¨¦rcoles, del coro y la orquesta que dirige J¨¹rgen J¨¹rgens fue la culminaci¨®n de esta ¨²ltima fase, en la que pudimos escuchar los recitales de Klaus-Uwe Ludwig al ¨®rgano y de Rafael Puyana al clave.

La hermosa iglesia de Santa Mar¨ªa, contempor¨¢nea de la monumental Misa en si menor, puso un marco arquitect¨®nico y ac¨²stico singularmente adecuado a la reconstrucci¨®n historicista que J¨¹rgens y sus m¨²sicos hacen de la partitura.

El gran tricentenario que se avecina del coloso de Eisenach y que nos hemos anticipado a conmemorar con la primicia de su obra organ¨ªstica se merece el esfuerzo de una versi¨®n exigente y actual de la Pasi¨®n seg¨²n san Mateo, en la que habr¨ªa que ir pensando.