James Billington
Un historiador de la URSS busca espa?oles para estudiar en Estados Unidos
James H. Billington, norteamericano de 55 a?os nacido en Filadelfia, dirige desde 1973 el Woodrow Wilson International Centre for Scholars, una fundaci¨®n acad¨¦mica creada en 1968 en memoria del 28? presidente de EEtU con la vocaci¨®n expl¨ªcita de "trabajar para los hombres, y no para las palomas, como la mayor¨ªa de estos memorials, que" seg¨²n Billington, "no hacen otra cosa sino levantar estatuas". Recientemente, el centro ha lanzado un nuevo programa de estudios europeos, y Billington vino hasta Madrid a anunciar la buena nueva, que puede facilitar el camino hacia Washington a m¨¢s estudiosos procedentes de Espa?a.
El director del Woodrow Wilson Centre demuestra, sin embargo, un inter¨¦s especial en separar el cargo de la persona y su personaje de la pol¨ªtica. "Recibirnos fondos privados y del Congreso de EE UU, no de la Casa 13lanca", reitera en dos momentos de la entrevista. En otro, confiesa que tiende a hablar demasiado, "como todos los profesores que se han apartado de la c¨¢tedra".James Billington ha dedicado, en efecto, la mayor parte de su vida a la actividad acad¨¦mica. Graduado en la Universidad de Princeton en 1950 y doctor por la Universidad de Oxford en 1953, ha ense?ado Historia en Princeton, Harvard y Helsinki y ha sido profesor invitado en las universidades de Leningrado y Mosc¨². Su especialidad es la historia cultural y pol¨ªtica de la URSS, y la publicado obras como El icono y el hacha. Una historia interpretativa de la cultura rusa, o Fuego en las mentes de los hombres. Or¨ªgenes de la fe revolucionaria.
Billington conoci¨® adem¨¢s la obra de Ortega y Gasset, en especial La Espa?a invertebrada, que dice haber utilizado para redactar un amplio apartado de El icono y el hacha en el que establece un paralelismo entre la cultura espa?ola y la rusa. Partiendo de la "fascinaci¨®n que los intelectuales rusos del siglo XIX -como el, m¨²sico Glinka o los escritores Gogol y Dostoievski- sintieron por este extremo meridional de Europa", el historiador norteamericano encontr¨® unos elementos comunes, que describe de la siguiente manera: "Tanto en Espa?a como en Rusia, la pol¨ªtica y la religi¨®n aparecen fuertemente implicadas como consecuencia de la resistencia a la invasiones, aunque los ¨¢rabes trajeron a Espa?a una cultura que los turcos no llevaron nunca a Rusia".
En su opini¨®n, esto da origen a fen¨®menos extra?amente paralelos, en los que se conjugan un cierto fanatismo con una fuerte tradici¨®n anarquista, y de los que resulta ".una dificultad com¨²n para adaptarse a la normalidad democr¨¢tica europea". "Esperemos", a?ade con una sonrisa, "que los sovi¨¦ticos sigan en el futuro el magn¨ªfico ejemplo de la transici¨®n democr¨¢tica espa?ola".
Sobre el momento actual de las relaciones sovi¨¦tico-norteamericanas, Billington, que acompa?¨® a Mosc¨² a las tres ¨²ltimas delegaciones de su pa¨ªs que han visitado la capital de la URSS, reconoce que "la principal dificultad es el problema que tienen los sovi¨¦ticos para volver a la mesa de Ginebra, despu¨¦s de haberla abandonado. Habr¨¢ que darles nuevas bases de di¨¢logo, pero esencialmente es su problema. Ellos lo crearon cuando se marcharon, y no creo que Occidente tenga obligaci¨®n de hacer gran des concesiones para que vuelvan".Mientras otea el horizonte en busca de signos que le permitan formular un dif¨ªcil pron¨®stico acerca de si la URSS, evolucionar¨¢ por la l¨ªnea del "renacimiento que la cultura rusa conoci¨® en los tiempos de Jruschov" o en la direcci¨®n involutiva que marcan los actuales dirigentes, "supervivientes y beneficiarios, en definitiva, de las purgas de Stalin" Billington sigue ocup¨¢ndose de su Wilson Centre, un hermoso castillo que se encuentra en el Mall, a medio camino entre la Casa Blanca y el Capitolio.
Menciona los nombres de Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes como hispanos que han pasado por el centro. Sus puertas est¨¢n abiertas a los acad¨¦micos con doctorado o a los profesionales que justifiquen m¨¦ritos relevantes.
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