Adi¨®s gitano a la se?ora Gandhi
No quisiera que entre las muchas manifestaciones que seguro se producir¨¢n durante alg¨²n tiempo a ra¨ªz del asesinato de la primera ministra de la India, Indira Gandhi, faltara este comentario, que redacto emocionado nada m¨¢s enterarme de tan execrable magnicidio. Y lo hago motivado por dos impulsos convergentes. El primero, porque siendo el origen de los gitanos la gran naci¨®n india, la se?ora Gandhi se mostr¨® siempre sumamente interesada por el destino y las condiciones de vida de los m¨¢s de 12 millones y medio de gitanos que habitan en Europa, prest¨¢ndonos en todo momento la colaboraci¨®n que desde una perspectiva cultural se le solicit¨®. El segundo impulso es de car¨¢cter personal. He conocido y tratado a esta gran figura de la pol¨ªtica mundial en varias ocasiones, y conservo de ella el recuerdo entra?able de la entrevista que me concedi¨®, con car¨¢cter privado, hace menos de un a?o, en su residencia oficial de Nueva Delhi.Fue en 1974 cuando la se?ora Gandhi presidi¨® el primer encuentro de representantes gitanos de todo el mundo. Junto a nosotros se interes¨® vivamente por el mantenimiento de nuestra cultura y desde entonces apoy¨® todas las iniciativas que s¨ªstem¨¢ticamente hemos venido realizando durante los ¨²ltimos 10 a?os en gran cantidad de pa¨ªses.
Confieso que este asesinato me causa una gran impresi¨®n tanto por la desaparici¨®n del personaje como porque es consecuencia de los graves enkentamientos que existen en el Estado de Punjab, que, por otra pi arte, es el lugar exacto donde naci¨® el pueblo gitano hace much¨ªsimos siglos. Recuerdo la expresi¨®n de la se?ora Gandhi cuande personalmente le explicaba algunos datos hist¨®ricos demostrativos de nuestro origen indio, y m¨¢s espec¨ªficamente del conflicto de Punjab. Efectivamente, a Punjab llegaron los arios 15 siglos antes de Cristo; por el noroeste del pa¨ªs se produce la primera invasi¨®n ¨¢rabe de la India: por este mismo lugar el sult¨¢n Mahmud entra y sale del gran subcontinente y se lleva consigo las primeras expediciones de esclavos gitanos, que m¨¢s tarde se extender¨ªan por toda Europa.
Sab¨ªa que Indira Gandl¨¢ ten¨ªa un especial conocimiento de esta ¨¦poca de la historia de su pa¨ªs, por lo que no me extra?¨® que escuchara con sumo agrado lo que, por otra parte, ya hab¨ªan descubierto y analizado en profundidad los estudiosos gitanos indios que desarrollan su labor investigadora y docente en la importante Universidad de Patiala, en el Punjab. El sult¨¢n Mahmud, que ascendi¨® al poder en el a?o 977, ampli¨® sus dominios en todas direcciones en un per¨ªodo de 30 a?os. En 1025 realiz¨® una gran campa?a b¨¦lica para dom¨ªnar la India y all¨ª se encontr¨® ju¨¢tamente con nuestros antepasados gitanos, que, seg¨²n cuenta un cronista de la ¨¦poca, molestaxon insistentemente a su ej¨¦rcito. Los Jats -posiblemente los antepasados directos de los gitanos europeos- no se conformaron con la dominaci¨®n del, sult¨¢n y Mahmud resolvi¨® castigarles ejemplarmente. En el a?o 1025 Mahmud bot¨® una flota de 1.490 barcos, arras¨® el Punjab y, dirigi¨¦ndose a los lugares donde se escond¨ªan los familiares de los jats (gitanos), los hizo prisioneros a todos. Tras esta victoria, el sult¨¢n regres¨¦ triunfante a Ghaznin con miles de gitanos-indios que, junto a los que huyeron antes de ser esclavos, constituyeron el primer grupo que inici¨® el ¨¦xodo hacia Occidente.
Mil dialectos
Desde entonces la historia del pueblo gitano puede hacerse sin ning¨²n tipo de conjetura, con toda la rigurosidad que proporcionan los m¨²ltiples docurrientos que avalan la presencia de los gitanos en los diferentes lugares por los que fueron pasando. Todo el mundo sabe que en la India se hablan unos 30 idiomas y m¨¢s de 1.000 dialectos, a pesar de que el hindi sea la lengua oficial. El idioma que hablamos todos los gitanos del mundo, denominado roman¨®, tiene su origen en el s¨¢nscrito y constituye la lengua de una gran mayor¨ªa de los habitantes actuales del Punjab. Existen numerosos trabajos sobre este fen¨®meno. Ocupan un lugar important¨ªsimo por su rigor los publicados por el doctor Rishi, ilustre gitano indio, y los del especialista en s¨¢nscrito sir Ralph L. Turner, que demuestran fehacientemenfe, por la v¨ªa de la investigaci¨®n filol¨®gica, el origen indio del pueblo gitano. Recuerdo con inusitada emoci¨®n hoy el gesto de agradable sorpresa de la se?ora Gandhi cuando le hablaba en cal¨® o roman¨®, comprobando que muchas de las palabras que utilizamos los gitanos espa?oles en nuestro lenguaje com¨²n las entend¨ªa perfectamente, identific¨¢ndolas con las que se usan en la tierra cuyos conflictos la han llevado a la muerte.
La se?ora Gandhi ten¨ªa ganas de volver a Espa?a. Me pregunt¨® con vivo inter¨¦s por las cosas de nuestro pa¨ªs, mostr¨¢ndose sumamente informada por la transici¨®n pol¨ªtica que hemos protagonizado y por los resultados que la incipiente democracia espa?ola estaba proporcionando a la naci¨®n. ?L¨¢stima que su deseo de ver personalmente la imagen renovada de un pa¨ªs que lucha por consolidar un nuevo r¨¦gimen de libertades no pueda verse cumplido por su muerte violenta!.
A nosotros, los gitanos europeos que hemos tenido la suerte de tratarla en diversas ocasiones y circunstancias, no nos quedar¨¢, ciertamente, la imagen de dama de hierro con que muchos, tal vez con raz¨®n, la retratan. A nosotros nos quedar¨¢ la imagen de una mujer fr¨¢gil, extraordinariamente dulce y sencilla, que se dejaba abrazar por las - gitanas rusas, yugoslavas, finlandesas o espa?olas. Una mujer que, olvid¨¢ndose de todo protocolo y hasta de su escolta de seguridad, se paseaba entre nosotros, en el Punjab, luciendo sobre sus hombros un gitan¨ªsimo mant¨®n como los que usan nuestras flamencas en Andaluc¨ªa y un pa?uelo atado a la cabeza como llevan todav¨ªa nuestras gitanas centroeuropeas. Y a m¨ª, personalmente, me quedar¨¢ el recuerdo del calor de sus manos, que, resisti¨¦ndose a soltar las m¨ªas, acentuaban su inter¨¦s cuando me dec¨ªa: "Usted ha de volver muchas m¨¢s veces a la India y quiero que sigamos hablando del pasado hist¨®rico de su pueblo, que tambi¨¦n es el m¨ªo".
Juan de Dios Ram¨ªrez Heredia es diputado por Almer¨ªa.
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