El Bar?a arrebata el liderazgo al F¨®rum, al que venci¨® en un espectacular partido
La t¨¦cnica se?alada a Epi, en el minuto 34, cambi¨® el signo del partido. Atr¨¢s quedaban las incertidumbres del marcador. De poco le sirvi¨® al F¨®rum haber dominado por cinco puntos al inicio del segundo per¨ªodo. Tampoco a Antoni Serra, t¨¦cnico barcelonista, le su puso un problema que algunos de sus jugadores tuvieran los cables cruzados. A partir de ese momento, se despert¨® la bestia, y el partido fue otro. Epi con cinco canastas, llenas de rabia y furia, rompi¨® con todo. El p¨²blico del Palau vibr¨® y anim¨® a los suyos, como se hac¨ªa hace algunos a?os en el Camp Nou. El Bar?a, por primera vez en la temporada, se situ¨® l¨ªder de su grupo.Los dos entrenadores hab¨ªan pensado que lo mejor, de salida, era marcar al hombre, con alguna alternativa zonal 3-2. Los emparejamientos eran distintos porque para Serra era mejor que Ansa se gastara con Salvo y que Davis tomara al escurridizo Singleton. Mario Pesquera, el entrenador del F¨®rum, ten¨ªa claro que Salvo deb¨ªa trabajarse a Epi, y Singleton v¨¦rselas con Howard. ?sta era la teor¨ªa, que llevada a la pr¨¢ctica puso el. marcador 27-16 a los 10 minutos. R¨¢pidamente se vio que el partido no era uno m¨¢s para los barcelonistas.
Pesquera replante¨® la batalla. No se pod¨ªan perder m¨¢s balones en ataque. Trumbo necesitaba calmarse y no precipitar sus acciones, y adem¨¢s se deb¨ªan meter m¨¢s balones dentro de la zona. Aprendida la nueva lecci¨®n, y con la ayuda barcelonista -estuvieron casi tres minutos si sumar un punto-, la igualdad lleg¨® al marcador. El Barcelona con empate a 31, no acertaba a frenar la serie de encestes de Puente, todos desde la parte baja de la zona, donde, aunque es muy sacrificado, tambi¨¦n hay que saber defender.
En este primer tiempo los ¨¢rbitros dieron una lecci¨®n de reglamento, aunque severamente aplicada. En un tiempo muerto soficitado por el Barcelona, cuando ya se iba a reanudar el juego, Pesquera continu¨® hablando con uno de sus jugadores, entonces se le se?al¨® un tiempo muerto adicional, por superar el ya solicitado. Como sus dos opciones estaban ya agotadas, se le indic¨® t¨¦cnica. Una jugada que muy pocos entendieron y que se ve muy pocas veces.
Al Barcelona le bastaron seis minutos en la reanudaci¨®n, para recuperar los tres puntos en contra del descanso (38-41). Entonces el F¨®rum ya ten¨ªa un problema grave: Salvo continuaba defendiendo a Epi, pero con cuatro faltas personales. Dos entradas magistrales de Soloz¨¢bal y las prime ras eliminaciones, no fueron m¨¢s que el preambulo de la tormenta.
Epi sentenci¨®
Era evidente que el marcaje a Epi era severo. El alero barcelonista recib¨ªa muchos golpes en los bloqueos, y en uno de ellos no pudo m¨¢s y reaccion¨®, cometiendo personal en ataque. Continu¨® hablando en tono irritado con los colegiados y se le indic¨® t¨¦cnica. Su reacci¨®n fue concentrarse al m¨¢ximo y anotar 10 puntos que despegaron al Barcelona en el marcador.
Epi, fue por unos instantes, el base que sub¨ªa el bal¨®n, el alero que encestaba en las posiciones m¨¢s dif¨ªciles, y el pivot que iba a un posible rebote. Todo el Barcelona era ¨¦l y m¨¢s, porque con sus gestos de rabia, cerrando sus pu?os, hizo sentir al p¨²blico como hac¨ªa tiempo no lo hac¨ªa.
El F¨®rum se diluy¨®. Aquello era demasiado para los de Pesquera. En los ¨²ltimos minutos sintieron la losa del p¨²blico del Palau, la de tener un super enfrente, y adem¨¢s se acordaron de que eran los l¨ªderes. Tanta responsabilidad los hundi¨®. Cuando se abrazaban en el vestuario y el entrenador les daba ¨¢nimos, todos coincid¨ªan en que hab¨ªan pagado la responsabilidad de llegar al ¨²ltimo tercio del partido con ventaja en el marcador y como l¨ªderes. Pero equipos como el F¨®rum son necesarios en el baloncesto espa?ol para que haya espect¨¢culo.
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