Investigaci¨®n sobre el traslado de los aerosoles que provocaron nueve muertos en Mond¨¦jar

Alfonso Guerrero Cencerrado, uno de los nueve fallecidos el pasado s¨¢bado en la explosi¨®n ocurrida en un chal¨¦ de Mond¨¦jar (Guadalajara), llevaba trabajando desde hace 16 a?os en Productos Cosm¨¦ticos, SA, de Torrej¨®n de Ardoz, la industria fabricante de los aerosoles que estallaron mientras eran manipulados, seg¨²n fuentes del Gobierno Civil de Guadalajara. En estos momentos se investiga la relaci¨®n de Guerrero con esta empresa y de qu¨¦ manera sali¨® de la f¨¢brica la partida de 8.000 aerosoles que fueron a parar al chal¨¦ de Mond¨¦jar.

Se tienen ya suficientes datos para poder reconstruir los momentos previos a la explosi¨®n. Al contrario de lo que se pens¨¦ en un principio, las 11 personas afectadas por el accidente -nueve muertos y dos ni?os heridos, todos ellos pertenecientes a tres familias- no se encontraban todas ellas en una misma habitaci¨®n, celebrando el cumplea?os del ni?o Antonio Jos¨¦ del Saz Alejo.Las pruebas parecen demostrar que los citados Alfonso Guerrero y Antonio del Saz Manzano, otro de los fallecidos y padre de Antonio Jos¨¦, se hallaban entonces en un garaje del chal¨¦, extrayendo, con un clavo, el l¨ªquido de los aerosoles, el cual era depositado en un bid¨®n, con objeto de vender luego sus envases como chatarra. Cuando fueron rescatados de los escombros, ambos llevaban puestos guantes protectores.

Por la hora en que se produjo la explosi¨®n, sobre las 17.30, parece que la ignici¨®n de los gases que se iban acumulando en la estancia se produjo cuando encendieron el conmutador de la luz para tener una mejor visi¨®n. Se ha comprobado tambi¨¦n que la carga de aerosoles llevaba tan solo un d¨ªa almacenada en el garaje, y que tres bombonas de butano que hab¨ªa en la casa, as¨ª como un saco de cohetes conocidos como correpies, no fueron afectados, lo que habr¨ªa supuesto un peligro adicional al estar pr¨®xima la gasolinera del pueblo.

Este suceso ha podido servir tambi¨¦n para poner de manifiesto alguna laguna en la legislaci¨®n sobre este tipo de aerosoles, especialmente en lo que respecta a su destrucci¨®n. As¨ª resulta que, en la legislaci¨®n sobre los aparatos a presi¨®n y la fabricaci¨®n de aerosoles, no aparece ning¨²n apartado concreto que afecte a su eliminaci¨®n. Esta circunstancia contrasta con las inscripciones obligatorias que deben llevar este tipo de envases, entre las cuales existe una que dice: "no perforarle ni tirarlo, ni tan siquiera vac¨ªo".