Centenares de soldados y polic¨ªas, con los rostros pintados de negro, encierran en un estadio a 3.000 chilenos
Un vuelo rasante de helic¨®pteros militares despert¨® a las cinco de la madrugada del jueves a los 50.000 habitantes de La Victoria, un barrio pobre de Santiago que se ha destacado como uno de los m¨¢s combativos en la lucha por la libertad en Chile.Cuando algunos de los sorprendidos ciudadanos miraron por las ventanas de sus humildes casas, lo que vieron les dej¨® helados: centenares de soldados y polic¨ªas en uniforme de combate, con sus rostros pintados de negro, les apuntaban directamente a la cabeza y les ordenaban quedarse en sus casas.
Ha sido el mayor allanamiento masivo efectuado por el r¨¦gimen militar desde que fuera reimpuesto el estado de sitio, hace 10 d¨ªas, para acabar con una ola de protestas populares.M¨¢s de 3.000 hombres mayores de 15 a?os fueron sacados a empujones de sus casas y llevados a un estadio de f¨²tbol cercano para ser investigados en medio de golpes, ¨®rdenes contradictorias y amenazas.
"Se trataba de una operaci¨®n de amedrentamiento. Buscan destruir la organizaci¨®n que existe en este poblado", dijo el sacerdote Pierre Dubois, p¨¢rroco del sector.
Dubois fue despertado por los militares, quienes le ordenaron permanecer en su casa, le colocaron dos centinelas en la puerta y le cortaron el tel¨¦fono. "Me aislaron de mi poblaci¨®n", se quej¨® amargamente Dubois.
Los soldados ordenaron a la poblaci¨®n, utilizando altavoces, que se quedaran en sus casas, e iniciaron un allanamiento manzana por manzana, sacando a todos los hombres, en una operaci¨®n apoyado por tanquetas y carros de asalto, y secundada por numerosos agentes de la polic¨ªa secreta (CNI, Central Nacional de Investigaciones).
"Los militares prepararon un escenario de guerra contra los pobladores indefensos. Fue una revancha por el valor y el vigor de las protestas en esta poblaci¨®n", dijo un abogado de la Vicar¨ªa de la Solidaridad, que acudi¨® al lugar por la tarde.
227 'peligrosos'
Los miles de detenidos fueron puestos en libertad por la tarde, salvo 227 que el Gobierno consider¨® "peligrosos", calificando a algunos de "delincuentes comunes" y a otros de "delincuentes subversivos".
Simult¨¢neamente, el Gobierno anunci¨¦ el confinamiento de 40 detenidos durante allanamientos a sedes sindicales y pol¨ªticas realizadas durante la semana.
Desde la implantaci¨®n del estado de sitio, el r¨¦gimen militar ha detenido a unos 800 pobladores, de los cuales ha relegado a la mitad a un campamento de prisioneros en la remota localidad de Pisagua, en el des¨¦rtico norte chilena.
Tambi¨¦n ha sido detenido un centenar de dirigentes intermedios de la oposici¨®n, la mitad de los cu¨¢les tambi¨¦n han sido confinados a diversas localidades remotas del sur y del norte chileno.
La Iglesia cat¨®lica critic¨® ayer con firmeza los allanamientos y public¨® una carta abierta a los cat¨®licos de Chile en la que rechaza la implantaci¨®n del Estado de sitio y critica los allanamientos efectuados en los barrios populares.
"?Por qu¨¦ agregar al sufrimiento que la crisis econ¨®mica provoca entre los pobladores, la humillaci¨®n, la violaci¨®n de sus domicilios y la destrucci¨®n de sus pobres enseres?" se pregunta la carta episcopal.
La Iglesia se ha convertido en una de las pocas organizaciones con capacidad para criticar, pero sus declaraciones son severamente censuradas por el Gobier no en los medios de comunicaci¨®n.
Una declaraci¨®n del arzobispo Francisco Fresno, en la que criticaba el allanamiento del s¨¢bado pasado en el campamento Ra¨²l Silva Henr¨ªquez, fue censurada por el Gobierno en los principales medios de comunicaci¨®n.
Frente a la censura y a las ofensas consideradas como graves contra la Iglesia -como la expulsi¨®n del sacerdote jesuita espa?ol Ignacio Guti¨¦rrez y la suspensi¨®n de un seminario de an¨¢lisis social organizado por el episcopado-, la Iglesia chilena convoc¨® a una jornada de oraci¨®n y ayuno para el pr¨®ximo viernes, d¨ªa 23.
La jornada ser¨¢ el primer desaf¨ªo importante del estado de sitio, que impide las manifestaciones p¨²blicas. Importantes grupos cat¨®licos se preparan para realizar manifestaciones antigubernamentales ese d¨ªa en las iglesias, centros de trabajo, universidades y en las calles.
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