Una inspecci¨®n recomend¨® expedientar a tres directivos del Centro Nacional de Nutrici¨®n
Una inspecci¨®n sobre irregularidades detectadas en el Centro Nacional de Alimentaci¨®n y Nutrici¨®n de Majadahonda, realizada en la segunda quincena de marzo de 1983 por dos funcionarios de Sanidad, recomendaba en sus conclusiones la apertura de expedientes disciplinarios contra el director del centro, Antonio Borreg¨®n; el entonces ingeniero t¨¦cnico, Pedro Cort¨¦s, y un funcionario, Francisco Fuster, todo ello sin perjuicio de que la superioridad decidiera el traslado de las conclusiones a los tribunales ordinarios.
La inspecci¨®n fue ordenada por el subsecretario del Ministerio de Sanidad, Pedro Sabando, a causa de una presunta irregularidad descubierta por un funcionario de la Junta Central de Compras de la Administraci¨®n Institucional de la Sanidad Nacional (AISN), relativa a un expediente para adquirir material de cocina para la cafeter¨ªa.La inspecci¨®n puso de manifiesto que las ofertas presentadas por tres casas diferentes, de las que existen serias sospechas de que eran la misma bajo denominaciones distintas, se situaban muy por encima de los precios reales en el mercado. La casa Fagor, consultada por los inspectores, manifest¨® que el precio de los aparatos ascend¨ªa a 516.500 pesetas y que podr¨ªa rebajarse hasta las 461.400, mientras que la oferta m¨¢s baja de las tres presentadas era de 1.528.272 pesetas.
La primera inspecci¨®n puso de relieve que el ingeniero t¨¦cnico Pedro Cort¨¦s, "pese a conocer que los precios ofertados superaban con mucho los normales del mercado, decidi¨® proponer la adquisici¨®n de los controvertidos aparatos de cocina". Algo similar -la presentaci¨®n de tres presupuestos diferentes redactados por la misma persona- ocurri¨® al pedir ofertas para obras de reforma en la cocina. La inspecci¨®n sostiene que tanto Cort¨¦s como el jefe de arquitectura, Francisco Fuster, conoc¨ªan este hecho, por lo que se pidi¨® expediente disciplinario contra Fuster.
"De todo ello", se?alan las conclusiones de la inspecci¨®n, "tuvo conocimiento el director del centro (Antonio Borreg¨®n), seg¨²n el informe del arquitecto jefe". Por este supuesto conocimiento y por su responsabilidad subsidiaria en otras presuntas irregularidades las conclusiones de la inspecci¨®n recomendaban la apertura de expediente disciplinario contra Borreg¨®n.
La inspecci¨®n, que se inici¨® por el caso de los aparatos de cocina, se extendi¨®, por orden directa de Pedro Sabando, al funcionamiento de todo el centro. Los dos inspectores pusieron de relieve otras anomal¨ªas, entre las que cabe destacar que "la contabilidad oficial se hab¨ªa detenido entre 1980 y 1981" y que entre marzo y agosto de 1979 el centro "mantuvo en un mismo puesto a dos administradores".
El administrador oficial, Jos¨¦ Luis Alcaide, no pod¨ªa disponer de los fondos sin obtenerlos a trav¨¦s de ?ngel Aranda", administrador de hecho, aunque su cargo oficial era jefe de la secci¨®n de selecci¨®n de personal.
La inspecci¨®n descubri¨® la existencia de gastos valorados en 32.638.887 pesetas en diferentes compras de material efectuadas en 1982 sin cr¨¦dito autorizado para ello, aunque el mismo informe reconoce que eran compras urgentes. En cualquier caso, cada jefe de servicio decid¨ªa las adquisiciones de su ¨¢rea y el descontrol administrativo lleg¨® a un extremo que permiti¨® afirmar a los inspectores: "Las casas proveedoras se repiten con tanta asiduidad que, sin duda, se est¨¢ potenciando un monopolio en las compras".
Los inspectores tuvieron conocimiento de que siete trabajadores del centro (alba?iles, fontanero, limpiadora, cerrajero, jardinero y electricista) hab¨ªan sido empleados por Cort¨¦s, durante su jornada laboral, para realizar reparaciones y mejoras en su domicilio particular.
Pedro Cort¨¦s y Francisco Fuster fueron trasladados al Gabinete de Arquitectura de los servicios centrales de la AISN y "presumen ahora de estar mejor que antes", seg¨²n declaraciones de un portavoz de la secci¨®n sindical de CC OO que se entrevist¨® con Sabando para pedirle la apertura de los expedientes disciplinarios recomendados, lo que no ha llegado a ocurrir, y la realizaci¨®n de una auditor¨ªa m¨¢s amplia y rigurosa por Hacienda.
"Nada que expedientar"
Antonio Borreg¨®n, director del centro y presidente del Colegio de Veterinarios, afirma que "no hubo expediente disciplinario porque no hab¨ªa qu¨¦ expedientar. Fue una inspecci¨®n administrativa que encontr¨® algunas faltas y todo acab¨® con el cambio de administrador, ya que es verdad que no coincid¨ªan el oficial y el real. No hubo desfalcos".
Pedro Cort¨¦s asegura que .puede ser cierto que las tres casas que dieron presupuestos para las obras y el utillaje de la cocina fueran la misma. Mi misi¨®n era renovar las instalaciones y no conozco ni tengo por qu¨¦ conocer los precios del mercado". "Empleaba personal del centro para hacer trabajos en mi domicilio, pero no es an¨®malo. Eran contratados que, fuera de su horario, trabajaban donde quer¨ªan. Les pagaba religiosamente", a?ade Cort¨¦s.
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