Los estudiantes de Santiago
Despu¨¦s de leer el editorial de su peri¨®dico del mi¨¦rcoles 14, mi capacidad de asombro, y junto a ella la de otros muchos estudiantes de la universidad de Santiago, ha quedado completamente desbordada.Hasta esa fecha sab¨ªamos por su peri¨®dico que los galpones del Burgo de las Naciones eran "casas-chal¨¦ del complejo tur¨ªstico del Burgo", sab¨ªamos que todo se deb¨ªa a manipulaciones de un grupo "nacionalista radical". Pero lo que no sab¨ªamos, y siempre le estaremos eternamente agradecidos por ello, es que todo "forma parte de una maniobra desestabilizadora". (Versi¨®n EL PAIS de la famosa conspiraci¨®n judeo-mas¨®nica.) S¨®lo ha faltado una alusi¨®n al oro de Mosc¨².
En definitiva, andan ustedes perdidos en el mar de la desinformaci¨®n, y se aventuran a escribir un editorial, juzgando unos acontecimientos de los cuales desconocen causas y efectos.
La verdadera causa es la selectividad econ¨®mica que ¨¦ste y los Gobiernos precedentes han venido introduciendo a trav¨¦s de las tasas de matriculaci¨®n; sin ninguna contrapartida en cuanto a la mejora de la calidad de ense?anza. Este a?o la subida ha sido de un 12%. A ustedes, c¨®mo no, les parece moderada cuando los salarios, seg¨²n el AES, s¨®lo aumentar¨¢n el 5%, con un ¨ªndice de inflaci¨®n por encima del 7%, si no m¨¢s. ?Calificar¨ªan una petici¨®n de CC OO cercana al 12% para el incremento de los salarios con ese mismo adjetivo?
Todo ello unido aqu¨ª a una especulaci¨®n sin escr¨²pulos donde, abusando del contrato de tempo
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rada, se alquilan pisos min¨²sculos, sin ning¨²n tipo de mobiliario, y en muchos casos en lamentables condiciones sanitarias, a precios que oscilan entre las 35.000 y las 45.000 pesetas mensuales. Como se podr¨¢ ver, nada de manipulaciones o campa?as. El motivo es muy sencillo; Valle-Incl¨¢n lo llamar¨ªa "judaica pasi¨®n por los bienes terrenales".
En cuanto a los hechos, si verdaderamente tuvieran conocimiento de su desarrollo y efectos, no se llamar¨ªa a nadie vand¨¢lico o asesino de la cultura, cualidades con las que se nos quiere presentar ante la opini¨®n p¨²blica. Encontrarse las oficinas del rectorado cerradas, cual si de fortaleza medieval se tratara, y, por si esto fuera poco, la provocadora actitud de un bedel que entreabre la puerta y roc¨ªa a los all¨ª encontrados con un extintor (cosa que su peri¨®dico ni menciona), no fue sino la gota de la discordia. En ese momento, hacer una hoguera delante de la puerta se convierte en una reacci¨®n casi l¨®gica; nadie pens¨® entonces en posibles da?os al p¨®rtico, y tampoco nadie lo puede calificar de acto vand¨¢lico.
Por otra parte, la Prensa de este pa¨ªs nos ha dado alicientes, aunque espero que no nos dejaremos seducir, para, en el futuro, hacer algo m¨¢s gordo, ya que despu¨¦s de varias semanas de movilizaci¨®n ni siquiera la Prensa local se hab¨ªa hecho eco de nuestros problemas y reivindicaciones.
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