Los estudiantes de Santiago

Al leer la primera p¨¢gina de EL PAIS del s¨¢bado 10 de noviembre me sent¨ª tremendamente indignada por la fotograria y texto publicados sobre el incendio provocado por un grupo de estudiantes en la puerta de entrada del rectorado de la universidad de Santiago de Compostela.

Me indign¨®, como a cualquier ciudadano que ve destruido nuestro patrimonio. Patrimonio que en otras ¨¦pocas no ha sido muy protegido y del que tenemos el deber de velar. Y me indign¨® fundamentalmente por el hecho de ser estudiante como ellos y encontrarme con sus mismos problemas, especialmente el de la subida de tasas, pero ni ¨¦sta ni otras causas justifican el hacer estas barbaridades que nosotros, precisamente por ser estudiantes y tener acceso (se supone) a la cultura, no debemos tolerar y menos provocar.

Ya que, si todos nos quejamos de lo poco protegido que est¨¢ nuestro patrimonio, expuesto al desinter¨¦s de unos y a la especulaci¨®n de otros, es triste que precisamente personas que se entiende son amantes de la cultura y estudiosos de ella tengan que atentar contra todo ello, al reivindicar cosas que son justas evidentemente, haci¨¦ndolo de una forma totalmente incorrecta.

Hay otros medios de reivindicar derechos atropellados, como es el acceso de todos a la referida cultura, sin tener que destruir bienes que son de todos los espa?oles-