El honor de los magistrados

Las cr¨ªticas a los jueces son muy antiguas (la ¨²nica vez que se menciona un juez en los Evangelios resulta ser en la par¨¢bola del juez injusto, y el ¨²nico personaje no sagrado que se menciona en el credo resulta ser Poncio Pilato en funciones de juez o pretor, que viene a ser lo mismo).Afortunadamente, hoy d¨ªa (a?o 1984) creo que se puede afirmar que la inmensa mayor¨ªa de los jueces cree que no puede haber justicia sin democracia.

Tal afirmaci¨®n hubiera sido rigurosamente falsa en el a?o 1975. En cuanto a la corrupci¨®n hay que reconocer que en cualquier actividad lenta, remunerada e incierta, se crea el clima necesario y suficiente para que se produzca. Y toda la corrupci¨®n no consiste en recibir dinero, sino en pretender un trato de favor a cambio (muchas veces no expl¨ªcito) de otro trato de favor carrerista o social.

Claro que los jueces no reciben dinero, salvo contad¨ªsimas excepciones, pero si est¨¢n en un sitio en el que se trafica a veces irregularmente con dinero tienen, tenemos, la obligaci¨®n de tomar cartas en el asunto. Si no lo hacemos, somos negligentes y, por negligencia, culpables.

No somos los ¨²nicos culpables, ni siquiera los principales, pero esto no nos permite sentirnos ofendidas cuando se dice que vivimos en un mundo en el que hay corrupci¨®n (poca o mucha) y en el cual, de . ninguna manera, debiera haberla. Aunque la justicia no sea gratuita. Todos debemos medir nuestras palabras pero, sobre todo debemos medir nuestros hechos.- magistrado. .