El viento de oto?o arranc¨® algunas plusval¨ªas del ¨¢rbol
La segunda jornada de la tanda semanal se convirti¨® en un indicio del leve inter¨¦s de algunos operadores en cambiar por dinero las ganancias de d¨ªas anteriores, especialmente en lo que se refiere al sector el¨¦ctrico, el que m¨¢s sufri¨® las consecuencias de las ¨®rdenes vendedoras. Hasta aqu¨ª, el comportamiento del mercado no produce mayor motivo de reflexi¨®n, puesto que los analistas contin¨²an defendiendo la tendencia alcista y, a lo sumo, las discusiones se centran m¨¢s en los matices de la situaci¨®n actual que en el car¨¢cter positivo de la misma.Por una parte, parece claro que los inversores no han recibido con buena disposici¨®n el anuncio o los rumores sobre las ampliaciones el¨¦ctricas al 50%, ya que esperaban un cambio m¨¢s favorable. Quiz¨¢ parte del castigo que han sufrido ayer estos valores tenga su origen en este hecho. Pero los expertos se?alan varios motivos que deber¨¢n permitir a las el¨¦ctricas seguir ganando puntos en las pr¨®ximas semanas.
El centro de esta argumentaci¨®n se sit¨²a en los niveles de rentabilidad actual de estos valores, y que deben servir de atracci¨®n para aquellos contribuyentes que a¨²n no han conseguido obtener papel de otro tipo de emisiones. Estos inversores se ver¨¢n en la necesidad de recurrir a la renta variable, a pesar de que ¨¦ste no sea un plato muy de su gusto, si quieren posicionarse de cara a las desgravaciones fiscales antes de final de a?o. Las rentabilidades que pueden ofrecer estos valores, adem¨¢s, est¨¢n por encima de otros activos.
Posiblemente, casi por los mismos motivos, el sector bancario tiene pocas oportunidades de lograr mejorar sustancialmente sus posiciones. Los analistas consideran que la avalancha de bonos de tesorer¨ªa o de caja -ayer, sin ir m¨¢s lejos, anunciaron sendas emisiones Popular Industrial (2.000 millones, al 12% de inter¨¦s anual) y Pastor (1. 100 millones, al 11 % anual)- est¨¢ impidiendo la mejora de las acciones bancarias.
Los ahorradores consideran que es preferible adquirir estos bonos, ya que, por una parte, permiten realizar la desgravaci¨®n del 15% por inversiones, lo que no sucede con las acciones en el mercado secundario. Pero, adem¨¢s, la compra de los bonos supone una garant¨ªa, ya que si las acciones bajaran de valor en el momento de la conversi¨®n se podr¨ªan comprar mucho m¨¢s baratas que ahora. Exactamente igual que si mantienen su valor actual, gracias a las rebajas contempladas en este tipo de emisiones. Finalmente, si aumentaran de precio, con esas rebajas se podr¨ªan adquirir aproximadamente al precio actual.
Los comentarios de la jornada se centraban, por un lado, en lo curioso de la suspensi¨®n de la cotizaci¨®n de Koipe en Madrid, para evitar especulaciones a consecuencia de todos los rumores sobre su futuro, mientras que este valor sigue cotizando en Bilbao. Se habla, adem¨¢s, de la posibilidad de que la junta de San Miguel apruebe un aumento de nominal de las acciones de la sociedad de 2.000 a 3.000 pesetas. Son rumores, claro.
El ¨¢nimo de los expertos permanece tranquilo y casi nadie apuesta por un debilitamiento del mercado a corto plazo (no hay que olvidar la rebaja del preferencial en Estados Unidos), aunque eso no excluye alg¨²n retroceso por realizaciones de beneficios.
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