Las grandes maniobras
Las maniobras del amor es el t¨ªtulo de uno de los filmes m¨¢s bellos de Ren¨¦ Clair. En ¨¦l, las maniobras de los militares y del amor se confund¨ªan. En Uruguay s¨®lo hubo maniobras de los militares. La transici¨®n de la dictadura a la democracia larvaria fue h¨¢bilmente preparada por los amos de las bayonetas en la ¨²nica operaci¨®n pol¨ªtica en la que han tenido ¨¦xito.Encarcelado el principal dirigente del Partido Blanco, Wilson Ferreira Aldunate, enemigo ac¨¦rrimo de los militares, se despojaba a ese partido de la figura carism¨¢tica capaz de volcar al electorado indeciso. Los militares tem¨ªan -y con raz¨®n- las dotes oratorias y el empuje personal de ese candidato, pero tem¨ªan a¨²n m¨¢s un triunfo electoral de Wilson Ferreir a-, poco dispuesto a transigir con el poder f¨¢ctico. Tampoco permitieron la candidatura de L¨ªber Seregni, el general frenteamplista, que pag¨® con duros a?os de prisi¨®n y con su degradaci¨®n en el Ej¨¦rcito la fidelidad al r¨¦gimen constitucional vigente antes del golpe de Estado de 1973.
De este modo, las primeras elecciones uruguayas tras m¨¢s de 11 a?os de dictadura militar se celebraron en condiciones muy especiales: con presos pol¨ªticos, candidatos prohibidos y con cientos de miles de exiliados que no pudieron ejercer su derecho al voto. El pueblo uruguayo, que resisti¨® de manera ejemplar durante todos estos a?os de violencia y de miseria, opt¨®, sin embargo, por concurrir masivamente a las urnas, prefiriendo el menor de los males.
En apariencia, el triunfo del candidato colorado, Julio Mar¨ªa Sanguinetti, podr¨ªa interpretarse como el ¨¦xito del conservadurismo. Pero nunca han existido diferencias ideol¨®gicas -ni en la praxis- profundas entre los dos partidos tradicionales, y el ganador ha prometido un Gobierno de unidad nacional para saturar las profundas heridas que abri¨® el r¨¦gimen.
La izquierda uruguaya vot¨® unida, y su resultado es el que pod¨ªa esperarse: un porcentaje apreciable en las grandes ciudades y menor, mucho menor, en el desolado campo uruguayo, donde las presiones de los patrones y estancieros todav¨ªa tienen gran peso. Haber superado el porcentaje de votos de hace 11 a?os, cuando cientos d¨¦ miles de sus simpatizantes o integrantes permanecen en el exilio, significa que la campa?a del voto ¨²til agitada por los partidos tradicionales ha fracasado.
Se ha dicho que Julio Mar¨ªa Sanguinetti es un gran admirador de Adolfo Su¨¢rez, Pero el pa¨ªs qu¨¦ hereda no es el mismo: con una crisis que ha pauperizado incluso a los terratenientes, la transici¨®n ser¨¢ muy dif¨ªcil.
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