Los jefes militares uruguayos visitan a Sanguinetti, nuevo presidente electo

Los tres jefes de las fuerzas armadas uruguayas -teniente general Hugo Medina, teniente general del Aire Manuel Boadas y vicealmirante Rodolfo Invidio- visitaron el lunes en su domicilio de Montevideo al presidente electo, el l¨ªder del Partido Colorado, Julio Mar¨ªa Sanguinetti. La visita fue calificada por medios oficiales de puramente protocolaria, y los tres comandantes se limitaron a declarar que compart¨ªan la alegr¨ªa del pueblo por la celebraci¨®n de las elecciones.

Los jefes militares declinaron pronunciarse por la suerte inmediata de Wilson Ferreira, jefe mayoritario del Partido Blanco, derrotado en las elecciones del pasado domingo.Junto a los rumores que suponen un cambio del acuartelamiento de detenci¨®n del l¨ªder blanco, ha trascendido que el Tribunal Supremo de Justicia uruguayo puede pronunciarse definitivamente ma?ana, jueves, sobre la libertad de Ferreira. Existe la impresi¨®n generalizada de que se est¨¢ retrasando su liberaci¨®n hasta que se enfr¨ªe el clima poselectoral. Ya en la tarde del lunes, los granaderos y la Guardia Republicana desalojaron a palos a miembros de las Juventudes Blancas, que desde hace un mes esperaban la noticia de la libertad de Ferreira acampados en la plaza de la Libertad, so pretexto de tratarse de una manifestaci¨®n continuada y no autorizada. Tres periodistas extranjeros fueron detenidos unas horas al verse involucrados en la carga pol¨ªcial.

El laborioso recuento de votos seg¨²n las diferentes listas contin¨²a lentamente, sin que pueda establecerse a¨²n la composici¨®n de las dos c¨¢maras. La gran cantidad de votos observados que necesitan de comprobaci¨®n en los padrones (principalmente votos del exilio y la emigraci¨®n) retrasan tambi¨¦n el recuento. No obstante, es seguro que el Partido Colorado no podr¨¢ alcanzar mayor¨ªa simple en el Senado y en la C¨¢mara de Diputados.

El presidente electo, Julio Mar¨ªa Sanguinetti, recibe continuamente visitas y parabienes en su domicilio o en la sede de su partido de la pr¨¢ctica totalidad de los l¨ªderes adversarios. La gran palabra es la concertaci¨®n, y Sanguinetti repite tras cada audiencia su aspiraci¨®n a lograr un Gobierno de unidad nacional. Por encima de la discreci¨®n del presidente electo, sus colaboradores comentan la conveniencia de ofrecer al Frente Amplio las carteras de Trabajo y Justicia, tal como hiciera -infructuosamente- el presidente argentino, -Ra¨²l Alfons¨ªn, a la derrotada direcci¨®n peronista.

De las palabras de los dirigentes blancos y frenteamplistas se desprende, sin embargo, que continuar¨¢n en la concertaci¨®n legislativa (ya se firmaron varios acuerdos interpartidarios antes de las elecciones) sin acceder al Gobierno. El enfoque de la pol¨ªtica econ¨®mica, la reordenaci¨®n de la Universidad y la futura regulaci¨®n del sindicalismo constituyen un primer paquete de problemas que enfrentan al futuro Gobiern¨® colorado y a la oposici¨®n blanca y frenteamplista. Sin embargo, las diferencias de criterio m¨¢s importantes se dar¨¢n a corto plazo sobre la amnist¨ªa para los m¨¢s de 600 presos pol¨ªticos encerrados en los penales de Libertad, Punta Carretas y Punta Riele, muchos con m¨¢s de 10 a?os de prisi¨®n y en condiciones tan duras que aconsejar¨ªan su liberaci¨®n, aunque s¨®lo fuera por razones humanitarias.