Weinberger asegura que EE UU s¨®lo debe intervenir militarmente en el exterior "como ¨²ltimo recurso"
![Francisco G. Basterra](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F26f1666e-8865-4b38-9825-e308de656829.png?auth=690528c49e3824418e30ff3ed7a3e27b8e03b84858dbfba27dd43e81c6d4b120&width=100&height=100&smart=true)
Estados Unidos defender¨¢ militarmente sus intereses vitales en cualquier parte del mundo, y si lucha, lo har¨¢ s¨®lo para ganar, afirm¨® el martes en Washington el secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, al exponer la doctrina de la segunda Administraci¨®n Reagan sobre el uso de la fuerza militar. Las intervenciones armadas s¨®lo se ordenar¨¢n como ¨²ltimo recurso, con el apoyo del Congreso y de la opini¨®n p¨²blica, y con la m¨¢xima contundencia, evitando la pol¨ªtica de intervenci¨®n armada gradual que tan funestos resultados dio en Vietnam, explic¨® el jefe del Pent¨¢gono.
Weinberger, considerado como el l¨ªder de la facci¨®n dura de la Administraci¨®n norteamericana, dijo que el presidente Ronald Reagan no permitir¨¢ que nuestras tropas sean arrastradas gradualmente al combate en Centroam¨¦rica o cualquier otra parte del mundo". "Nuestra pol¨ªtica", a?adi¨®, "est¨¢ dirigida a evitar una intervenci¨®n directa norteamericana". Sin embargo, no descart¨® reacciones "inmediatas y fuertes a acontecimientos aparentemente peque?os, que pueden prevenir posteriores respuestas desmesuradas".Advirti¨® el secretario de Defensa que esta doctrina puede aplicarse en el futuro a Centroam¨¦rica, "debido a la posibilidad de una mayor penetraci¨®n sovi¨¦tica en la regi¨®n" y consider¨® la intervenci¨®n militar en la peque?a isla caribe?a de Granada como ejemplo a seguir cuando se decide utilizar la fuerza militar.
Weinberger descart¨® intervenciones militares "imprudentes" a gran escala y subray¨® que el uso de la fuerza debe hacerse ¨²nica y exclusivamente bajo condiciones muy estrictas y con objetivos "claramente definidos".
Los periodistas que asistieron a la intervenci¨®n de Weinberger en el Club Nacional de Prensa, en Washington, trataron in¨²tilmente de saber si el Gobierno estadounidense estima que sus intereses nacionales est¨¢n actualmente amenazados por las acciones terroristas del l¨ªder libio Muammar el Gaddafi, por la Junta Sandinista en Nicaragua o por los palestinos o jomeinistas en Oriente Pr¨®ximo.
Los repetidos ataques con explosivos contra embajadas, norteamericanas en Lisboa, Bogot¨¢, Beirut y Roma y las sugerencias de una posible represalia armada de Washington, que tiene al portaaviones Eisenhower en alerta en el Mediterr¨¢neo, por si fuera necesario para un ataque antiterrorista, subrayan la oportunidad del discurso de Weinberger. Hace un mes, el secretario de Estado, George Shultz, se mostr¨® partidario de represalias militares contra el terrorismo, aunque se corra el riesgo de matar a inocentes, y afirm¨® que EE UU no puede seguir siendo "el Hamlet de las naciones", siempre dudando sobre c¨®mo responder.
Weinberger matiza m¨¢s en este punto y cree que es preciso identificar perfectamente al agresor antes de tomar represalias que, en caso contrario, no ser¨ªan efectivas. El jefe del Pent¨¢gono, uno de los tres hombres m¨¢s influyentes de Estados Unidos, explic¨® en su discurso que, en la actualidad, la identidad del enemigo es menos clara que en el pasado y que la l¨ªnea divisoria entre la paz y la guerra est¨¢ menos clara.
Seis condiciones
El secretario de Defensa estableci¨® seis condiciones que deben ser cumplidas antes de decidir una intervenci¨®n militar norteamericana en el extranjero.La primera establece que EE UU no utilizar¨¢ tropas fuera de sus fronteras, si no se considera que su uso "es vital para nuestros intereses nacionales o los de nuestros aliados". Explic¨® tambi¨¦n que EE UU no asumir¨¢ la defensa del territorio de otras naciones soberanas cuando "nuestra propia libertad no est¨¦ amenazada, a menos que recibamos una fuerte invitaci¨®n para hacerlo".
La segunda condici¨®n para intervenir es que el uso de la fuerza debe hacerse decididamente y con la clara intenci¨®n de ganar".
La intervenci¨®n armada debe tener unos objetivos pol¨ªticos y militares claramente definidos, y el pa¨ªs debe tener la fuerza precisa y enviarla en la cantidad adecuada para conseguir la finalidad deseada, afirma la tercera condici¨®n de la doctrina Weinberger.
En cuarto lugar, la relaci¨®n entre los objetivos de la intervenci¨®n y las fuerzas comprometidas, su tama?o, composici¨®n y distribuci¨®n, debe ser continuamente reevaluada y ajustada si es necesario.
La quinta condici¨®n establece que debe haber una garant¨ªa razonable de que se cuenta con el apoyo del pueblo norteamericano y sus representantes en el Congreso.
La sexta y ¨²ltima condici¨®n de esta doctrina es que la utilizaci¨®n de la fuerza militar debe ser el ¨²ltimo recurso.
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