Guerra aceptar¨¢ las enmiendas "t¨¦cnicas" a la ley Electoral

Alfonso Guerra, vicepresidente del Gobierno, present¨® ayer en el Congreso de los Diputados el proyecto de ley org¨¢nica de R¨¦gimen Electoral General y ofreci¨® un amplio consenso al manifestar que aceptar¨¢ todas las enmiendas que supongan "una mejora t¨¦cnica" del texto que regular¨¢ las elecciones espa?olas. Seg¨²n Guerra, el proyecto salvaguarda el voto universal libre y secreto, y, desde la experiencia acumulada en anteriores comicios democr¨¢ticos, conserva el n¨²cleo fundamental del sistema utilizado hasta ahora.

Guerra justific¨® en el mandato constitucional la presentaci¨®n del proyecto de ley org¨¢nica de R¨¦gimen Electoral General que sustituir¨¢ al decreto ley de 1977 por el que se han regido hasta ahora las elecciones espa?olas. El vicepresidente del Gobierno afirm¨® tambi¨¦n que, tras las conversaciones con los dem¨¢s grupos parlamentarios, su partido ha renunciado a algunos de sus presupuestos, a fin de que se produzca el consenso general. Las enmiendas de devoluci¨®n del Grupo Popular y de Euskadiko Ezkerra y la de texto alternativo del Partido Comunista, fueron derrotadas.Seg¨²n record¨® el vicepresidente, el proyecto recoge todas las garant¨ªas censales posibles, mantiene el obligado respeto a las comunidades aut¨®nomas, garantiza los derechos de candidatos y electores, controla los gastos electorales, frena las inversiones de los partidos y establece un mayor control por parte del Tribunal de Cuentas.

Por lo que respecta a la circunscripci¨®n y al reparto del n¨²mero de esca?os -se mantienen 350-, expuso que en atenci¨®n al deseo mayoritario se ha mantenido el m¨ªnimo de dos diputados por provincia, y que la correcci¨®n efectuada supone cambios peque?os, puesto que si algunas provincias pierden alg¨²n diputado, otras lo ganan.

Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s, de Euskadiko Ezkerra, y Santiago Carrillo, del PCE, coincidieron en se?alar que el proyecto va en contra de las formaciones minoritarias. Ambos expusieron cifras sobre la desigualdad que supone obtener diputados en diversas provincias. As¨ª, Carrillo sac¨® a relucir el dato de que un diputado por Soria supone 33.573 votos; y en Madrid, 146.465.

Incluso por lo que respecta a las llamadas provincias deprimidas tambi¨¦n existe desigualdad entre ellas puesto que un diputado por Huesca cuesta 71.736 votos; y en Orense, 86.031.

?scar Alzaga, en nombre del Grupo Popular, record¨® que las conversaciones entre Gobierno y grupos parlamentarios no han producido pacto alguno, porque se ha hablado sin papeles por delante.