La triste cuota cultural
El t¨ªtulo -Tiempos modernos- promete, pero sobre todo es comprometedor. No s¨®lo porque pronunciar ahora mismo la palabra modernidad, en cualesquiera de sus maleantes versiones y subversiones caseras, con prefijo cosmopolita o sin sufijos castizos, se ha convertido en la verdadera ceremonia de la confusi¨®n, sino porque tambi¨¦n as¨ª se titula el estupendo y divertido espacio radiof¨¢nico ma?anero de Manolo Ferreras, Fernando Poblet y otros estilistas del verbo golfo y l¨ªrico, autores de un periodismo de primera.Esos Tiempos modernos de los mi¨¦rcoles por la segunda cadena no son los de Paloma Chamorro ni los del Ferpo y el Ferre. Este programa con dos semanas de antena es la cuota m¨ªnima que TVE suele derrochar en cultura por cada nueva programaci¨®n.
Es la herencia de aquel espacio presentado por un mu?eco de trapo en forma de cuervo de Poe -elemento visual que nunca se comercializ¨® en los grandes almacenes- y del todav¨ªa no superado programa de libros dirigido por V¨¦lez hace unos cuanto a?os.
Estos Tiempos modernos son un compromiso. No me refiero al c¨¦lebre compromiso de Sartre, sino a la m¨¢s cotidiana acepci¨®n de la palabra: un engorro, un apuro, algo que no queda m¨¢s remedio que hacer en televisi¨®n por aquello del qu¨¦ dir¨¢n. Basta observar el d¨ªa, la hora, la cadena, los medios econ¨®micos disponibles y el esfuerzo de realizaci¨®n de este magazine cultural, para entender la clase de compromiso que nuestra televisi¨®n tiene con la cultura.
Con esos medios y con esa deferencia no se le puede pedir demasiado a Tiempos modernos. Se trata de un espacio testimonial, clavado de cualquier modo entre los reestrenos, los refritos, las reposiciones y los remakes, y bastante es que existan esos minutos semanales en los que dejan citar algunos t¨ªtulos de libros.
Lo que pasa es que esta vez la miseria y la flojera intentan superar anteriores ediciones. Aquello del cuervo era tan bochornoso como absurdo -a ning¨²n adulto, por muy neoinfantilizado que est¨¦, se le ocurre seguir las recomendaciones literarias de un mu?eco de trapo, y los pitufos de la casa bastante tienen , o ten¨ªan, con el libro gordo de Petete-, pero por lo menos hab¨ªa voluntad de innovaci¨®n, intenci¨®n de realizar un programa cultural de manera distinta, ganas de divertir.
El formato de estos Tiempos modernos, lac¨®nicamente calcado de cualquier magazine convencional, consiste en ofrecer un largu¨ªsimo reportaje cultural tras otro, a cada cual m¨¢s extenso, sin m¨¢s complicaciones y sin soluci¨®n de continuidad.
Ninguno de los reportajes y entrevistas de Tiempos modernos es particularmente indigno. S¨¢bato, Durrel, Chagall, Jesse Fern¨¢ndez, Catal¨¢ Roca, La gazn¨¢pira de Berlanga, entre los contenidos que ahora recuerdo, resultaron bastante aceptables en s¨ª, uno por uno. Es el producto final lo que decepciona y sigue aburriendo a las piedras. Es el sumando lo que no acaba de convencer y reproduce la temida tristeza.
Es el formato lo que falla estrepitosamente en este en¨¦simo intento de lograr que TVE tenga, por fin, ese programa cultural digno, simplemente tan digno como los magazines informativos, deportivos, peliculeros o infantiles. No creo que los contenidos culturales, principalmente los literarios, est¨¦n reflidos a muerte con este medio, ni que sean asuntos espec¨ªficamente tristones.
Tiempos modernos se emite hoy a las 20.00 horas por la segunda cadena.
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