Muerte y vida en la marat¨®n
Est¨¢ muy demostrado que la marat¨®n es un esfuerzo fuera de los l¨ªmites normales de un organismo sano, y que para continuar tras haber llegado a los 25-30 kil¨®metros, hace falta previamente haber en trenado algo al cuerpo. Si no, hay quien podr¨¢ terminarlo, pero a costa de una recuperaci¨®n larga y llena de agujetas. Es adem¨¢s una prueba dif¨ªcil de pronosticar en las grandes competiciones, pues aproximadamente a partir de los dos tercios del recorrido entran en juego muchos factores fisiol¨®gicos, cuya delimitaci¨®n todav¨ªa nadie ha podido concretar. As¨ª, ocurren sorpresas, como que un corredor debutante en la prueba, el gal¨¦s Steve Jones, gane en Chicago a los campeones ol¨ªmpico y mundial, Carlos Lopes y Robert de Castella, y adem¨¢s bata el r¨¦cord del mundo.?Es correr una marat¨®n un fin en s¨ª mismo? Evidentemente, s¨ª. Hay est¨ªmulos de todo tipo que le hacen a uno plantearse el correr y terminar la prueba: econ¨®micos para la elite, tur¨ªsticos para algunos, de superaci¨®n personal para muchos. Pero, sobre todo, creemos que es un medio para dar un nuevo enfoque a nuestra vida. Las variaciones que vamos a introducir en nuestras costumbres para intentar finalizar una marat¨®n son lo m¨¢s importante y beneficioso que el propio logro final. Nos acostumbraremos a correr casi a diario, durante bastantes minutos. Si lo hacemos por la ma?ana, antes de iniciar la jornada laboral, activaremos el metabolismo y afrontaremos con mejor humor el trabajo diario.
O nos relajar¨¢ de las tensiones acumuladas durante el d¨ªa y nos facilitar¨¢ un sue?o. tranquilo si lo hacemos por la tarde, al finalizar el trabajo. Adem¨¢s, va a contribuir a quemar esos kilos que nos sobren, no s¨®lo por el propio ejercicio, sino tambi¨¦n porque poco a poco nos vamos a interesar en c¨®mo comer de forma m¨¢s sana y equilibrada. En las relaciones humanas bajar¨¢ nuestra agresividad, consumida, en gran parte, en el ejercicio.
?S¨®lo hay beneficios, por tanto? ?Y qu¨¦ pasa con las agujetas iniciales y con los entrenamientos bajo climatolog¨ªa adversa, y con las ampollas, y con los sacrificios en la comida y en la bebida? Todo lo que vale, cuesta. Pero el hacer ejercicio habitualmente nos permitir¨¢ incluso hacer alg¨²n exceso gratificante con nuestro cuerpo de cuando en cuando, que podremos compensar luego con alg¨²n kil¨®metro extra en el entrenamiento.
Pero, ?y las muertes de corredores, tan sonadas? Cuando Jim Fix comenz¨® su love story con la carrera a pie, que le hizo famoso autor de libros sobre el tema y millonario, estaba adem¨¢s conscientemente tratando de prolongar su vida. Con una predisposici¨®n heredada para las enfermedades coronarias, bastante gordo y fuma dor empedernido, decidi¨® a los 35 a?os iniciar su conversi¨®n, y no dej¨® desde entonces de correr un solo d¨ªa. Muri¨® de un infarto a los 52 a?os, mientras se entrenaba y, seg¨²n la autopsia, de las tres principales arterias coronarias, ten¨ªa dos casi totalmente ocluidas, y la tercera, al 50%. Si no hubiera he cho ejercicio, probablemente hubiera muerto varios a?os antes, como le pas¨® a su padre, que sufri¨® su primer infarto a los 35 a?os.
El correr no es, por tanto, un seguro de vida, pero puede prevenir achaques prematuros y a?adir a?os a nuestra vida, a la vez que vida a esos a?os. Seg¨²n un estudio llevado a cabo durante 24 a?os, y recientemente publicado por cient¨ªfics de las universidades de Stanford y Harvard, sobre las consecuencias de hacer ejercicio o no en la vida de 17.000 hombres, se ha concluido que incluso el ejercicio. moderado prolonga la existencia. Las personas que habitualmente quemaban 2.000 calor¨ªas a la semana haciendo deporte (equivalente a dos-tres horas de correr) ten¨ªan casi la mitad de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares o pulmonares que los sedentarios.
Tampoco hay que pasarse ni con el entrenamiento ni con las dietas rigurosas, ni mucho menos considerar el hacer ejercicio cada d¨ªa como una obligaci¨®n m¨¢s. En el justo medio est¨¢ la virtud, y para la mayor¨ªa de nosotros, alrededor de una hora diaria de entrenamiento, cuatro o cinco veces por semana y una dieta sana, equilibrada y. suficientemente abundante ser¨¢ un buen programa para ese fin deseado: acabar una marat¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.