Bophal: confusi¨®n, contradicciones e interrogantes
Todo empez¨® de improviso en medio de la noche, mientras los inacabables y congestionados suburbios de Bhopal, capital del Estado del Madhya Pradesh, se entregaban a los ¨¢speros sue?os de la carencia y la esperanza, ajenos al peligro del viento de muerte que iba a asolar como una guada?a la ciudad. El viento soplaba aquella noche en su carrera desde el Noroeste, a trav¨¦s de las llanuras de la parte central del pa¨ªs, hasta Bhopal, una urbe de casi un mill¨®n de habitantes, situada a 580 kil¨®me tros al sur de Nueva Delhi, la capital india.
En su camino, la bocanada caliente hab¨ªa recogido como en volandas una nube de gas t¨®xico que proced¨ªa de los tanques de almacenamiento de la f¨¢brica de la Union Carbide. En cuesti¨®n de minutos, ¨¦l gas metilisocianato serpenteaba por entre las callejuelas de los m¨ªseros barrios de chabolas. Al cabo de una hora, devoraba decenas de millares de hogares y, con ello, se desencadenaba la muerte ag¨¢nica y la supervivencia m¨¢s dram¨¢tica todav¨ªa de millares de personas en el desastre industrial m¨¢s pavoroso de la historia. A centenares murieron en sus lechos, especialmente ni?os y ancianos debilitados en sus defensas por la desnutrici¨®n. A millares se levantaron en la noche en una pesadilla que quemaba la respiraci¨®n y se nutr¨ªa de ceguera y caos. Muchos m¨¢s morir¨ªan despu¨¦s.A millares se lanzaron tambaleantes a las calles, atragant¨¢ndose, vomitando, derramando l¨¢grimas de fuego, en una interminable estampida humana que hu¨ªa, del tormento de la niebla que parecia flotar en todas direcciones. A algunos les atropellaron carros y coches; otros cayeron incapaces de seguir huyendo para morir en las cunetas junto a vacas, perros, cabras y gallinas.
En la confusi¨®n, declar¨® el comandante Girish Tiwari, superintendente de polic¨ªa, "las madres no sab¨ªan que sus hijos hab¨ªan muerto". Indira Iyenger, miembro de la comunidad de misioneras de la Madre Teresa, describi¨® la ciudad como "una inmensa camara de gas" en la que "aquellas pobres gentes mor¨ªan sin saber del qu¨¦ mor¨ªan. Muchos me preguntan todav¨ªa qu¨¦ vino aquella noche que ceg¨® a sus parientes matando a familias enteras".
A poco m¨¢s de una semana de la tragedia del 3 de diciembre, quedan todav¨ªa muchos interrogantes a los que responder: ?C¨®mo se produjo el escape? ?Qui¨¦n fue el responsable? ?Por qu¨¦ murieron tantos miles? ?C¨®mo pudo haberse evitado?. Confusi¨®n, caos, noticias contradictorias y negativas a difundir informaci¨®n han caracterizado la mayor parte de las versiones facilitadas por las autoridades de Bhopal y de Darbury, en los EE UU, donde se halla la central de la Union Carbide. La empresa, preocupada por las acciones legales contra ella, se ha negado a discutir la verdadera naturaleza del desastre, mientras que los funcionarios indios han mostrado id¨¦ntico af¨¢n por el secreto, sellando el acceso a la planta incluso a sus propietarios.
Este relato es la cr¨®nica de un desastre, de las circunstancias que lo produjeron y de los interrogantes a los que se podr¨¢ contestar ¨²nicamente despu¨¦s de que el Gobierno indio complete su investigaci¨®n, en un proceso que a¨²n durar¨¢ varias semanas.
La f¨¢brica, un amasijo
La f¨¢brica de la Union Carbide en Bhopal es un amasijo de tanques de almacenamiento, cobertizos, canalizaciones y edificios sin padre conocido rodeados por un muro de cemento o vallas de alambrada. La planta ocupa casi siete hect¨¢reas en las afueras del noreste de la ciudad, capital del Estado indio de Madhya Pradesh. En toda la periferia del complejo se alza una ciudad de barracas de barro, b¨¢lago, y chatarras diversas. Millares de personas y una variedad de animales dom¨¦sticos tienen all¨ª su hogar. La propietaria de la f¨¢brica es la Union Carbide Corporation, una industria norteamericana de productos qu¨ªmicos, bater¨ªas, aleaciones metal¨ªferas y g¨¦neros de consumo, que posee factor¨ªas en 30 pa¨ªses. La planta de Bhopal la controla una subsidiaria india, la Union Carbide India Limited. ?sta posee casi el 49% de las acciones, regenta otras 13 f¨¢bricas en la India y est¨¢ enteramente dirigida por personal del pa¨ªs. La f¨¢brica del desastre da empleo a 650 personas y produce 2.500 toneladas de pesticida al a?o. Uno de los ingredientes utilizados es el metilisocianato, un agente t¨®xico, incoloro y fuertemente inflamable. Los pesticidas que contienen este producto se conocen como carbomatos que, a diferencia del DDT, al que sustituyeron hace a?os, pierden fuerza r¨¢pidamente por lo que son menos peligrosos para la vida humana.La Union Carbide construy¨® la planta a mediados de los setenta y a causa del peligro inherente a todo este tipo de manipulaciones se establecieron en la f¨¢brica las mismas medidas de seguridad vigentes en una planta similar que existe en el estado norteamericano de Virginia Occidental, donde hace 25 a?os que se trabaja el producto sin que hayan ocurrido incidentes hasta la fecha.
Poco se sabe de los procedimientos de producci¨®n de la empresa en Bliopal. Lo que se ha averiguado es lo siguiente: Jackson B. Browning, un abogado e ingeniero que es el director de salud y medio ambiente de la empresa, dijo en Darbury la semana pasada que el dep¨®sito culpable era uno de tres cilindros de acero inoxidable de 45 toneladas que se hallaban enterrados a poca profundidad. Seg¨²n Browning dos de los tanques conten¨ªan l¨ªquido, el tercero estaba vac¨ªo y uno de los anteriores ten¨ªa un escape. El metilisocianato se halla en constante refrigeraci¨®n por lo que permanece en estado l¨ªquido. Si la temperatura del l¨ªquido pasa de un punto cr¨ªtico o si sufre alg¨²n tipo de contaminaci¨®n se convierte en gas y cuando ¨¦ste se expande debe permitirse que se escape de forma controlada para evitar una subida peligrosa de temperatura. Los dep¨®sitos de Bhopal est¨¢n pensados para impedir escapes peligrosos por medio de un sistema de canalizaci¨®n que altera la composici¨®n del gas hasta hacerlo inofensivo para cuando se mezcla con el aire.
Browning no aclar¨® a qu¨¦ temperatura hay que mantener el l¨ªquido para que no se convierta en gas, aunque otras fuentes dicen que es a cero grados cent¨ªgrados, para hacer lo m¨¢s lenta posible la vaporizaci¨®n. Un funcionario de la Union Carbide en la India dijo que el l¨ªquido se hace gas a algo m¨¢s de 20 grados aunque fuentes oficiales de Delhi afirman que es casi a 40.
No se conoce la causa del aumento brusco de temperatura y de presi¨®n, aunque no faltan las teor¨ªas. Entre ellas hay que mencionar la de que un equipo de limpieza pudo contaminar el contenido del tanque o que una unidad de refrigeraci¨®n pudo averiarse, de forma que el l¨ªquido se gasificara con el consiguiente aumento de la presi¨®n. "Se produjo una reacci¨®n qu¨ªmica en el tanque que hizo que la sustancia reaccionara como lo hizo", afirm¨® un portavoz de la Union Carbide. Al mismo tiempo, una informaci¨®n aparecida en el diario local Hindustan Times afirmaba que, horas antes de que se produjera el escape, un equipo de limpieza trabajaba en el tanque sin ning¨²n tipo de supervisi¨®n, de forma que "podr¨ªa haber a?adido alguna sustancia al gas que provocara la reacci¨®n qu¨ªmica".
Sea como fuere, el gas hab¨ªa empezado ya a escaparse cuando un empleado, que estaba haciendo una revisi¨®n de rutina, descubri¨® que la temperatura y la presi¨®n hab¨ªan sobrepasado los l¨ªmites tolerables, y un apararo de alarma autom¨¢tica que deb¨ªa haber advertido de lo que estaba pasando, no hab¨ªa funcionado. Este empleado trat¨® de contener el escape y al no conseguirlo avis¨® al supervisor de la planta. Al menos otros dos empleados que deb¨ªan haber ayudado a taponar la brecha escaparon del lugar, de acuerdo con las informaciones del superintendente de polic¨ªa. El supervisor al que se dio aviso, identificado como Shetti, fue uno de los pocos que lucharon para bloquear el escape hasta el extremo de que los humos acabaron con su resistencia. Este empleado, que se halla en el hospital y que a¨²n no ha podido hacer declaraciones, es probablemente la ¨²nica persona que sabe exactamente lo que pas¨® en aquellos minutos vitales.
Apenas 24 horas m¨¢s tarde cuando volv¨ªa a caer la noche sobre los campos donde se cremaban los cad¨¢veres, hasta 70 grandes fuegos pod¨ªan contarse alineados en filas de piras centelleantes. Una luz que iluminaba el firmamento se?alaba en la noche el rastro de la ciudad devastada.
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