Natacha de Santis
Natacha de Santis escribe su nombre con ese, es decir, a¨²n m¨¢s fino, Natasha, es una modelo o maniqu¨ª de 24 a?os, alta como un hombre alto, con el pelo a?os treinta, los ojos claros y grandes, la boca abundante y la conversaci¨®n tambi¨¦n. Se ha formado en Italia y Espa?a. Quiere ser actriz. Va de negro y lleva medias de encaje, que es la moda.
La he visto pasar modelos y realmente lo hace bien, con gusto, propiedad y buena escuela. Lleva siete a?os de profesional. Por sobre la ropa negra, para este oto?o/invierno, un como poncho de tela de saco, pero de saco fino, tambi¨¦n en color saco.-?Esto es lo que se lleva?
-S¨ª, se llevan mucho estas telas como pobres, estos tejidos baratos y populares, que luego resultan muy bonitos.
El miserabilismo. Pem¨¢n y yo descubrimos el miserabilismo en los tontos y lluviosos cincuenta (siempre cantando bajo la lluvia). El miserabilismo no es sino la fascinaci¨®n snob por la miseria. Pero cada generaci¨®n nueva cree haber descubierto el mundo, o cuando menos el planetario, o cuando menos la elipse de Kepler. Por eso, precisamente, son nuevas las generaciones y anda el mundo. Por la ignorancia. Natacha es hija de Mar¨ªa Cuadra y Eduardo de Santis. Uno conoce a Natacha desde que era una ni?a de diez a?os, desmanganillada y con algo de mu?econa rota y sin cuerda. Ahora resulta que la ni?a tiene cuerda para rato.
Con los a?os, la ni?a ha cogido cuerda, ha echado buen cuerpo y ha cambiado la ce del nombre por una ese muy aparente.
-Al principio, en la profesi¨®n no acababan de tomarme en serio. Cre¨ªan que era s¨®lo la hija de la Cuadra. Pero han pasado siete a?os y soy una profesional, me financio a m¨ª misma y me voy a ir de casa.
-?Lo saben tus padres?
-No. Se enterar¨¢n por el peri¨®dico. Me voy a vivir con una amiga. Nunca ha habido conflictos generacionales en mi vida ni en mi casa, pero llega un momento en que una, de repente, es una mujer y quiere ser independiente.
He tenido una operaci¨®n hace poco, Me rajaron por la mitad sin saber muy bien lo que me pasaba. Era peritonitis. Durante la convalecencia he podido pensar mucho y reordenar mis cosas. Tengo un gran amor, tengo una profesi¨®n, necesito mi independencia y me obstino en ser actriz.
-?Sigue siendo verdad el t¨®pico maniqu¨ª/Cenicienta?
-S¨ª. Ahora estamos queriendo crear un sindicato de modelos, como lo han hecho en Italia, por ejemplo, pero no se consigue nada. La mayor¨ªa se desentiende del tema.
-?La alta costura sigue siendo un invento del dinero? ?De verdad es imprescindible cambiar de ropero cada primavera y cada oto?o?
-La alta costura no existe, Como te dec¨ªa ?gatha Ruiz de la Prada, se gana m¨¢s con los pobres. Los pobres, los chicos y las chicas, son los que compran. Menos y m¨¢s barato, pero de una manera m¨¢s constante. No creo que haya que cambiar de moda seg¨²n la estaci¨®n, pero s¨ª que la ropa es un mensaje que emitimos hacia los dem¨¢s y que ese mensaje debe ser variado.
-Los nuevos modistos.
-Hay una nueva moda espa?ola, joven. Yo creo que la moda espa?ola ha sido siempre muy personal, porque responde a constantes culturales de nuestro pueblo, a todo eso que nos singulariza respecto de Europa. Pero es que, adem¨¢s, los nuevos modistos han nacido de la nada, han vivido la miseria, han tomado aqu¨ª y all¨¢, se expresan autobiogr¨¢ficamente en sus colecciones.
-Un nombre entre esos genios.
-Pi?a.
-Tienes veinticuatro a?os. ?Qu¨¦ pasa con tu generaci¨®n?
-Que est¨¢n todos quemados. Yo he estado ahora en Estados Unidos, como sabes, siguiendo unos cursos, y la juventud americana es fuerte, alegre, saludable feliz, con un pelo hermoso y con ganas de vivir. Llego aqu¨ª, entro en el Caf¨¦ Latino y a ellos les veo casi calvos y a ellas drogadas.
-La juventud americana que dices ha votado mucho a Reagan
-Lo comprendo. Reagan les asegura los d¨®lares en el bolsillo
-Si t¨² fueses chica americana, ?habr¨ªas votado a Reagan?
Se lo piensa mientras balancea su hermosa pierna de carne joven y encaje antiguo.
-Pues quiz¨¢ s¨ª.
-Est¨¢s por la revoluci¨®n conservadora.
-Estoy por la vuelta de unos valores, de unas costumbres, que hemos perdido y que hace que mi generaci¨®n ande como anda.
-?No crees que Europa siempre ha sido as¨ª: p¨¢lida y un poco calva?
-Creo que Europa, un viejo mundo que ha pasado por todo, est¨¢ inmunizado contra todo. Vinieron aqu¨ª unos amigos m¨ªos americanos y les cogieron todos los virus. Viven una vida tan as¨¦ptica que Europa les mata como si fuese la jungla.
-?Y a qui¨¦n culpa tu generaci¨®n de todos sus males?
-Pienso que a los Gobiernos, en ¨²ltimo extremo. Viniendo de Am¨¦rica, es impresionante comprobar en qu¨¦ medida se droga y se alcoholiza la juventud.
-?Y por qu¨¦ lo hacen?
-Porque no tienen oportunidades. Por el paro y por la falta d¨¦ variedad y'posibilidades en el desarrollo de un trabajo, o de muchos.
(No necesito recordarle a Natacha que los grandes de la droga acaban de instalarse en Espa?a y que el negocio habr¨ªa que abordarlo por arriba).
-Pero t¨² amas la libertad, Natacha...
-Claro que amo la libertad pero no quiero confundirla con las costumbres libertinas.
-Esa distinci¨®n entre libertad y libertinaje era muy de Franco.
-La libertad no es insultar a la gente por la calle ni quedarse en pelota en una playa con ni?os
-?T¨² crees, de verdad, que a los ni?os les preocupa tanto eso de las pelotas de los adultos? Los ni?os, si de verdad son ni?os, no dan valor a esas cosas y, por otra parte, todo el mundo parece de acuerdo en que hay que habituar a la gente al sexo, desde la infancia. En fin, me parece que nos movemos entre t¨®picos.
-Perdona, he puesto un ejemplo tonto, pero ya sabes lo que quiero decir. Y, sobre todo, que hay una alternativa hist¨®rica y ahora parece que toca la vuelta a la conservaci¨®n de ciertas cosas sin las cuales no podemos vivir.
-?Culpamos a los pol¨ªticos?
-No me interesa la pol¨ªtica. El idealismo pol¨ªtico, pasado por el poder, se convierte en otra cosa. No creo en eso.
-?Qu¨¦ es ser actriz?
-Canalizar y expresar todo lo que lleva una dentro. Yo siento cada d¨ªa m¨¢s fuerte la necesidad de expresarme, de liberar el nudo. que llevo como en el est¨®mago, para no explotar.
-La pareja. ?Crees en la pareja para siempre?
-Creo en la pareja para todos los d¨ªas.
Uno escucha a estas peque?itas y es que no acaba como de cre¨¦rselo. Est¨¢ claro que el mundo sigue, testarudo en su testarudez. La vuelta de los viejos rollos, corporalizados ahora por el se?or Reagan, no es una teor¨ªa matinal y vaga, sino que se hace realidad en muchachas real¨ªsimas, como Natacha de Santis, hija de padres rebeldes, a quien conoc¨ª desde ni?a (ya se ha dicho) y que casi lamenta no haber sido chica yanqui para votar al vaquero "con gesto de presidente", como tenemos escuchado en una impagable radio. ?Nadie les explica a estos chicos que el bienestar que vende Reagan est¨¢ obtenido a costa del Tercer Mundo, del Cono Sur, de las ¨¢reas latinoch¨¦s y de otras ¨¢reas explotadas del planeta? No va uno a entrar en esos enlaberintados debates con Natacha de Santis, a la que uno quiere como a una sobrina ap¨®crifa que nos dio el periodismo. No es uno partidario de explicar a la juventud lo inexplicable. No es uno de la leva de Brunete, que van contando su batallita derecha/izquierda a todo el mundo. Pero el mal viene de atr¨¢s. Cuando el izquierdismo juvenil degener¨® en la romer¨ªa plurisexual Mayo/68, algunos comprendimos que varias generaciones estaban perdidas para siempre. Hoy, los ensayistas "j¨®venes" de Gallimard son casi todos aquellos h¨¦roes de la acracia, que han sustituido el cambiar la Historia por el recambiar la amante. G¨¹nter Grass, en su ¨²ltimo libro, Los alemanes se extinguen, hace memoria de la muerte de Rudi (la versi¨®n alemana de los ¨¢cratas parisinos) e ironiza sobre el destino peque?oburgu¨¦s y el oquedal de palabras que el chico hab¨ªa creado con su revolucionarismo apol¨ªtico. ?Le explico todas estas cosas a Natacha? No. Natacha tiene la frente pura y las piernas de interminable encaje.
-El cine.
-Me han hecho unas cuantas pruebas los italianos y parece que les interesa mi cara.
-La moda es un tr¨¢mite en tu vida.
-La moda es un tr¨¢mite, pero yo tengo que pasar modelos s¨®lo hilvanados, y los paso con plena convicci¨®n, porque mi deber y mi vocaci¨®n me llevan a hacerlo. A veces hay se?oras que me quieren arrancar el vestido del cuerpo, para comprarlo en el acto, y no es m¨¢s que un retal hilvanado. La moda es interpretaci¨®n.
-Un hombre elegante o un hombre inteligente, aunque la pregunta sea tonta.
-Siempre, un hombre inteligente. Yo no voy a tener una relaci¨®n con un traje. -
-La moda que flipa y te flipa.
-Los a?os 30/40.
Efectivamente, lleva una melena como la de mis t¨ªas, que a mis t¨ªas tambi¨¦n les sentaba muy bien, cuando ten¨ªan su edad. Todo consiste en hacerse la raya a un lado. "Me fabrico mi propia moda, dise?o para m¨ª, tengo demasiadas vocaciones, visto como quiero y, lo que quiero, lo tengo muy claro".
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