El oficialismo del PSOE

Ha concluido el 30? congreso del PSOE. Se han confirmado las tesis oficialistas y, con ello, Izquierda Socialista, encabezada por Pablo Castellano, ha quedado fuera de juego. A nadie le ha cogido por sorpresa. Si antes, en el anterior congreso, consigui¨® la l¨ªnea de Felipe Gonz¨¢lez la renuncia al marxismo -"hay que ser socialistas antes que marxistas"-, ahora, con m¨¢s poder que antes, ha impuesto sus tesis derechistas: "El sistema capitalista es el menos malo". "Prefiero morir apu?alado en el metro de Nueva York que de asco en un frenop¨¢tico de Mosc¨²".A la vista de esto, cabe calificar de ingenua a Izquierda Socialista por pretender modificar la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno y su atlantismo pro-OTAN y de kafkiana la pretensi¨®n de que un partido no marxista recoja la aspiraci¨®n marxista de acabar con la explotaci¨®n del hombre por el hombre. Es in¨²til pedirle peras al olmo, y Pablo Castellano debiera recordar que el moderno socialismo del PSOE lo defin¨ªa ya Carlos Marx al referirse al socialismo burgu¨¦s diciendo de ¨¦ste que "se resume precisamente en esta afirmaci¨®n: los burgueses son burgueses en inter¨¦s de la clase obrera".

No peca de vanidad Felipe Gonz¨¢lez cuando afirma que no existe una alternativa s¨®lida al PSOE. Es el m¨¢s importante partido de izquierdas, y al aplicar una pol¨ªtica de derechas les pisa el terreno a Fraga, Roca y Su¨¢rez. El se?or Gonz¨¢lez s¨®lo habr¨ªa de temer al PCE, pero ¨¦ste se ha hundido por s¨ª solo. El PCE, que ya renunci¨® al leninismo con Santiago Carrillo, que expresaba la esencia del eurocomunismo en la revista Time en 1975 de la siguiente manera: "Nuestro prop¨®sito no es que las fuerzas americanas se retiren de las bases de Espa?a... Estamos dispuestos a proteger las inversiones americanas", sigue perdiendo su identidad ideol¨®gica con el eurocomunismo renovado de Gerardo Iglesias.

Moraleja: mientras la Izquierda Socialista de Pablo Castellano y el PC de Ignacio Gallego se lamentan, los unos por la pureza ideol¨®gica del PSOE y los otros por la usurpaci¨®n de siglas, el votante de izquierdas se encuentra como quien compra una lata de conservas: s¨®lo la etiqueta le dice lo que hay dentro. Es triste que existiendo una ley de defensa del consumidor no exista una ley de defensa del votante. En cambio, tenemos Defensor del Pueblo, pero al cabo, como el tribuno de la plebe de la antigua Roma, resuelve poco o nada-