El sindicalismo policial, entre la reforma aplazada y las maniobras divisorias
El sindicalismo policial espa?ol, a los dos a?os de la formaci¨®n del Gobierno socialista, se encuentra en un momento importante para la obtenci¨®n del objetivo de una polic¨ªa civil, democr¨¢tica y unificada. Seg¨²n el autor de este art¨ªculo, la llegada al Gobierno del Partido Socialista Obrero Espa?ol no ha significado, lejos de lo que se esperaba, la desaparici¨®n de las maniobras de dilaci¨®n de la reforma policial y de divisi¨®n del movimiento sindical.
La historia reciente del sindicalismo policial espa?ol est¨¢ directamente relacionada con la de la reforma de la administraci¨®n policial. Desde sus or¨ªgenes, en la clandestinidad, polic¨ªas que se agrupan en torno a la Uni¨®n Nacional de Polic¨ªas (UNP) reclaman la democratizaci¨®n de las estructuras policiales. Ante ello, las jerarqu¨ªas oficiales reaccionan instaurando un asociacionismo vertical seudodemocr¨¢tico para neutralizar los movimientos democr¨¢ticos internos en la polic¨ªa, que se materializa en la Asociaci¨®n Profesional de Funcionarios del Cuerpo Superior de Polic¨ªa, directamente controlada y al servicio del entonces subdirector general Jos¨¦ Sainz, asociaci¨®n que ya entonces entra en conflicto con la propia UCD, al publicar el Dolorosamente hartos.
Este evento supuso que un grupo de polic¨ªas crease la Uni¨®n Sindical de Polic¨ªas (USP), donde se integr¨® la mayor parte de los profesionales de la polic¨ªa que animaron el sindicalismo clandestino.
Esta organizaci¨®n, que es continuidad, con el par¨¦ntesis asociativo, de la UNP, se plantea desde sus comienzos objetivos pol¨ªticos y sindicales, que se van desarrollando a partir de su estrategia, definida en los sucesivos congresos.
En el orden pol¨ªtico se constat¨® que las estructuras policiales eran obsoletas y, por consiguiente, inadecuadas para prestar un m¨ªnimo servicio a la democracia ?que se hab¨ªa otorgado a los espa?oles, la multiplicidad de cuerpos policiales, la estructura militar de dichos cuerpos, con mandos militares al frente incluso de las polic¨ªas municipales, la politizaci¨®n de la mayor¨ªa de sus jefes, la superposici¨®n de funciones y competencias, etc¨¦tera, son datos f¨¢cilmente contrastables.
En el orden sindical es evidente que la constituida asociaci¨®n pretend¨ªa, adem¨¢s de neutralizar el movimiento clandestino, servir de coartada y respaldo a las jerarqu¨ªas policiales; no en vano fueron sus delfines los que manipulaban el asociacionismo; ante lo que se plante¨® un sindicalismo abierto, reivindicativo y de denuncia.
La USP entr¨® en relaciones pol¨ªticas con el espectro de centro izquierda y sindicales con las centrales mayoritarias UGT y CC OO, y en el ¨¢mbito internacional, con la Uni¨®n Internacional de Sindicatos de Polic¨ªas (UISP), as¨ª como con la FASP (Francia) y el SIULP (Italia).
Fruto de la actividad desplegada por la organizaci¨®n fue la materializaci¨®n de resoluciones congresuales de partidos y sindicatos, que recogieron en s¨ªntesis los an¨¢lisis y propon¨ªan soluciones fielmente reflejadas en los documentos de la USP.
Polic¨ªa civil y democr¨¢tica
La m¨¢xima de una polic¨ªa civil, democr¨¢tica y unificada se expandi¨® por doquier entre los miembros de los cuerpos policiales y la opini¨®n p¨²blica, y se plasm¨® en los programas electorales de los partidos progresistas.
Las organizaciones sindicales policiales comenzaron a transformarse. Comenz¨® a formarse un nuevo sindicalismo y se desarroll¨® en el seno de la Asociaci¨®n Profesional del Cuerpo Superior de Polic¨ªa una incipiente democratizaci¨®n, inicialmente sem¨¢ntica y posteriormente con la asunci¨®n de postulados similares a los de la USP, que culmina en el Sindicato Profesional de Polic¨ªas (SPP) de hoy.
En las polic¨ªas municipales se constituyen sindicatos de ¨¢mbito estatal que monopolizan pr¨¢cticamente la representatividad, como la Uni¨®n Sindical de Polic¨ªa Municipal y el Sindicato Profesional de Polic¨ªas Locales; de forma paralela, el SUP, cuya clandestinidad data de los tiempos de la UNP, se expande desde Sevilla a la mayor¨ªa de las provincias espa?olas.
Esta etapa concluye con la llegada del Gobierno del PSOE. Todos esper¨¢bamos que el ministro del Interior, Jos¨¦ Barrionuevo, y su equipo, Vera y San Juan, abordaran la reforma prometida en el programa electoral de su partido y procedieran a la desmilitarizaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional, la unificaci¨®n policial, el reconocimiento de derechos sindicales para los polic¨ªas naciones y la articulaci¨®n de la participaci¨®n sindical en los problemas de personal; lejos de caminar en este sentido, durante dos a?os de Administraci¨®n socialista comete reiterados errores con los sindicatos policiales existentes: en la Polic¨ªa Nacional, los jefes y oficiales del Ej¨¦rcito, con la colaboraci¨®n de un reducido grupo de polic¨ªas nacionales, pretenden crear una asociaci¨®n corporativa para la defensa de los intereses de las jerarqu¨ªas, que el SUP, inteligentemente, aborta.
Con los sindicatos USP y SPP entra en conflicto al incumplir los acuerdos suscritos, culmin¨¢ndose en la manifestaci¨®n p¨²blica del 29 de noviembre de 1983 en la Puerta del Sol; a los sindicatos estatales de Polic¨ªa Municipal no se les reconoce dicha representatividad y se les relega al ¨¢mbito de los ayuntamientos.
Ante la prolongada situaci¨®n de marginamiento sindical e incluso destrucci¨®n, -no tienen otra explicaci¨®n las reformas disciplinarias contra los representantes sindicales o las subidas salariales anunciadas a espaldas de los sindicatos policiales y la paralizaci¨®n de las reformas- por primera vez se re¨²nen las organizaciones sindicales representativas SPP, SPPL, SUP, USP y USPM, que elaboran un documento reivindicativo que va desde la solicitud de "la inmediata legalizaci¨®n del SUP" y la regulaci¨®n y promulgaci¨®n de un estatuto de participaci¨®n sindical hasta la promulgaci¨®n de la ley org¨¢nica de Cuerpos de Seguridad.
Al un¨ªsono, numerosas personalidades de la vida intelectual, social, Universidad, hacen p¨²blico un manifiesto, con ocasi¨®n del D¨ªa de la Polic¨ªa, en el que instan al Gobierno a que aborde la reforma policial.
El anuncio de "la legalizaci¨®n de las expresiones sindicales" en la Polic¨ªa Nacional y de reformas puntuales dirigidas hacia la desmilitarizaci¨®n y unificaci¨®n policial fueron acogidas en amplios sectores con sincera satisfacci¨®n, pues se esperaba que significara un cambio de actitud de Interior que posibilitar¨ªa la normalizaci¨®n e institucionalizaci¨®n de relaciones responsables con los sindicatos policiales.
El tiempo transcurrido y las acciones llevadas a cabo desde el anuncio comienzan a generar dudas razonables sobre si ¨¦stas son las verdaderas intenciones de Interior o si simplemente era un intento de ganar tiempo evitando no s¨®lo la convergencia de las cinco organizaciones sindicales y las posibles acciones sindicales en torno al documento reivindicativo, sino la extensi¨®n razonable de un movimiento ciudadano encabezado por personalidades de la Universidad, la cultura, etc¨¦tera, sin olvidar a una delegaci¨®n de la Uni¨®n Internacional de Sindicatos de Polic¨ªa, que hab¨ªa de venir a Espa?a para llevar a cabo una acci¨®n en pro de la desmilitarizaci¨®n y sindicalizaci¨®n policial.
La acci¨®n pol¨ªtica responsable de Interior debe dirigirse a las organizaciones sindicales que le dirigen el documento elaborado el citado d¨ªa 18 de septiembre, pues con ello hubieran ayudado de forma positiva a la integraci¨®n de las fuerzas sindicales, ya que se hubiesen abordado los problemas y soluciones de forma global, abordando ya la creaci¨®n de comisiones paritarias entre Administraci¨®n y representantes sindicales que comiencen a institucionalizar el di¨¢logo y soluci¨®n, en principio, de todos los problemas de personal, d¨¢ndole contenido y sentido a la acci¨®n sindical como m¨ªnimo para la defensa de la dignidad de los profesionales de la polic¨ªa, sometidos a¨²n a las discriminaciones y vejaciones de alg¨²n jefe. Con lo que se podr¨ªa evitar el lamentable espect¨¢culo de que un jefe superior de Polic¨ªa o un director tengan que ir a declarar o incluso llegue el caso de que se les procese por atentar contra las libertades sindicales.
Lejos de esto, parece -deseo equivocarme- que se ha orientado a separar al SUP del resto de las organizaciones sindicales, ofreci¨¦ndole la legalizaci¨®n por la v¨ªa del decreto 3.624/1977, de 26 de diciembre, hasta ahora rechazado por la Administraci¨®n (?por qu¨¦ han tardado dos a?os?) y que hab¨ªa dado lugar a la interposici¨®n de recursos contencioso-administrativos en v¨ªas de resoluci¨®n en Madrid y en Sevilla.
Las dudas razonables sobre los posibles pactos entre Interior y los actuales dirigentes del SUP pueden constituirse en un argumento para la desestabilizaci¨®n interna y externa, con proliferaci¨®n de organizaciones sindicales en la Polic¨ªa Nacional que discutan y se atribuyan la representatividad sindical de los polic¨ªas nacionales, con las consiguientes radicalizaciones verbales y sindicales en un colectivo profesional esencial para la seguridad de los ciudadanos, y como beneficiado directo, la Guardia Civil, que no hay que olvidar est¨¢ obligada a callarse disciplinada y militarmente.
Por lo menos, en lo que respecta a los sindicatos policiales, no deber¨ªamos caer en esta maniobra de divisi¨®n y dilaci¨®n para abordar la reforma policial, por lo que tendremos que caminar hacia una intersindical, como interlocutora representativa de los profesionales de la polic¨ªa que, en estrecha relaci¨®n con personalidades de la vida cultural de este pa¨ªs, le hici¨¦ramos ver nuestra firme voluntad de reforma y de cambio de las actuales estructuras policiales.
Hoy por hoy, se puede afirmar que el sindicalismo policial es mayoritariamente democr¨¢tico, en cuanto que sus postulados y acciones se inscriben en el texto y contexto constitucional que se han dado los espa?oles; esta herencia la recibi¨® el PSOE al llegar al Gobierno.
A los actuales responsables les corresponde propiciar un sindicalismo unitario, s¨®lido y participativo de los polic¨ªas como mejor garant¨ªa de las libertades democr¨¢ticas de los espa?oles. En este nuevo empe?o se emplear¨¢n con todas sus energ¨ªas, una vez m¨¢s, los que se agrupan en torno a la USP.
es secretario general de la Uni¨®n Sindical de Polic¨ªas.
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