L¨ªbano no ha perdido su patrimonio cultural, pese a los da?os causados por la guerra
A pesar de las inscripciones hechas con la punta del cuchillo por los integristas isl¨¢micos en el castillo de los cruzados de San Gin¨¦s, que domina la ciudad de Tr¨ªpoli, y del derribo en Tiro por las excavadoras del Ej¨¦rcito israel¨ª de una parte de la pared de un templo romano, los 10 a?os de guerra en L¨ªbano no han conseguido borrar sus siglos de historia ni da?ar de manera irreversible el fabuloso patrimonio arqueol¨®gico y cultural de este viejo pa¨ªs mediterr¨¢neo, pese a la situaci¨®n de abandono y deterioro en que se encuentran muchos de sus monumentos hist¨®ricos.
Entre los templos de J¨²piter y de Baco, a 70 kil¨®metros al noreste de Beirut, la efigie del ayatola Jomeini, colocada probablemente all¨ª por los pashdaran (guardianes de la revoluci¨®n) iran¨ªes, fustiga "al gran Sat¨¢n americano y a la entidad sionista" (Israel). En esas mismas ruinas de Baalbek -la antigua Heli¨®polis de los romanos, empezada a construir en el a?o 10 de nuestra era- no se puede ya escuchar desde hace una d¨¦cada el concierto sinf¨®nico de una orquesta dirigida por Herbert von Karajan, pero el tableteo de las cercanas bater¨ªas antia¨¦reas del Ej¨¦rcito sirio que disparan contra los cazabombarderos israel¨ªes es, en cambio, perfectamente audible.El Museo Nacional, en plena l¨ªnea divisoria entre los sectores cristiano y musulm¨¢n de Beirut, permanece cerrado al p¨²blico desde hace 10 a?os, y ni los extranjeros ni los alumnos de los colegios visitan ya sus salas de exposiciones, repletas de objetos arqueol¨®gicos que abarcan 60 siglos de historia de L¨ªbano."Las destrucciones y los robos se han multiplicado estos ¨²ltimos meses", denunciaba recientemente Maha Chalabi, presidente de la Asociaci¨®n para la Salvaci¨®n de Tiro, que a ra¨ªz del acuerdo existente entre el Estado liban¨¦s y la Unesco para la protecci¨®n de la antigua metr¨®poli fenicia consigui¨® que el pasado oto?o expertos de la ONU investigasen los "da?os causados por el ocupante".En una interpelaci¨®n al jefe del Ejecutivo, Rachid Karame, el sacerdote y diputado Semaan Dueihy "se extra?aba de que el primer ministro no se haya escandalizado durante sus viajes sernanales en helic¨®ptero de la impresionante degradaci¨®n de la fortaleza de Msailha", otro castillo de los cruzados, del siglo XIII, "extraordinariamente conservado", seg¨²n las gu¨ªas tur¨ªsticas.El lamentable estado del patrimonio de esta cuna de la civilizaci¨®n fenicia incit¨® a un periodista liban¨¦s a publicar un art¨ªculo sugiriendo que se revisasen las gu¨ªas y preceptos tur¨ªsticos a¨²n en venta en las librer¨ªas beirut¨ªes.La cuna de la escritura
Tras ser actualizado, el cap¨ªtulo de Biblos, la ciudad donde fue inventada la escritura, quedar¨ªa redactado de la siguiente forma: "La m¨¢s antigua aglomeraci¨®n urbana del mundo, seg¨²n el historiador Philon, fundada 5.000 a?os antes de Jesucristo, pero ahora situada al lado del m¨¢s moderno aeropuerto militar liban¨¦s".
Consciente del deterioro sufrido por los vestigios hist¨®ricos repartidos por casi todos los rincones de L¨ªbano y de la incapacidad de su ministerio para restaurarlos o simplemente conservarlos, el titular de la cartera de Turismo y Obras P¨²blicas, Walid Jumblat, no dud¨® en calificar a su ministerio de basurero en una entrevista publicada por el semanario beirut¨ª en ingl¨¦s Monday Morning.
"Si me proponen vender Baalbek, Tiro o Biblos", agregaba el ministro, que es tambi¨¦n jefe de la milicia drusa, "lo estudiar¨¦. Acaso sea m¨¢s seguro vender esos monumentos antes de que alg¨²n d¨ªa sean hechos a?icos por la guerra o por algunas tropas de ocupaci¨®n". El palacio del siglo XVII que los Jumblat poseen en la localidad de Mujtara, en plena sierra del Chuf, a 35 kil¨®metros al sureste de Beirut, est¨¢, en cambio, perfectamente bien conservado.
Aunque todav¨ªa ning¨²n cliente ha conseguido adquirir para su colecci¨®n privada los monumentos a los que se refer¨ªa el dirigente druso, en L¨ªbano existe desde el inicio de la contienda un fruct¨ªfero tr¨¢fico de antig¨¹edades robadas en las ruinas abandonadas o incluso importadas ilegalmente de la vecina Siria, que permite a los particulares comprar desde una peque?a estatua romana hasta un sarc¨®fago fenicio.
Como desde que estall¨® el conflicto los ¨²nicos turistas que frecuentan la antigua "Suiza de Oriente Pr¨®ximo" -el eslogan publicitario que anunciaba a L¨ªbano en Europa- son "aventureros, esp¨ªas o periodistas", el mercado local de aficionados a la compra de objetos arqueol¨®gicos se ha reducido tanto que los traficantes se han visto obligados a exportarlos, generalmente a Londres.
Diez a?os de guerra han convertido a los ni?os de L¨ªbano en expertos en armamento, capaces de distinguir un cazabombardero Kfir israel¨ª de un Mig sirio y a diferenciar el ruido de un mortero del de un RPG antitanque. Pero mientras aprend¨ªan esta versi¨®n moderna de las artes marciales olvidaban la historia de su pa¨ªs.
"No tengo m¨¢s remedio, en mis clases de historia y geograf¨ªa", afirma Wafa, una maestra de escuela, "que explicar qu¨¦ ej¨¦rcito o milicia controla Baalbek, el castillo de Beaufort o Tiro para que mis alumnos comprendan f¨¢cilmente d¨®nde est¨¢ situado el castillo o el conjunto hist¨®rico del que les estoy hablando".
Los ni?os no pueden visitar las ruinas arqueol¨®gicas de su pa¨ªs, y Maurice Chehab, director del Museo Nacional, tampoco puede ense?ar las colecciones de antig¨¹edades expuestas en sus galer¨ªas y que logr¨® milagrosamente salvar en 1976 tras la toma del edificio por tropas sirias. "Est¨¢n guardadas en cajas de seguridad o han sido colocadas dentro de bloques de cemento", explica Maurice Chehab, aliviado.
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