Los anticonceptivos del a?o 2000
El autor del art¨ªculo analiza los distintos m¨¦todos utilizados por el ser humano para controlar su flecundidad; desde la abstinencia sexual, pasando por la revoluci¨®n que supuso para la tecnolog¨ªa anticonceptiva la llegada de los m¨¦todos hormonales, hasta los ¨²ltimos descubrimientos en la materia, entre los que destacan especialmente aquellos que tienen como destinatario al var¨®n.
Las gentes de todas las partes del mundo que desean limitar su fecundidad lo hacen principalmente para satisfacer aspiraciones individuales o familiares -proporcionar un buen hogar, acrecentar el afecto y las oportunidades para sus hijos y aumentar sus posibilidades de realizaci¨®n humana personal y familiar.Estas aspiraciones pueden verse frustradas por una fecundidad excesiva no deseada. Como revelan las cifras de embarazos no planeados ni deseados referentes a numerosos pa¨ªses, a menudo las parejas no tienen ¨¦xito en sus intentos anticonceptivos. Existen marcados indicios, a trav¨¦s de todo el mundo, de que se producen tasas altas de fecundidad no deseada junto con el deseo de limitar la misma. Hay que concluir, pues, que el deseo de las parejas de limitar su fertilidad no es frecuentemente alcanzable con los m¨¦todos de que hoy disponen.
Hasta la d¨¦cada de los sesenta, la base cient¨ªfica de la mayor¨ªa de los m¨¦todos anticonceptivos era la certeza de que las c¨¦lulas esperm¨¢ticas del macho fertilizan el ¨®vulo de la hembra. Durante siglos, la humanidad intent¨® evitar el embarazo sencillamente impidiendo que el espermatozoide llegara el ¨®vulo: retirando el pene antes de la eyaculaci¨®n, mediante dispositivos mec¨¢nicos tales como el cond¨®n o el diafragma, mediante la introducci¨®n en la vagina de una variedad de espermicidas qu¨ªmicos o mediante la ducha poscoito. La efectividad de estos procedimientos depende de su ¨¦xito en impedir que el espermatozoide realice su camino hacia el lugar de la fertilizaci¨®n.
La tecnolog¨ªa anticonceptiva dio un enorme salto cualitativo en el siglo XX cuando los cient¨ªficos trasladaron su atenci¨®n al ciclo ovulatorio de la hembra y al control hormonal de la reproducci¨®n. El hecho de que el m¨¦todo de abstinencia peri¨®dica no resulte una pr¨¢ctica anticonceptiva eficaz no disminuye su papel hist¨®rico en el enfoque del proceso ovulatorio como el acontecimiento clave para el control de la fertilidad. Se necesitaron varias d¨¦cadas para poner en orden los conocimientos necesarios que permitieran elaborar los medios para impedir la ovulaci¨®n, pero cuando lleg¨® ese momento se revolucion¨® la pr¨¢ctica de la anticoncepci¨®n. Con la p¨ªldora se inaugur¨® la era de la anticoncepci¨®n hormonal y, con ella, la b¨²squeda de m¨¦todos a¨²n mejores para lograr la regulaci¨®n de la fecundidad, interfiriendo con eslabones espec¨ªficos en la cadena de acontecimientos reproductivos.
En la investigaci¨®n para elaborar anticonceptivos mejores pueden identificarse diversos objetivos. En primer lugar, existe la necesidad de proporcionar mayor seguridad para aquellos que desean posponer los partos. En este sentido, la investigaci¨®n anticonceptiva es investigaci¨®n de prevenci¨®n del aborto, porque en todo el mundo muchos de los embarazos resultantes de fallos en los m¨¦todos anticonceptivos empleados terminan en un aborto voluntario. En segundo lugar, existe la necesidad de proporcionar m¨¦todos que reduzcan los efectos secundarios asociados a los m¨¦todos m¨¢s eficaces actualmente disponibles. Las parejas tienen que hacer frente ahora a la elecci¨®n entre el uso de m¨¦todos altamente eficaces -la p¨ªldora o el dispositivo intra-uterino (DIU)-, con grados variantes de efectos secundarios inc¨®modos o de riesgos para la salud, y m¨¦todos m¨¢s sanos, pero menos eficaces, para evitar el embarazo. En tercer lugar, existe la necesidad de proporcionar m¨¦todos que sean de uso sencillo, baratos y compatibles con los servicios log¨ªsticos de los distintos sistemas de salud.
Cualquier nueva droga anticonceptiva que pueda estar disponible para su uso en los a?os que quedan de este siglo tiene que estar ahora en alguna etapa de la investigaci¨®n cl¨ªnica o pr¨®xima a ella. Es posible, por consiguiente, contemplar el panorama de la contracepci¨®n para dichos a?os con un buen grado de certeza.
Anticonceptivos hormonales
Se est¨¢n estudiando preparaciones anticonceptivas orales que contienen una cantidad reducida de hormonas y que no disminuyen el nivel de eficacia anticonceptiva. Se encuentran ya a la venta productos trif¨¢sicos de baja dosis. El producto de dosis variable est¨¢ basado en el principio de supresi¨®n de la ovulaci¨®n. El plan de dosis cambiantes intenta seguir el modelo ov¨¢rico normal de producci¨®n de hormonas. El r¨¦gimen resultante es una dosis conjunta mensual, que est¨¢ por debajo de la dosis fijada de las p¨ªldoras anticonceptivas combinadas ahora en uso. En una preparaci¨®n trif¨¢sica, el contenido mensual de la hormona sint¨¦tica es aproximadamente un 40% menor que el m¨¢s bajo del anticonceptivo oral de dosis fija ahora disponible. Se supone que esa importante reducci¨®n de contenido hormonal disminuye los riesgos de efectos secundarios asociados con los cambios metab¨®licos inducidos por las hormonas.
C¨¢psulas subd¨¦rmicas
Se han elaborado c¨¢psulas anticonceptivas de larga actuaci¨®n, que se aprovechan de la compatibilidad con los tejidos del Silastic, un pl¨¢stico sint¨¦tico parecido al caucho. Durante 20 a?os se ha venido utilizando en diversos procedimientos quir¨²rgicos reparadores o est¨¦ticos una preparaci¨®n m¨¦dica de este pol¨ªmero. Algunas combinaciones qu¨ªmicas, entre las que se incluyen las hormonas anticonceptivas, pasan a trav¨¦s de una matriz s¨®lida del mismo. As¨ª, una provisi¨®n de esteroide cristalino almacenada en una c¨¢psula pasar¨¢ gradualmente, a una velocidad controlada, a trav¨¦s de la pared de Silastic.
La versi¨®n m¨¢s avanzada de las c¨¢psulas subd¨¦rmicas anticonceptivas es la denominada Norplant. Consiste en un conjunto de seis peque?as c¨¢psulas, que se colocan bajo la piel en la parte superior del brazo. Las c¨¢psulas liberan un total de aproximadamente 30 mcg. diarios de la hormona anticonceptiva llamada levonorgestrol. El efecto antifecundidad est¨¢ basado en una terapia de progestina a baja dosis, sin utilizar el estr¨®geno. Se consigue un nivel uniforme de progestina en la sangre gracias a este sistema de descarga por microabsorci¨®n. En las c¨¢psulas hay la suficiente provisi¨®n de hormona como para mantener este nivel en la sangre durante cinco o seis a?os. Dado que las c¨¢psulas pueden ser retiradas en cualquier momento, el m¨¦todo es reversible a voluntad. La efectividad de las implantaciones de Norplant ha sido evaluada en estudios que se han desarrollado a lo largo de ocho a?os. Es el m¨¦todo anticonceptivo reversible m¨¢s eficaz de los que actualmente puede disponerse, con cifras de resultados que sobrepasan las de la p¨ªldora y las del DIU y el que m¨¢s se aproxima a las cifras de la esterilizaci¨®n quir¨²rgica.
Ha sido lo suficientemente experimentado como para asegurar que despu¨¦s de la retirada de las implantaciones de Norplant, la fecundidad vuelve prontamente. Este m¨¦todo se est¨¢ probando en experimentos de campo en numerosos pa¨ªses, entre los que se incluyen diversas naciones desarrolladas con programas de planificaci¨®n familiar. Las implantaciones de Norplant se fabrican en Finlandia, donde el producto es objeto de una creciente popularidad. Pronto estar¨¢ a la venta en otros pa¨ªses europeos y en otras partes de todo el mundo.
Anticonceptivos masculinos
Los dos descubrimientos actualmente sometidos a investigaci¨®n para conseguir la anticoncepci¨®n masculina son notablemente diferentes en su origen. Uno de ellos es producto de una investigaci¨®n fundamental sofisticada, que fue reconocida con la recompensa de dos premios Nobel. El otro es el resultado de una observaci¨®n hecha por un m¨¦dico en activo en una aldea china. En 1971, dos bioqu¨ªmicos estadounidenses dieron a conocer de manera independiente la estructura de la hormona producida por el cerebro que controla indirectamente la producci¨®n de esperma. Grandes dosis de esta hormona o de sus an¨¢logos de alta potencia pueden tener el efecto parad¨®jico de suprimir la funci¨®n gonadal.
El gossypol es la combinaci¨®n qu¨ªmica que, como p¨ªldora anticonceptiva para hombres, ha sido experimentada en China despu¨¦s de que diversos seguimientos m¨¦dicos revelaran que es el principio activo del aceite crudo de semilla de algod¨®n, que fue el responsable de una apidemia de infecundidad en una aldea rural. En amplios experimentos de campo, m¨¢s de 10.000 chinos tomaron las p¨ªldoras, y al cabo de tres meses en casi todos ellos ces¨® la producci¨®n de esperma. Un rasgo prometedor de la acci¨®n del gossypol es que este efecto sobre la producci¨®n del esperma se logra sin un efecto supresivo sobre la l¨ªbido. As¨ª, hasta ahora los resultados cl¨ªnicos del gossypol son interesantes y justifican un prudente optimismo, pero existen aspectos fundamentales de seguridad y reversibilidad que necesitan clarificaci¨®n adicional. Mientras tanto, se han sintetizado an¨¢logos del gossypol que est¨¢n siendo experimentados en busca de posibles ventajas sobre la combinaci¨®n original.
Los anticonceptivos aqu¨ª descritos pueden estar a la venta en algunas partes del mundo en los pr¨®ximos a?os. Entre tanto, contin¨²a la investigaci¨®n fundamental en algunas v¨ªas que requieren mucho tiempo antes de que puedan ser evaluadas sus expectativas anticonceptivas. En esta categor¨ªa est¨¢n las potenciales vacunas para uso tanto por hombres como por mujeres y las p¨ªldoras que podr¨ªan tomar las mujeres para inducir menstruaciones mensuales, bloqueando la acci¨®n de la progesterona. En particular, esta ¨²ltima v¨ªa es especialmente prometedora. Se han obtenido resultados favorables con una de esas combinaciones qu¨ªmicas en algunos ensayos cl¨ªnicos preliminares realizados en Francia, Suiza, Suecia, Hungr¨ªa y Estados Unidos.
No existe ning¨²n m¨¦todo de anticoncepci¨®n perfecto para la diversa poblaci¨®n mundial. Pero como la investigaci¨®n contin¨²a, el conjunto de m¨¦todos disponibles se ampliar¨¢ de manera que cada pareja pueda tener mejores oportunidades de seleccionar un anticonceptivo que constituya una elecci¨®n apropiada y conveniente. es doctor en Filosof¨ªa, director de Ciencias de la Poblaci¨®n en la Fundaci¨®n Rockefeller.
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