El escultor Venancio Blanco presenta en Roma una antolog¨ªa de su obra
La Academia Espa?ola de Bellas Artes de Roma tiene abierta al p¨²blico una soberbia exposici¨®n de escultura de su director, el artista Venancio Blanco, acad¨¦mico de la Real de San Fernando y que cuenta en su haber con todo un rosario de premios que van desde la medalla de oro de la IV Bienal Internacional de Arte Sacro de Salzburgo a la medalla tambi¨¦n de oro en la X Exposici¨®n de Artes en Europa celebrada en Bruselas.
La exposici¨®n, abierta hasta el pr¨®ximo domingo y que recoge lo mejor de la vida art¨ªstica muy enjundiosa del autor en sus ¨²ltimos 40 a?os, consta de unas 80 obras que se quedan estrechas en el gran sal¨®n de la academia porque cada una de ellas, muchas sin duda alguna, merecer¨ªan, para ser valoradas mejor, una sala para ellas solas.La Academia es, en Roma, una de las instituciones extranjeras de mayor prestigio.
Y lo que maravilla a los visitantes y cr¨ªticos italianos que admiran las esculturas de Venancio Blanco es esa fuerza espa?ola que vibra en sus bronces y ese magnetismo viril que contrasta tanto con la suavidad de tanto arte italiano. Maravilla y sorprende esa mezcla que ha caracterizado toda la vida el arte del autor salmantino de espacios religiosos y taurinos juntos. Esa especie de fiesta sacra y profana al mismo tiempo. Una fiesta en la que resalta el rojo de la sangre, porque los s¨ªmbolos taurinos est¨¢n all¨ª, en aquellas esculturas con toda su din¨¢mica de lucha y de muerte, y la religiosidad de Venancio es siempre crucificada.
Y, en efecto, el artista hab¨ªa teorizado ya estos sentimientos que agitan sus cinceles en una entrevista lejana con Luis Jim¨¦nez Martos, cuando a la pregunta del escritor sobre si existen para ¨¦l relaciones ¨ªntimas entre lo taurino y lo sagrado responde: "Siempre pens¨¦ que entre el toro bravo y Cristo existe una relaci¨®n. El toro bravo, cuando nace, t¨² ya sabes casi el momento exacto en que va a morir y, en ciertos casos, d¨®nde lo van a matar y hasta qui¨¦n. Lo mismo ocurr¨ªa con Cristo".Fuerza m¨ªstico-taurina
Choca a los extranjeros esta fuerza m¨ªstico-taurina de las bell¨ªsimas esculturas del espa?ol. E impresiona m¨¢s cuando conocen en persona al autor. Porque Venancio Blanco es lo opuesto de esa reciedumbre de sus obras. Es t¨ªmido, fr¨¢gil y casi se averg¨¹enza de confesar que aquella fuerza de arte que impresiona y sacude el alma ha brotado de sus manos peque?as. De Venancio Blanco existen obras hasta en los museos vaticanos, ha hecho casi 100 exposiciones en todo el mundo y es adem¨¢s el responsable de la formaci¨®n art¨ªstica de la flor y nata de los j¨®venes artistas llegados a Roma.
De la escultura de Venancio Blanco que triunfa en la Academia de Bellas Artes, en ese rinc¨®n m¨¢gico de Roma que es San Pietro in Montorio, han escrito los cr¨ªticos que "podr¨¢ parecer materialista a quien no observe que su equilibrio no es s¨®lo gravedad, sino ante todo idea".
"El ritmo le imprime una fuerza ascendente que no es enso?aci¨®n, sino fe y esperanza", a?aden.
En la exposici¨®n se puede admirar el famoso Nazareno a tama?o natural que el artista nunca quiso vender ni siquiera a su gran comprador de los tiempos verdes, el actor Anthony Quinn, que hab¨ªa construido incluso una capilla en su casa romana para conservarlo y admirarlo.
Babelia
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