Paul Bowles vive
Mi deseo no es otro que el de aportarle unos datos a Enrique Franco, cuyos conocimientos musicales me han llenado de asombro a lo largo de los a?os. Datos en exclusiva referidos al polifac¨¦tico Paul Bowles, como as¨ª lo define el propio Enrique Franco en su art¨ªculo La tragedia lorquiana en la m¨²sica (EL PAIS, 27 de diciembre).- Paul Bowles no ha muerto. Sigue vivo y gozando de buena salud en su retiro tangerino. Quien s¨ª muri¨® fue su mujer, Jane Bowles, la musa inspiradora de Truman Capote. Este ser fascinante falleci¨® en M¨¢laga en 1973 y all¨ª est¨¢ enterrada. Esperemos que ahora que la bella ciudad andaluza goza de un alcalde en nada ajeno a la cultura no olvide a Jane Bowles ni a otros escritores anglosajones (la lista puede resultar sorprendente) al llegarle el momento de rebautizar calles. M¨¢laga fue cosmopolita mucho antes que existiera la Costa del Sol. Afortunadamente, la obra de Jane Bowles empieza a ser conocida de nuestros lectores gracias a la editorial Anagrama.
- E igual le sucede a Paul Bowles. Como novelista y autor de relatos breves (excelentes), ya no es para los espa?oles un desconocido. A la editorial Alfaguara se lo debemos y se lo agradecemos. Aunque muchos olviden que sus primera novelas pasaron ignoradas (por desconocimiento) ante los ojos de nuestros cr¨ªticos: El cielo protector (Editorial Suramericana, 1954) y La casa de la ara?a (Luis de Caralt, 1958).
Pero quien ahora nos interesa es el Paul Bowles compositor. A pesar de gozar en su pa¨ªs, Estados Unidos, de merecido prestigio, y no ya como compositor, sino tambi¨¦n como cr¨ªtico y como music¨®logo, en Espa?a apenas si se le conoce. Y ello es grave dado que Paul Bowles s¨ª conoce en profundidad, tanto nuestra cultura literaria como nuestra cultura musical. Am¨¦n de hablar y de escribir el castellano a la perfecci¨®n. E igual le suced¨ªa a Jane Bowles.
- Como compositor, Paul Bowles busc¨® su inspiraci¨®n por tres veces consecutivas en la obra de Garc¨ªa Lorca: The Wind Remains, Cuatro canciones y Yerma.
The Wind Remains, al decir del propio compositor, es una zarzuela, y como tal la calific¨® en puro castellano. Est¨¢ inspirada en escenas de As¨ª que pasen cinco a?os. Hay en esta pieza una parte dialogada en ingl¨¦s (traducida por el propio Paul Bowles) y otra cantada, sin traducir, que conserva el texto original de Lorca. Fue estrenada en marzo de 1943, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Leonard Bernstein dirigi¨® la orquesta. Los decorados los iba a realizar Salvador Dal¨ª. Incluso lleg¨® a dise?ar algunos bocetos. Ignoro el motivo que frustr¨® tal colaboraci¨®n. Lo que s¨ª recuerdo es que Paul conservaba (y conservar¨¢) la correspondencia con Dal¨ª referente a esta puesta en escena. Existe una grabaci¨®n discogr¨¢fica de The Wind Remains, editada por M. G. M., n¨²mero E 3.549, con Caries Surinach (director de orquesta), Dorothy Rienzi (soprano) y Loren Driscoll (tenor).
Cuatro canciones (Cancioncilla, Media luna, Balada amarilla y Muri¨® al amanecer), compuestas para voz y piano. En 1958 las dio a conocer en Nueva York la American Music Edition.
Yerma. De drama musical califica Paul Bowles a su partitura. Fue escrita para la muy particular voz de ese no menos particular personaje que fue Libby Holman. La traducci¨®n del texto lorquiano tambi¨¦n es de Paul Bowles. Como bien dice Enrique Franco, se estren¨® en la universidad de Denver (Colorado) en julio de 1958. Con Libby Holman (por supuesto) como Yerma y Caries Surinach al frente de la orquesta. Dos meses despu¨¦s (en septiembre) se estren¨® en Nueva York. Existe versi¨®n discogr¨¢fica, pero la ignoro.-
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