El inspector Jos¨¦ Luis de Tom¨¢s, premio Nadal, cree que la polic¨ªa es una buena escuela literaria
Enjuto, de rostro duro y anguloso, enfundado en un buen traje y cubierto por una gabardina beis del m¨¢s puro estilo Bogie, Jos¨¦ Luis de Tom¨¢s Garc¨ªa, ganador de la 41? edici¨®n del Premio Nadal con su novela La otra orilla de la droga, posee la apariencia arquet¨ªpica del inspector de polic¨ªa. Escritor in¨¦dito y de nulo pasado literario, el flamante premio Nadal, cinco a?os en el Grupo de Estupefacientes y actualmente en Homicidios, considera que su profesi¨®n es un buen bagaje para el oficio de escribir. "La polic¨ªa es una escuela de psicolog¨ªa impresionante", se?ala.
Jos¨¦ Luis de Tom¨¢s no parece sentirse c¨®modo, sin embargo, en su nuevo papel de novelista reconocido. No acaba de encontrar el registro preciso para asumir sus nuevas funciones de personaje p¨²blico y afronta las entrevistas como un interrogatorio. Tenso y visiblemente nervioso, contesta a las preguntas con una concreci¨®n de oficio mientras sus ojos, negros y peque?os, delatan la sensaci¨®n de abismo que para este escritor-polic¨ªa supone la reci¨¦n adquirida popularidad. El hecho de que rec¨®nditos compromisos profesionale le reclamen urgentemente en su puesto de Valencia y la inoportuna desaparici¨®n de su coche a manos de la gr¨²a municipal, no contribuyen en absoluto a la serenidad del galardonado." Mi novela", explica Jos¨¦ Luis de Tom¨¢s, "es una descripci¨®n de lo que sucede realmente en el mundo de la droga, algo muy alejado de las ficciones cinematogr¨¢ficas y televisivas. En ella pretendo desenmascarar el principal tr¨¢fico que existe en nuestras calles, el ratoneo, ejercido por peque?os vendedores consumidores". La otra orilla de la droga transcurre en Valencia "con algunos viajes espor¨¢dicos a Barcelona". Tambi¨¦n aparece retratada, en una suerte de flash-back, la vida carcelar¨ªa "con sus peque?as y grandes ilusiones y su miseria". La obra est¨¢ basada en hechos y personas reales.
El tema de la droga parece obsesionar particularmente al inspector, que subraya la intenci¨®n social, de denuncia, de su novela. Se mueve m¨¢s c¨®modamente en la definici¨®n de los factores que determinan la toxicoman¨ªa que en las procelosas aguas de la literatura, y por tanto se lanza a hablar sobre su especialidad con alivio. Le secunda en ello su superior jer¨¢rquico, que ha viajado con ¨¦l y le sigue entusiasmado a todas partes. Pasado el arranque de profesionalismo, en el que, sorprendentemente, los dos polic¨ªas coinciden en se?alar que en Espa?a "no existe apenas el tr¨¢fico de altura" y s¨ª una rica tradici¨®n de "buen¨ªsimos macarras", el escritor vuelve a su obra.
"El protagonista principal es hist¨®rico. Hijo de una prostituta y de un alcoh¨®lico, aprende pronto a robar. Conoce a una chica de clase media-alta en un pub" -lo pronuncia paf- "y establecen una relaci¨®n. Luego ella, separada de su familia, se dedica a la prostituci¨®n para poder conseguir droga". La novela incluye, a manera de ap¨¦ndice, un diccionario de argot, seudo idioma en el que Jos¨¦ Luis de Tom¨¢s, que pronuncia costo, mercanc¨ªa y rollo con seguridad, se considera muy versado.
El polic¨ªa-escritor asegura que no es autodidacta y que admira especialmente a Francisco Garc¨ªa Pav¨®n -"por su recidumbre de idioma"-, a Camilo Jos¨¦ Cela y a Frederick Forsyth. Jos¨¦ Luis de Tom¨¢s, que estudi¨® tres a?os de Filosof¨ªa y Letras, no se prodiga demasiado como autor. La verdad es que aparte de la novela premiada con el Nadal s¨®lo ha hecho "peque?os pinitos", como ¨¦l mismo confiesa. Con una especie de verg¨¹enza por no poder presentar mayores realizaciones y haciendo gala de una notable timidez, el autor recuerda un poema, escrito a los 18 a?os, que un compa?ero present¨® a un concurso de la Universidad de Zaragoza y que, con el nombre del amigo, consigui¨® el primer premio.
Ricas experiencias
Jos¨¦ Luis de Tom¨¢s envuelve en misterio sus actuales proyectos: "Estoy escribiendo algo pero igual lo rompo. De La otra orilla de la droga tir¨¦ m¨¢s de 100 folios". No quiere volver a abordar temas policiales, pero reconoce que "probablemente nunca me podr¨¦ desprender de mis experiencias profesionales". Considera que ¨¦stas le han permitido "tener acceso a una gama social muy amplia" y que la pr¨¢ctica policial "me servir¨¢ siempre en lo sucesivo para escribir".El polic¨ªa subraya que no voy a dejar mi profesi¨®n, aunque tratar¨¦ de ara?ar m¨¢s tiempo para dedicarlo a la literatura". Jos¨¦ Luis de Tom¨¢s pas¨® voluntariamente a Homicidios tras muchos a?os en Narc¨®ticos y lo hizo "no porque estuviera cansado de las drogas sino porque una persona cuando est¨¢ muerta, est¨¢; su cad¨¢ver es algo palpable y el trabajo se realiza a partir de ah¨ª, es como m¨¢s ordenado". Su nueva tarea no influir¨¢, asegura, en el terreno literario: "No me va el g¨¦nero negro", explica.
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