Mauritania renegocia su deuda exterior
Mauritania negocia desde hoy, en Washington, un reescalonamiento de su deuda exterior, que supera los 1.400 millones de d¨®lares (alrededor de 245.000 millones de pesetas). El teniente coronel Ane Mamadu Babaly, ministro mauritano de Finanzas desde el pasado golpe palaciego del 12 de diciembre, se encuentra en la capital norteamericana, donde celebra entrevistas con ese fin con los responsables del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.El ministro mauritano est¨¢ acompa?ado por el gobernador del Banco de Mauritana. Mauritania, con menos de 320 d¨®lares (unas 55.000 pesetas) de producto interior bruto anual por habitante, es uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de la tierra. Su crisis econ¨®mica se ha agravado en los ¨²ltimos a?os debido a una pertinaz sequ¨ªa que se prolonga desde hace 10 a?os ininterrumpidos y que ha hecho desaparecer pr¨¢cticamente toda la agricultura de Mauritania.
La corrupci¨®n y el despilfarro, citados por los nuevos gobernantes de Nuakchott, como motivos profundos de la reestructuraci¨®n del comit¨¦ militar, operada el pasado 12 de diciembre, han sido tambi¨¦n dos argumentos de peso esgrimidos por las instituciones financieras internacionales contra las peticiones de ayuda mauritanas.
Desde hace unos meses, y debido a las amenazas de algunos pa¨ªses de suspender la ayuda alimentaria ante la deficiente distribuci¨®n mauritana, y en algunos casos su desv¨ªo hacia otros fines, el Gobierno de Nuakchott, autoriz¨® a estos pa¨ªses a controlar ellos mismos la distribuci¨®n.
El Fondo Monetario Internacional ha recomendado a Mauritania, previa toda concesi¨®n de ayuda o refinanciaci¨®n de la deuda exterior mauritana, el saneamiento del gasto p¨²blico, la adecuaci¨®n de los precios de los art¨ªculos de consumo a su coste real -lo cual equivale a la supresi¨®n de subvenciones estatales para los mismos-, y una mejora de la balanza de pagos.
Para un pa¨ªs tan agobiado por problemas graves como la sequ¨ªa, la afluencia masiva de refugiados de las zonas rurales hacia la capital, el paro obrero y el hambre, las discusiones que llevar¨¢ a cabo el teniente coronel Babaly en Washington, adquieren una gran importancia e incluso de ellas puede depender una cierta estabilidad interior.
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