Sol

El autor de este art¨ªculo defiende el proyecto recientemente presentado por el Ayuntamiento de Madrid para la reforma de la Puerta del Sol y destaca el car¨¢cter de definici¨®n y escaparate que para el conjunto de la ciudad tiene este espacio existencial. Las obras de reforma incluyen una considerable extensi¨®n de la zona de la plaza reservada para viandantes, lo que ha provocado el cierre de la Puerta del Sol al tr¨¢fico de veh¨ªculos privados, que se prolongar¨¢ al menos durante los dos a?os que se tarde en ultimar las obras de reforma.

Con la presentaci¨®n oficial por el Ayuntamiento de Madrid del proyecto para la reforma de la Puerta del Sol se ha iniciado un interesante debate p¨²blico sobre su correcci¨®n o incorrecci¨®n, sobre su conveniencia o inconveniencia. Como no, pod¨ªa ser menos, mi opini¨®n sobre la propuesta es que es brillante y adecuada.As¨ª, la, resoluci¨®n de la tensi¨®n existente en la plaza entre la fachada norte, curva, y la fachada plana sur, con la traza de la nueva plataforma pavimentada al Norte, es un acierto de estabilidad ambiental. La transici¨®n entre el citado trazado curvo y la rotundidad de la fachada por la que discurren Mayor y la carrera de San Jer¨®nimo, mediante un eje que orienta la comprensi¨®n del espacio urbano, induce la percepci¨®n de la Puerta del Sol como un ¨¢mbito tratado globalmente. La colocaci¨®n en dicho eje de cuatro elementos significantes de la importancia de la plaza permite realzar su condici¨®n de centro fundamental de la Villa. La resoluci¨®n sencilla de los elementos del mobiliario urbano con dise?os s¨®lidos y contenidos en la utilizaci¨®n de elementos decorativos proporciona una dignidad formal no demasiado frecuente en nuestro ambiente urbano.

'Espacio existencial'

Contenci¨®n en el dise?o, rotundidad en la definici¨®n de los pocos elementos conformadores del ambiente, serenidad y nobleza de los materiales proyectados son sustancialmente los componentes de una propuesta que por su sobriedad va a permitir, sin duda, no interferir en uno de los m¨¢s din¨¢micos espacios existenciales de la ciudad.

Pero estos argumentos, que en una lectura estil¨ªstica podr¨ªan ser desmenuzados con mayor meticulosidad, no son, sin embargo, los que tienen mayor trascendencia en una valoraci¨®n de la iniciativa municipal.

Es un hecho ya reconocido que Madrid est¨¢ recobrando su capacidad de interesarse por s¨ª misma. Los madrile?os empezamos en campos divers¨ªsimos (la m¨²sica, la moda, la literatura, las fiestas, etc¨¦tera) a identificar aspectos de nuestra actividad que permiten apuntar un cierto autorreconocimiento de la pertenencia a la ciudad. Una condici¨®n b¨¢sica de este reconocimiento est¨¢ en la recuperaci¨®n de la relaci¨®n afectiva con la forma f¨ªsica de nuestra ciudad. Y la constataci¨®n de que los elementos b¨¢sicos de la ciudad, del nivel urbano, son el continuo edificado -la calle y la plaza- es asimismo cada vez m¨¢s amplia entre los especialistas, que empiezan a coincidir en la importancia de un tratamiento especial de los espacios p¨²blicos, diferenciado de la obra p¨²blica tradicional y de la obra de edificaci¨®n.

Intencionalidad est¨¦tica

Nuestro propio Plan General, recientemente aprobado de forma provisional, recoge esta constataci¨®n, y cada vez menos queremos ver perpetuarse la actitud de aquellas formas de crecimiento de la ciudad que llevaban a la sustituci¨®n del denso caser¨ªo por una distribuci¨®n dispersa de edificios parecidos a cajas que dif¨ªcilmente pueden ser reconocidos o imaginados como una totalidad, a la abolici¨®n de la calle por su conversi¨®n moderna en nada m¨¢s que un medio de locomoci¨®n falto de definici¨®n arquitect¨®nica o a la transformaci¨®n de la plaza, el "lugar distinto e inolvidable", el "aparcamiento psicol¨®gico dentro del paisaje c¨ªvico", como la han definido algunos tratadistas, en un aparcamiento en absoluto psicol¨®gico, sino bien real de autom¨®viles.

Que el entendimiento de la ciudad se realiza desde sus n¨²cleos densos construidos, desde sus calles y desde sus plazas, confiere una extrema importancia a estos elementos si, como apunta Rossi, "la ciudad misma es la memoria colectiva de los pueblos".

Tratar, pues, con esmero y cuidado el vac¨ªo no edificado, el lugar de nuestros encuentros como ciudadanos, es incrementar la valoraci¨®n del ciudadano como perteneciente a un lugar, es enriquecer nuestra memoria colectiva.

Para ello, hay que decirlo con rotundidad, nuestra obligaci¨®n de urbanistas desde la Administraci¨®n es tambi¨¦n proporcionar una intencionalidad est¨¦tica a estos espacios que son parte sustantiva de nuestra forma de entender la ciudad.

Actuar en la Puerta del Sol con un buen proyecto que ordena lo que hoy es un ¨¢mbito desordenado y formalmente poco adecuado es reconocer la importancia de introducir en nuestros espacios p¨²blicos m¨¢s significativos esa intencionalidad est¨¦tica, es dar pleno sentido arquitect¨®nico a la frase acu?ada en los ¨²ltimos a?os de recuperar Madrid.

Qu¨¦ duda cabe que en el caso de la Puerta del Sol hay adem¨¢s razones de orden funcional que exigir¨ªan una mejora en la utilizaci¨®n de la plaza. La comodidad del viandante no es la norma actual en el uso de este espacio central de nuestra ciudad. Sin embargo, hay que poner el ¨¦nfasis, a mi juicio, en la especial importancia simb¨®lica de la actuaci¨®n en la Puerta del Sol que, conjugando la voluntad de creaci¨®n de un ambiente m¨¢s propicio para la vida y una intencionalidad est¨¦tica y significativa permitan "iluminar la ciudad como creaci¨®n humana".

Creo que son vigentes palabras tan oportunas,para la idea que con esta y otras actuaciones pretendemos desarrollar como las escritas en 1889 por don Hilario Pe?asco de la Puente y don Carlos Cambronero, cuando se?alaban en Las calles de Madrid que "la plaza, tal como hoy se halla, es el desencanto del forastero, que habr¨¢ de formar imprescindiblemente mal concepto del resto de la Villa cuando el sitio m¨¢s principal de ella no se halla atendido con el inter¨¦s que debiera inspirar".