El Hispano quiere destinar a su saneamiento 25.000 millones de beneficio del a?o 1984.
El Banco Hispano Americano destinar¨¢ todo el beneficio de explotaci¨®n del ejercicio 1984 (alrededor de 25.000 millones de pesetas) a sanear su propio balance, sin destinar partida alguna al Banco Urquijo-Uni¨®n, desencadenante oficial de toda la crisis. Como segunda fase realizar¨¢ una ampliaci¨®n de, capital en el Urquijo-Uni¨®n de 10.000 millones de pesetas. Esta es la estrategia que dej¨® preparada Alejandro Albert d¨ªas antes de dimitir, con la intenci¨®n de present¨¢rsela al Banco de Espa?a. Claudio Boada, el nuevo ejecutivo del banco, tendr¨¢ que corroborarla o crear una nueva.La resoluci¨®n de la crisis de sucesi¨®n del Hispano posibilita la vuelta urgente a las negociaciones entre el Banco de Espa?a y el grupo financiero para la concreci¨®n de las nuevas ayudas que solicita. El Banco Hispano, que anunci¨® a primeros de diciembre que no repartir¨ªa dividendos y destinar¨ªa su excedente -25.000 millones de pesetas- a provisiones y a ayudar al Urquijo-Uni¨®n, dise?¨® la estrategia citada en la primera mitad de este mes. La posici¨®n de partida del banco se basaba en que el deterioro de la cuenta de resultados del Urquijo-Uni¨®n se deb¨ªa a las mayores p¨¦rdidas detectadas en empresas participadas anteriormente por el Urquijo y a la baja de los tipos de inter¨¦s, que habr¨ªa reducido muy sustancialmente su previsi¨®n de ingresos financieros por la colocaci¨®n de los excedentes de tesorer¨ªa en el mercado interbancario y en pagar¨¦s del Tesoro.
El plan inicial dise?ado se cifraba en pedir ayudas al Banco de Espa?a equivalentes a unos 35.000 millones de pesetas, que representar¨ªan el agujero patrimonial de las dos entidades; a cambio, el Hispano proceder¨ªa a una ampliaci¨®n de capital de 10.000 millones de pesetas en Urquijo-Uni¨®n. El coste del reflotamiento correr¨ªa a cargo de las ayudas p¨²blicas y el Hispano tendr¨ªa que soportar ¨²nicamente el lucro cesante de los 10.000 millones de pesetas que invertir¨ªa, sin rentabilidad mientras durara el saneamiento, en su banco filial. Seg¨²n este razonamiento, el Hispano no tendr¨ªa que asumir las p¨¦rdidas de las dos entidades fusionadas ahora hace un a?o y no se proceder¨ªa a una reducci¨®n del capital del Urquijo-Uni¨®n, como se ha hecho en ocasiones anteriores de bancos en crisis, aunque no se procedi¨® as¨ª ni en el caso de Bankuni¨®n ni en el del Urquijo, cuando ambos fueron adquiridos por el Hispano Americano. El Banco de Espa?a, por su parte, ha considerado como irreales esas cifras ya que entiende que el Hispano tendr¨¢ que hacer algo m¨¢s que ampliar el capital del Urquijo-Uni¨®n, soportando sobre su balance al menos una parte de las p¨¦rdidas, y porque los 35.000 millones de que se habla suponen incluir las ya conocidas en 1983 y, sobre todo, las diferencias de valoraci¨®n de nuevos quebrantos aparecidos en 1982 en Bankuni¨®n y que fueron cerrados con un finiquito entre el Hispano y el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos.
Nueva versi¨®n
En medios financieros se considera que Boada tendr¨¢ que volver a evaluar la situaci¨®n del grupo y, posiblemente, ofrecer una versi¨®n de lo ocurrido en los ¨²ltimos ejercicios que diferir¨¢ notablenlente de lo que hasta ahora ha trascendido. En este sentido, se puede plantear la reasignaci¨®n de los problemas de falta de rentabilidad del conjunto del grupo (Banco Hispano Americano, Banco Urquijo y Bankuni¨®n, preferentemente) a cada una de las partes en funci¨®n de su importancia real dentro del mismo.El propio banco matriz tendr¨¢ que asumir su cuota de responsabilidad en la medida en que desde ¨¦l se ha controlado la gesti¨®n de todos los bancos del grupo y que ha venido perdiendo velocidad para generar excedentes en los ¨²ltimos ejercicios. La cifra de provisiones para insolvencias que el propio Banco Hispano destin¨® en los ¨²ltimos cinco ejercicios (37.000 millones de pesetas), sin considerar la correspondiente al de 1984, es una buena muestra de esta p¨¦rdida de br¨ªo.
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