Los canacos rechazan los planes franceses de militarizar Nueva Caledonia
Los independentistas de Nueva Caledonia expresaron ayer su preocupaci¨®n y rechazo a la militarizaci¨®n de la isla anunciada por el presidente Fran?ois Mitterrand a su vuelta de Numea. Los canacos temen encontrarse ante hechos consumados y ante una independencia muy relativa.El Pac¨ªfico sur, donde se encuentra el territorio franc¨¦s de Nueva Caledonia, no es un para¨ªso de paz y flores tropicales como algunos podr¨ªan creer. Estados Unidos lo considera un mar amigo y la Uni¨®n Sovi¨¦tica busca puertos en los que avanzar su flota, camino del oc¨¦ano Indico. Por eso, la perspectiva de la independencia de la isla ha hecho que los estrategas de las dos superpotencias revisen sus mapas, y por eso Fran?ois Mitterrand ha dejado claro que su pa¨ªs mantendr¨¢ su presencia militar en la zona aun despu¨¦s de la hipot¨¦tica independencia.
M¨¢s a¨²n, el jefe del Estado ha ordenado a su Gobierno que refuerce las instalaciones de la base militar de Numea, en un gesto destinado a tranquilizar a sus amigos y a evitar que los independentistas tengan falsas esperanzas.
El Ecuador atraviesa el Pac¨ªfico a la altura de Indonesia y de las islas Gilbert, dejando al norte a Jap¨®n y a Filipinas. Las dos potencias han volcado su atenci¨®n en este sector. Mosc¨² posee importantes bases militares en su propia costa y en Vietnam, mientras que Washington mantiene el Estado Mayor de la S¨¦ptima Flota en Jap¨®n y posee grandes instalaciones en la isla de Guam y en Filipinas.
Nadie olvida, sin embargo, la importancia que tuvo en la II Guerra Mundial el sector sur. Pocos d¨ªas antes de la batalla de Guadalcanal, por ejemplo, 120 barcos norteamericanos atracaron en la bah¨ªa de Numea.
Estados Unidos ha contemplado con preocupaci¨®n la independencia de algunas peque?as islas de la zona, pero la presencia militar francesa, tanto en Nueva Caledonia como en la Polinesia, constitu¨ªa un alivio. La futura independencia del territorio, crispado por el enfrentamiento de dos comunidades raciales (los nativos o canacos y los de origen europeo o caldoches) podr¨ªa introducir un elemento de desestabilizaci¨®n, aprovechable por Mosc¨².
Estados Unidos ha dejado claros sus intereses estrat¨¦gicos en el ¨¢rea. Necesita que sus nav¨ªos de guerra, incluso los dotados de armamento nuclear, circulen libremente por el Pac¨ªfico sur y hagan escala en puertos amigos. Necesita tambi¨¦n que la zona permanezca tranquila, sin que el nacionalismo contagie a islas cercanas en las que mantiene instalaciones militares, y sobre todo no desea que la Uni¨®n Sovi¨¦tica avance sus peones cerca de Australia y de Nueva Zelanda.
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