Parejas
Alrededor de un mill¨®n de matrimonios en Estados Unidos son commuter couples, lo que quiere decir que el esposo y la esposa trabajan en ciudades distintas separadas entre s¨ª por una distancia media de 500 kil¨®metros. El fen¨®meno comenz¨® a ser importante en los a?os setenta, pero s¨®lo ahora, cuando crece vertiginosamente, acaba de publicarse un estudio que da cuenta de los pormenores.En s¨ªntesis no se ha visto un casamiento m¨¢s feliz que ¨¦ste, derivado de las continuas ausencias. La mayor¨ªa se ven cada fin de semana, pero hay algo m¨¢s del 20%. que ni siquiera se encuentran todos los meses. Cuando se encuentran, sin embargo, es estupendo. Ambos c¨®nyuges convienen en que la ausencia hace desaparecer de la relaci¨®n los conflictos triviales y aumenta la profundidad de los sentimientos. Todo ello sin contar con que los elementos m¨¢s opacos de la relaci¨®n, la rutina y la redundancia se desvanecen espont¨¢neamente.
Parecen muy satisfechos estos matrimonios de la vida que llevan. La mayor¨ªa tiene alrededor de 40 a?os y llevan casados, como promedio, de 12 a 13. No se les ha ocurrido, como sucede con la mitad de los matrimonios convencionales norteamericanos, pedir el divorcio. ?Aventuras extramaritales? Pues tampoco. Efectivamente, una tercera parte de ellos confiesa tener alguna relaci¨®n amorosa fuera del matrimonio, pero s¨®lo un 8% la comenz¨® tras convertirse en commuter.
Bien es verdad que la gente que vive de este modo es en algo particular. En general se trata de profesionales con altas rentas y, en su mayor¨ªa, de elevada formaci¨®n profesional, pero por eso mismo su caso es sustancioso. Obs¨¦rvese, al efecto, hasta qu¨¦ punto es posible siempre lograr un grado de distinci¨®n social. Lo que para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n viene siendo un men¨² repetido, una situaci¨®n a menudo privada de brillo y de sorpresa, este grupo la transforma en lujo y golosina.
As¨ª es la regla del privilegio: tener mucho de aquello de lo que los dem¨¢s tienen poco y tener poco, en cambio, de lo que, como en este caso, la muchedumbre tiene mucho.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.