Tres nuevos autores se presentan en sociedad
En la galer¨ªa Aldaba, una peque?a y recogida sala abovedada de piedra y ladrillo del Madrid viejo, en un ambiente casi familiar, con abundancia de nombres conocidos de la canci¨®n de autor espa?ola, se presentaron anteanoche Miguel Vigil, Mercedes Viesques y Javier Batanero, tres nuevos cantautores que en algunos casos ya llevan a?os actuando en reducidos clubes, pero que no hab¨ªan tenido la trascendencia en su trabajo a que su calidad les hace acreedores.Organizado por la Asociaci¨®n para la M¨²sica Popular, el acto se inscribe en la serie de tertulias y actuaciones que todos los jueves programa dicha asociaci¨®n para escuchar a nuevos cantantes y debatir sobre la m¨²sica espa?ola.
Los enterradores musicales se apresuraron estos a?os a echar paletadas de tierra sobre la inexistente tumba de la canci¨®n de autor. Con la urgencia que imprime la moda se dieron a anunciar caducidades y otros desprop¨®sitos que, basados a veces en argumentos vers¨ªmiles, han contribuido a una crisis injustificada.
El ¨¦xito de los m¨¢s destacados (Serrat, Aute, Miguel R¨ªos o V¨ªctor Manuel), la pervivencia regular de otros, cuyos ¨²ltimos discos est¨¢n dejando constancia del creciente valor de su trabajo (Llach, Sabina, Raimon, Carlos Cano, Lertxuridi, Labordeta, y otros), la espl¨¦ndida reaparici¨®n discogr¨¢fica de algunos que hab¨ªan estado apartados durante per¨ªodos de tiempo m¨¢s o menos largos (Luis Pastor, Antonio Resines o Pablo Guerrero) y las primeras grabaciones de cantantes (el andaluz Javier Ruibal, el vasco Ruper Ordorika o los madrile?os Alberto Morales o Javier Bergia), demuestran que los intentos necr¨®filos de los medios de comunicaci¨®n y sellos grabadores han sido prematuros.
Una visi¨®n de la vida
Cantautor es una definici¨®n ambigua utilizada err¨®neamente para catalogar a cantantes de supuesto y exclusivo mensaje pol¨ªtico y simplicidad musical. En realidad, deber¨ªa referirse a cantantes que crean las propias canciones que interpretan, y, por extensi¨®n, podr¨ªa aplic¨¢rsele a quienes, aun no siendo autores, expresan a trav¨¦s de sus interpretaciones una visi¨®n coherente y personal del mundo y de la vida. Una palabra que lo resume todo para acabar no definiendo nada.Miguel Vigil, Mercedes Viesques y Javier Batanero pertenecen, como Jos¨¦ Ayala en Valladolid, Ana Benegas en el Pa¨ªs Vasco o Javier Moreno en Canarias, a la generaci¨®n de cantantes nacidos en la transici¨®n, justo cuando los derroteros discogr¨¢ficos parec¨ªan circular por otros caminos. Est¨¢n construyendo una obra ya consistente que s¨®lo consiguen mostrar casi en privado.
Comenz¨® Miguel Vigil. Acompa?ado a la guitarra por el siempre preciso e inspirado Gaspar Pay¨¢, desgran¨® un conjunto de cr¨®nicas urbanas que traslucen un regusto en los modos compositivos e interpretativos de artistas como Hilario Camacho. Inmejorable escuela que junta sensibilidad, modernidad y calidad en partes iguales. Mercedes Viesques, acompa?ada con una cierta biso?ez por Pedro Antonio Tar a la guitarra, Enrique R¨ªoboo al acorde¨®n y Miguel Murillo a la percusi¨®n, desarroll¨® una l¨ªnea m¨¢s cl¨¢sica, plana e intimista.
Quiz¨¢ sea Javier Batanero, el m¨¢s joven del grupo, con apenas un a?o de experiencia musical, quien ofrezca una l¨ªnea con m¨¢s posibilidades. Autor, como los dem¨¢s, de sus propias canciones, ¨¦stas ofrecen creatividad m¨¢s que suficiente para ser tenidas en consideraci¨®n. Textos inspirados, a medio camino entre la reflexi¨®n y la cr¨®nica, con gotas de distanciamento ir¨®nico y ternura amorosa, y m¨²sicas frescas y comunicativas son sus bazas m¨¢s evidentes.
Acompa?¨¢ndose ¨¦l mismo a la guitarra y con la colaboraci¨®n vocal de Pilar Carbajo, acompa?ante habitual de Joaqu¨ªn Sabina, cerr¨® una presentaci¨®n que debe abrirles camino a poco que la normalizaci¨®n de la m¨²sica popular espa?ola asuma que vivimos tiempos de eclecticismo en los que cualquier estilo o g¨¦nero tiene su sitio, sin exclusivismos marcados por la moda pasajera y huidiza.
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