TVE: sovi¨¦tica por un d¨ªa
Quienes el domingo por la noche tuvieron la paciencia suficiente como para esperar que acabara un tremendista reportaje de El dominical dedicado, te¨®ricamente, a explicar el infierno en que viven los heroin¨®manos y, en la pr¨¢ctica, a contribuir a la difusi¨®n de la imagen rom¨¢ntica, de maldici¨®n, que acompa?a al consumo de drogas duras, pudieron sorprenderse ante el pase de un filme b¨²lgaro dirigido por Juan Antonio Bardem.Al margen de la pintoresca casualidad que emparej¨® a Bardem y Dimitrov, en la segunda cadena, con el parlanch¨ªn Santiago Carrillo de la primera -los peri¨®dicos derechistas que acusan a Televisi¨®n Espa?ola de ser un nido de rojos ayer bien pod¨ªan afirmar que la televisi¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o y del PSOE es criptocomunista, caja tonta ¨²til y compa?era de viaje-, lo que de verdad es sorprendente es que una pel¨ªcula b¨²lgara llegue hasta nuestra peque?a pantalla, tradicionalmente cerrada a las producciones de los pa¨ªses del Este.
En cualquier caso, aunque la firmara Juan Antonio Bardem, nada hay en La advertencia que haga pensar que es obra de un cineasta espa?ol.
Un producto s¨®lido
Se trata de un producto s¨®lido, did¨¢ctico, bien contado, realizado con abundancia de medios y en espl¨¦ndidos decorados naturales, un gran espect¨¢culo, en suma, en el que el delirio de efectos especiales que acostumbra a fascinar en Occidente es suplido por la meticulosidad de la reconstrucci¨®n de ambientes. La advertencia parece una pel¨ªcula de la Alemania Oriental, una de esas cintas hist¨®ricas con las que participan en los festivales internacionales.Aunque La advertencia no escapa a los peligros de la hagiografia, lo cierto es que el discurso pol¨ªtico del filme interesa. De entrada porque ahora nos sorprende la sinceridad con que pod¨ªan plantearse determinadas cuestiones, como es el car¨¢cter internacionalista del comunismo. Claro que se formula desde una ¨®ptica que no olvida el papel dirigente de la URSS, pero es imposible no simpatizar con un pol¨ªtico que no s¨®lo no se averg¨¹enza, sino que se enorgullece de su condici¨®n de subversor continental.
Es ¨¦poca en que las cosas estaban claras, en que recibir dinero de los correligionarios extranjeros y pertenecer a una misma organizaci¨®n internacional era lo m¨¢s l¨®gico. Para Dimitrov, la maleta Flick y la entrada en la OTAN hubieran formado parte de un mismo paquete. Probablemente la excesiva fidelidad a los hechos y la obligaci¨®n de vehicular un mensaje un¨ªvoco -un canto a la unidad de todas las fuerzas populares- vayan en contra del atractivo policial del filme.
Gesticulaci¨®n jur¨ªdica
El proceso, aunque el protagonista sea actor amante de una gesticulaci¨®n jur¨ªdica que va de la condenaci¨®n m¨¢s radical hasta la indignada sorpresa, siempre con el ¨ªndice presto a se?alar m¨²ltiples culpables, no es parecido a los de las pel¨ªculas americanas del g¨¦nero, siempre mucho m¨¢s preocupadas por la soluci¨®n concreta del caso que por sus implicaciones ideol¨®gicas. Aqu¨ª, en La advertencia, lo que Dimitrov pretende es convertirse de acusado en acusador, que, en vez de juzgarse a los supuestos incendiarios del Reichstag, sean los nazis, con Goering a la cabeza, quienes vean caer sobre sus cabezas todas las sospechas.En algunos casos Bardem recurre a canciones o a representaciones teatrales, de cabar¨¦ o callejeras, para explicar los hechos y sus implicac¨ªones. Es una f¨®rmula, a medio camino entre Brecht y los romances de ciego, que perdi¨® parte de su eficacia al no subtitular TVE esos fragmentos. El humor germano, la dificultad para situarse en una ¨¦poca que a¨²n es de transici¨®n, en la que los nacionalsocialistas todav¨ªa no se han atrevido a dar los pasos definitivos que han de acabar en Auschwitz, dificultan la comprensi¨®n de ciertas bromas de las que no se sabe qui¨¦n es la v¨ªctima.
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