Santamar¨ªa: "Me basta con llevar la cabeza levantada
Tiene 55 a?os de edad. Ha sido y conseguido todo en el f¨²tbol, menos el Campeonato Mundial de 1982. En aquel a?o la histeria nacional le tom¨® por cabeza de turco. Desde entonces, Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa ha aguantado sin respuesta un chaparr¨®n de cr¨ªticas, insultos y chistes. Fue algo as¨ª como el Mor¨¢n de 1982. A ¨¦l le basta con tener la conciencia tranquila, con su trabajo a destajo. Dos a?os y medio despu¨¦s, y alejado totalmente de su deporte, Santamar¨ªa habl¨® a EL PA?S de un f¨²tbol espa?ol que ve en peligro, sin base y con prisas.
"A m¨ª no me pasa como a Pepe. Vosotros sab¨¦is qui¨¦n se carg¨® a Santamar¨ªa". Pepe es Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa, el hombre m¨¢s odia do en el verano de 1982, el a?o del Mundial de F¨²tbol en Espa?a. El que habla es Miguel Mu?oz, un se?or mayor que sabe m¨¢s de la vida que del f¨²tbol.Mu?oz, el entrenador del ¨¦xito en la Eurocopa, sabe que Santa mar¨ªa cay¨® por la Prensa y que tambi¨¦n se vio al borde del abismo. "Pepe, yo estaba como t¨². En 30 segundos, todo cambi¨®". Los 30 segundos son los que faltaban para que Espa?a quedara eliminada en la Eurocopa, cuando un cabezazo de Maceda elimin¨® a la RFA. Luego, se lleg¨® a la final. Treinta segundos de suerte en la Eurocopa que hicieron exclamar a Porta: "Este hombre tiene una flor en el culo".
Santamar¨ªa tuvo un for¨²nculo: la Prensa. Ella y los 36 millones de espa?oles sab¨ªan m¨¢s de f¨²tbol que el ¨²nico seleccionador en la historia del pa¨ªs que ha ganado en Wembley.
"Tres horas antes de aquel partido en Wembley, el mismo d¨ªa que liberaron a Quin?, 34 periodistas se pusieron delante de m¨ª. Quer¨ªan saber c¨®mo ¨ªbamos a jugar. Yo mir¨¦ a Porta y no se mov¨ªa. As¨ª que pas¨¦ la mirada por cada uno de los periodistas y durante una hora expliqu¨¦ los defectos de Inglaterra, sus virtudes, c¨®mo ¨ªbamos a contrarrestarles y c¨®mo ¨ªbamos a tapar nuestros defectos. Creo que soy el ¨²nico en el mundo en explicar un partido antes de que se juegue. Ganamos 1-2. Todo sucedi¨® tal como dije. Ninguno de aquellos periodistas inform¨® sobre la conferencia de prensa que ellos hab¨ªan exigido. S¨®lo un chico gordito y con barba de Radio Nacional, un tal Recio, vino a decirme: 'Pepe, qu¨¦ lecci¨®n nos has dado'. Nadie lo public¨®, ni siquiera a nadie se le ocurri¨® reflexionar que 'este t¨ªo debe de saber algo de la pelota'. Despu¨¦s de lo de Inglaterra quise dejar el cargo y decid¨ª no leer peri¨®dicos ni o¨ªr la radio".
"Me ense?aron a no tener rencor"
As¨ª que los insultos escritos lellegaron por v¨ªa indirecta. "Dej¨¦ caer un tel¨®n. S¨¦ que intentaron hacerme da?o. Ignor¨¦ todo. Alg¨²n amigo uruguayo me dijo que al final me llamaban uruguayo en plan despectivo. S¨¦ que hubo comentarios duros e injustos. No les guardo rencor. Me ense?aron a no tener rencor a nadie; sobre todo porque m¨¢s tarde nos encontraremos. Porque la historia se repite. Esto es un ciclo: el mundo est¨¢ mal, no s¨®lo Espa?a, el mundo, falta paz y trabajo. Dentro de 30 a?os quiz¨¢ la historia diga lo que realmente fue Santamar¨ªa. Hace 30 a?os nadie quer¨ªa coca-cola, y f¨ªjate ahora... Y las medias de nailon... Yo podr¨¦ verlo porque ahora tengo 55 a?os. La historia lo reconocer¨¢. Claro, que la escribimos nosotros, los hombres. ?Por qu¨¦ va a decir la historia la verdad?".
Acab¨® el Mundial 82 y acab¨® Santamar¨ªa. Se rode¨® de una nube gris, un color que le agrada a ¨¦l: el color de su coche, el color de sus trajes, el color de sus declaraciones. Jam¨¢s sali¨® ni un ireproche de su boca. Dos a?os despu¨¦s del Mundial 82 sigue a la defensiva, pasado el odio nacional. "He hablado con periodistas, con muchos. Pero lo que digo no interesa. No critico a nadie y eso no vende. El lector quiere sangre y yo no la doy. Yo os comprendo".
Pero el Mundial 82 se ha quedado flotando en su vida. "Todo empez¨® con el enfrentamiento con varios periodistas. Uno, que me recomend¨® un jugador; otro, que me dijo que ten¨ªa que cambiar de hotel para la concentraci¨®n. Y ya empez¨® a rodar la bola. Mano izquierda, Pepe, me dec¨ªan. Qu¨¦ mano izquierda: mano derecha. Yo s¨®lo conozco el di¨¢logo. S¨®lo el seleccionador o los jugadores conocemos la presi¨®n que: tuvimos. Y los jugadores jam¨¢s se quejaron. Hablaba con ellos y les explicaba todo. Quiz¨¢ hay que ser sinverg¨¹enza, y yo no sirvo".
"Estos monstruos ese quedan vac¨ªos"
"Esto es gloria", y se?ala el estadio Bernab¨¦u. "Estos menstruos se quedar¨¢n vac¨ªos. Antes se ve¨ªan 40 jugadas; ahora, dos. La afici¨®n ve¨ªa 10 goles; ahora se sale amargado. Se van a matar dos horas y, si hay suerte, a ver ganar al equipo, pese a que juegue mal. En baloncesto la gente se divierte, ve acciones positivas. En f¨²tbol impera el resultado. Ya noto que cuando se televisa baloncesto, las calles se quedan vac¨ªas".
"No es un mal de ahora. Llevamos unos 12 a?os. Porque no se trabaja la pelota. El espa?ol corre porque s¨ª, porque lo lleva dentro. Si ve una pelota en medio no hay que decirle m¨¢s. Hay que aprovechar esas condiciones innatas y aplicarlas a la t¨¦cnica del bal¨®n. No hay un jugador que te d¨¦ el bal¨®n al pie a 20 metros. Si sale alguvio, se le encumbra en dos d¨ªas y se le hunde con la misma rapidez. Ahora est¨¢ este chico Butrague?o. Llama la atenci¨®n en cuanto hace un par de recortes, pero esto antes era normal. Se le hace un ¨ªdolo y no se le deja madurar. Ese poquito que tiene para destacar no se desarrolla. Hay chavales de muy buena calidad, pero conforme crecen se convierten en robots con la misi¨®n de obtener un resultado".
"En la Eurocopa, a Miguel le salvaron 30 segundos. ?l me llam¨®: 'Pepe, estaba peor que t¨²'. Pero en 30 segundos cambi¨® todo. De haber quedado eliminados a la primera, a la final. Pero eso es ficticio. ?Qu¨¦ pasa con el baloncesto? Todo va rodado. Pero no es un milagro, son los frutos de 15 a?os de trabajo oscuro por detr¨¢s, con la operaci¨®n altura, con largas concentraciones en los meses de verano. En el f¨²tbol todos van con el yo por delante; el que lleva el yo por delante es destructivo. En baloncesto nadie lo lleva".
"Ahora en el f¨²tbol no hay nada por debajo. El presente es terrible. Como mucho, ves dos jugadas. Y futuro no hay, porque t¨² dices: voy a trabajar para el futuro. ?Qu¨¦ futuro? No hay futuro. Se deben 15.000 millones, hay que pagar.
No se puede estar a?os y a?os debiendo dinero. Se corta por lo m¨¢s fr¨¢gil, lo de abajo, porque los frutos tardan en llegar. Se quiere un rendimiento inmediato, pero eso significa la muerte. Pronto los monstruos se quedar¨¢n vac¨ªos".
A¨²n le queda un resquicio de fe. "El f¨²tbol s¨®lo se puede levantar con di¨¢logo entre todas las partes; que los futbolistas se dediquen a su profesi¨®n las 24 horas al d¨ªa, que los directivos se vayan si no aman el f¨²tbol, que la Prensa critique con argumentos, que los ¨¢rbitros no ense?en tarjetas, que levanten al p¨²blico; que el p¨²blico, como los clubes, tengan paciencia, que dejen madurar a los chavales".
"Soy colega tuyo. Tengo carn¨¦ de Prensa para Suram¨¦rica y el internacional como entrenador, y puedo entrar gratis a los estadios; pero prefiero comprarme mi entrada e irme a un anfiteatro. Voy con F¨¦lix Ruiz y comentamos el f¨²tbol desde otra perspectiva. Si fuera al palco vendr¨ªan los periodistas a tirarrne de la lengua, como es su obligacion, pero la m¨ªa es callarme. No entiendo tantas protestas de unos y de otros. Tanto profesionalismo. Antes tambi¨¦n hab¨ªa protestas y uno se cabreaba si no jugaba, o nos peg¨¢bamos en los entrenamientos, como sucede en una oficina o en la construcci¨®n, y no sal¨ªan en la Prensa. Pero antes ten¨ªamos el orgullo de que todo se arreglara de vestuarios adentro. Ahora te tiran de la lengua, hablas y te metes con un compa?ero, que luego contesta y se mete contigo. Y el ambiente se pudre. ?ste no es mi f¨²tbol. Veo dif¨ªcil que vuelva".
"No me interesa el dinero"
"Como ver¨¢s, no paro de hablar. Yo hablo mucho, no esquivo la conversaci¨®n. Tambi¨¦n hablo con periodistas, pero de f¨²tbol en general. Ellos quieren que hable poniendo a parir a la gente. No me interesa. Yo cumpl¨ª con mi deber, y los que estuvieron dentro lo saben. Hoy paso por Chamart¨ªn y me saluda hasta el ¨²ltimo empleado, y lo mismo en Sarri¨¢. Son satisfacciones morales, porque yo la econom¨ªa la pongo a un lado y la moral en otro. He sido futbolista y he traba ado a la vez durante 22 a?os en la Banca; siempre he visto el f¨²tbol desde otra perspectiva. Otra forma de entender el deporte.
No me ha interesado el dinero. Despu¨¦s de ser profesional volv¨ª como aficionado a ganar 25.000 pesetas en el Madrid, y ten¨ªa seis hijos".
"El p¨²blico que me ha visto de jugador, de t¨¦cnico y de seleccionador creo que tiene de m¨ª un opini¨®n correcta; quiz¨¢ en la culminaci¨®n no se logr¨® el objetivo final, que tampoco hubiese sido el fruto merecido al f¨²tbol que practicamos. En mis 42 a?os ligado al f¨²tbol hay un balance tan positivo que no podemos juzgarlo por los dos ¨²ltimos a?os".
"Qu¨¦ hago yo si los jugadores van de vacaciones o al cine ocho meses antes del Mundial y tienen permanentemente un polic¨ªa detr¨¢s. C¨®mo van a rendir. Y qu¨¦ hago si V¨ªctor se lesiona y tambi¨¦n Montero. Y me dec¨ªan: Pepe, expl¨ªcalo, m¨¢s mano izquierda. Pero c¨®mo voy a hablar para manosear a otro jugador. Si se quiere, lo del entrenador es muy f¨¢cil, se echa la culpa al que se viste de corto. Un 50% de la Prensa te da la raz¨®n y te liberas, ?pero mejora el f¨²tbol con esto? El mal se queda dentro, en el futbolista que salta al campo y que tiene que correr y que ha o¨ªdo que juega porque fulanito est¨¢ lesionado. Jam¨¢s sali¨® una cr¨ªtica de los jugadores contra m¨ª, porque nunca les ech¨¦ la culpa de nada a trav¨¦s de la Prensa".
"En un momento te fallan jugadores clave de una forma incre¨ªble. Y oyes cosas y te entra la duda. Malo. Pudimos marcar un par de goles a la RFA y fallamos. La fatalidad, simplemente. Pude arruinar la vida de cuatro o cinco jugadores con una sola frase. Lo ten¨ªa muy f¨¢cil. Call¨¦, y hoy estos jugadores siguen su carrera. Ya s¨¦ que con este sentimentalismo no se puede ir por la vida, pero me basta con llevar la cabeza levantada".
Si no paga el futbolista, paga el entrenador...
"Ya lo he pagado, ya lo he pagado... ".
M¨¢s alegr¨ªas da el pan
J. M. "Tengo siete hijos, s¨®lo una hija casada, que viene a verme dos o tres veces a las semana con los nietos. Eso tambi¨¦n son satisfacciones. Y viajo mucho y me divierto con la familia". Habla el cabeza de la familia Santamar¨ªa.
"Tengo una f¨¢brica de pan con F¨¦lix Ruiz y Miguel R¨ªos. Miguel es un buen chico, menos en el campo de f¨²tbol. No hace m¨¢s que pegar patadas, pero as¨ª se desahoga del estr¨¦s con el que vive, aunque sea a nuestra costa".
"La f¨¢brica de pan va bien, pero tenemos que luchar contra las multinacionales que invierten 300 millones de publicidad. Nosotros invertimos en dar mejor producto al ama de casa, m¨¢s barato y, cuando se puede, un regalito".
Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa Iglesias, de padres gallegos, naci¨® en Montevideo el 31 de julio de 1929. Cuando llevaba siete temporadas en el Nacional de Montevideo y hab¨ªa sido 25 veces internacional fue fichado por el Real Madrid. Estuvo 10 temporadas en el Madrid, gan¨® toda clase de t¨ªtulos, y fue 16 veces internacional. Se retir¨® como futbolista en 1966, a los 38 a?os.
En 1968 comenz¨® a trabajar en la federaci¨®n. De su ¨¦poca salieron Solsona, Asensi, Planelles, Satr¨²stegui, Quini. En 1971 fue fichado por el Espa?ol, a quien entren¨® seis temporadas. Con ¨¦l, el Espa?ol fue tercero en la Liga de 1972-1973. En 1978 fue nombrado coordinador de las selecciones. Sustituy¨® a Kubala en 1980, despu¨¦s de la Eurocopa de Italia. Tras el Mundial 82 se deslig¨® del f¨²tbol
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