Las torres de Teruel
La ciudad posee el mud¨¦jar m¨¢s hermoso de la Pen¨ªnsula
Sometida a los rigores mas extremos de una nada clemente naturaleza Teruel, alzada en un cerro cortado a tajo por los brazos del Turia, sobrevuela campos inh¨®spitos, tierras despobladas. Ciudad en el olvido, repetidamente destrozada, v¨ªctima de sucesivas guerras, legendario escenario de pasiones literarias, capital de una provincia dura y deshabitada, ha conservado de puro milagro algunas de las muestras m¨¢s impresionantes de ese arte creado por los mudayyan -literalmente, sometidos- en honor y gloria del Dios de los vencedores.Apenas conserva Teruel su antiguo car¨¢cter medieval, aunque s¨ª su aspecto de ciudad provinciana y aragonesa cuya vida se sigue desarrollando en torno a la plaza del Torico, porticada con dos sorprendentes casas modernistas. Tambi¨¦n los a?os y los hombres fueron destruyendo las c¨¦lebres murallas de 40 torres: apenas unos pocos torreones solitarios y alguna puerta marcan su trazado primitivo. Pero sin duda lo m¨¢s original de Teruel son sus torres mud¨¦jares. Se podr¨ªa afirmar, sin demasiado margen de error, que son las m¨¢s hermosas en su estilo. La de San Mart¨ªn, hoy exenta, pura filigrana conseguida con ladrillos y cer¨¢micas blancas y verdes, juego de l¨ªneas, exacta composici¨®n geom¨¦trica; y la del Salvador, junto a su iglesia y sobre el arco apuntado que cruza la calle. Son las dos rivales legendarias, construidas -seg¨²n cuentan- por dos alarifes que compitieron, en la realizaci¨®n de sus respectivas torres, por un mismo y apasionado amor. M¨¢s arcaica y simple es la de San Pedro. Y hermos¨ªsima y mud¨¦jar hasta el tu¨¦tano la catedral.
El campanario -de inevitable ladrillo-, del siglo XIII, es el ¨²nico elemento constructivo que corresponde al exterior primitivo. El resto es una sucesi¨®n de los estilos que van de los siglos XVI al XVII. El interior guarda, al menos, dos obras ¨²nicas. Una es el espl¨¦ndido artesonado g¨®tico-mud¨¦jar, adornado con pinturas; la otra, el gran retablo mayor de Gabriel Joly, renacentista.
RECORDAR
Darse un paseo por la ciudad al anochecer: Teruel es una de esas escasas ciudades medidamente iluminadas, que adquiere, gracias a la oscuridad y a los focos, un aire m¨¢gico. Junto a la iglesia de San Pedro se encuentra la capilla con los sepulcros de los c¨¦lebres amantes de Teruel, esculpidos por Juan ?valos. La tradici¨®n quiere que en ese lugar reposen los restos de los rom¨¢nticos personajes.
- En la Ronda de D¨¢maso Tor¨¢n sigue en pie el acueducto conocido por Los Arcos, levantado por el arquitecto franc¨¦s Pierre Vedel entre 1537 y 1538.
- Teruel ha sido tradicional centro alfarero desde el siglo XIII. Jos¨¦ Gorr¨ªz Valero (Rambla de San Juan, 34) mantiene vivo el oficio y un antiguo horno ib¨¦rico ya en desuso.
- Justo a las puertas de la ciudad, en la carretera de Zaragoza, se encuentra situado un parador de turismo. No est¨¢ instalado en un edificio monumental, pero es c¨®modo y se agradece en un lugar de tan escasos alejamientos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.