No hay cantantes mejores
El programa Jazz entre amigos, de TVE-2, se dedica hoy a cuatro grandes. cantantes de jazz: Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Carmen McRae y Sarah Vaugham. Las damos en orden alfab¨¦tico para que se vea que no hay predilecci¨®n.Hay quienes dicen que donde mejor se aprecia el swing es en el trabajo de las big-bands, y est¨¢n en lo cierto. Hay quienes dicen que, sin embargo, la quintaesencia del swing est¨¢ en el piano tr¨ªo, la milagrosa fusi¨®n de piano, bajo y bater¨ªa en una sola voz: tampoco se les puede negar raz¨®n. Pero donde los buenos solistas aprenden a hacer swing es en el trabajo de las cantantes de jazz.
El swing en el trabajo de los grandes instrumentistas surge casi siempre de la imitaci¨®n vocal. No decimos siempre para salvar a figuras aisladas como Bix Beiderbecke. Pero en la sordina de Bubber Mieley y Cootie Williams est¨¢ la voz de los predicadores; el sax¨®fono de Lester Young entona con la mani¨¨re de su adorada Billie Holiday, tan sofisticada que hay que decirla en franc¨¦s. La trompeta de Louis Armstrong es lo mismo que su voz. En el scat de Ella o de Sarah, por m¨¢s que la ¨²ltima no lo prodigue tanto, aprendieron los modernos a esquinar sus solos. Y as¨ª podr¨ªamos seguir.
Jazz entre amigos se emite hoy a las 23
00 horas por TVE-2.
Hubo un Jazz entre amigos, uno de los primeros, que se dedic¨® a precisar conceptos. Juan Claudio Cifuentes hace eso como nadie, pero si acaso el de swing no qued¨® claro, a partir del programa de hoy ya no va a quedar la menor duda. Van a explicarlo cuatro lady crooners. Cuatro damas de la canci¨®n. No podemos decir que las cuatro mejores, porque eso ser¨ªa adem¨¢s una tonter¨ªa, pero s¨ª que las cuatro que van a salir est¨¢n entre las mejores: que es cuesti¨®n de preferencias decidir cu¨¢l es la mejor, que esas preferencias cambian con el tiempo y que, por otra parte, no existen otras mejores que ellas.
Las cuatro, aunque sus biograf¨ªas son muy distintas, coinciden en ser de raza negra. Ello significa que en sus voces se combina la elegancia de la gran canci¨®n americana con la naturalidad de otras culturas y otras m¨²sicas. Asociamos el canto de jazz al magistral scat de Ella Fitzgerald; quiz¨¢ est¨¦ m¨¢s en la dif¨ªcil llaneza con que estas cantantes abordan las simples estrofas de la melod¨ªa, en c¨®mo colocan las frases, no donde el compositor quiso, sino donde a ellas les parece m¨¢s conveniente, desde?ando el enrejado que, con regularidad inoportuna, ponen las barras del comp¨¢s.
Tambi¨¦n es importante la atracci¨®n que estas cantantes ejercen en su p¨²blico, y ser¨¢ interesante ver qu¨¦ im¨¢genes han buscado de cada una, sobre todo en el caso de Holiday, a quien el cine tampoco trat¨® bien, ni despu¨¦s de muerta. De las otras hay m¨¢s documentos porque siguen con nosotros y en activo.
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