James Hadley Chase, el fin de una leyenda
La muerte del escritor brit¨¢nico James Hadley Chase, ocurrida ayer en Corseux-sur-Vevey (Suiza), a los 78 a?os, ha puesto fin a una extra?a leyenda. Durante los ¨²ltimos tiempos hab¨ªa resultado imposible entrevistarle; una tupida red de vigilancia contra admiradores y periodistas se hab¨ªa erigido alrededor de su mansi¨®n en la citada localidad. suiza del cant¨®n de Vaud.Incluso un aficionado que pudo traspasarla y ver fugazmente al novelista, testimoni¨® luego que le hab¨ªa parecido un maniqu¨ª, absolutamente inm¨®vil frente a su mesa de trabajo. Con base a tal noticia, o tal bulo, se especul¨® entonces sobre que sus ¨²ltimas novelas eran obra de otra persona, y sobre la posibilidad de que una presunta muerte de Chase hubiese sido cuidadosamente ocultada. El poder m¨ªtico de la cultura de masas conduce a veces hasta extremos tan delirantes.
En niveles de menor especializaci¨®n pudo desarrollarse asimismo, en el pasado, otra falsa leyenda: la de que James H. Chase formara parte del grupo de autores norteamericanos insertos en el primer plano de la novela negra. El propio James Hadley Chase habr¨ªa contribuido, en sus inicios literarios, a alimentar esta suposici¨®n. Escribi¨® su c¨¦lebre No hay orqu¨ªdeas para Miss Blamdish en el verano de 1938, inspir¨¢ndose directamente en Santuario de William Faulkner, y ayud¨¢ndose de un diccionario de argot norteamericano.
Imitador
Luego, James Hadley Chase radic¨® considerable parte de sus novelas en Estados Unidos, al tiempo que imitaba el estilo de los especialistas norteamericanos de la serie negra. La servidumbre tem¨¢tica y estil¨ªstica lleg¨® tan lejos que James M. Cain, el autor de El cartero llama dos veces, le demand¨® por plagio y gan¨® el pleito.La obra de Chase, que suma un centenar de t¨ªtulos, presenta acusados altibajos, l¨®gicos en raz¨®n a la fertilidad del autor.
Sus mejores virtudes gen¨¦ricas residen en el ritmo, de caracter¨ªsticas frecuentemente febriles, y en cierta habilidad para mezclar humor y violencia. Aunque en esta vasta producci¨®n caben todos los temas, desde las aventuras de detective privado hasta el espionaje, se halla una disposici¨®n mayoritaria hacia el subg¨¦nero de psicolog¨ªa criminal, en el que James Hadley Chase logra a menudo la identificaci¨®n sentimental del lector con la v¨ªctima o con el delincuente.
Muchas veces, el autor brit¨¢nico teje simplemente un t¨ªpico armaz¨®n de suspense a toda costa, pero en otras ocasiones logra caracterizar con notoria fuerza a los personajes que incluso conduce la trama a senderos l¨ªricos y rom¨¢nticos.
Junto con No hay orqu¨ªdeas para Miss Blamdish, se alza al sector de las obras m¨¢s personales y atractivas de James Hadley Chase: la dram¨¢tica historia de amor Eva, escrita en 1945 y llevada al cine por. el director brit¨¢nico Joseph Losey en 1962. Miss Blamdisch obtuvo tambi¨¦n una versi¨®n cinematogr¨¢fica de lujo La banda de los Grissom, dirigida por Robert Aldrich en el a?o 1971. Pero casi todas las adaptaciones f¨ªlmicas de Chase, realizadas en diversos pa¨ªses, comportan resultados de escaso relieve.
En el terreno literario cabe recordar aquellas novelas que combinan el homenaje a los escritores "duros" norteamericanos con los hallazgos po¨¦ticos del autor: Una corona para tu entierro (1940), Con las mujeres nunca se sabe (1949), Un loto para Miss Quon (1961).
Rom¨¢ntico
Curiosamente, dos de las connotaciones que mejor definen el estilo de Chase, la truculencia y el cinismo, acostumbran a diluirse en los momentos aut¨¦nticamente brillantes del novelista brit¨¢nico y dejan paso entonces a rom¨¢nticas emotividades y a testimonios sociales.En cualquier caso, James Hadley Chase consigui¨® plenamente su prop¨®sito de acercarse a las formas externas de la novela negra norteamericana; ello fue la raz¨®n principal de su ¨¦xito y de su leyenda.
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