C¨®mo evitar que las auditor¨ªas sean papel mojado
Hacienda, Industria y el Banco de Espa?a controlan el 80% del mercado
Las auditor¨ªas de empresas p¨²blicas y privadas y de organismos aut¨®nomos de la Administraci¨®n est¨¢n de moda. Han pasado de no tener avenas respaldo a convertirse en la espada que pende sobre m¨¢s de una cabeza, y tratan de presentarla como la mejor, medicina para curar algunos de los males de la econom¨ªa espa?ola. A pesar de su pretendida. infalibilidad, los errores de bulto han sobresaltado a m¨¢s de uno, y ahora se trata de impedir que sigan por este camino. El futuro est¨¢, seg¨²n los principales responsables de la econom¨ªa, en aumentar el control sobre las firmas auditoras y evitar as¨ª que se repitan fallos como los que ya han ocurrido.
Mariano Rubio, al poco tiempo de ser nombrado gobernador del Banco de Espa?a, en el mes de julio del pasado a?o, dirigi¨® una carta a los presidentes de los bancos espa?oles en la que, despu¨¦s de se?alar la importancia que ten¨ªa que las instituciones financieras hubieran aceptado la recomendaci¨®n de someterse a an¨¢lisis externos, afirmaba que hab¨ªa llegado el momento de que se homogeneizara "Ia forma en que las distintas entidades lleven a cabo sus auditor¨ªas, evitando as¨ª las disparidades actuales y, sobre todo, asegurando que las auditor¨ªas reflejen la verdadera situaci¨®n de la entidad matriz".El m¨¢ximo responsable de la supervisi¨®n de las instituciones financieras resum¨ªa en su carta a los presidentes de los bancos y cajas de ahorro sus propias ense?anzas. Durante a?os hab¨ªa convencido y presionado de forma suficiente para que estas instituciones aceptaran un control externo, al que en buena parte de los casos no hab¨ªan querido plegarse. No obstante, este control adolec¨ªa de numerosos defectos, y su puesta en pr¨¢ctica lo ha demostrado.
Impedir nuevos sustos
Fracasos importantes, como en el caso de Explosivos R¨ªo Tinto, Banco Urquijo -poco antes de que repartiera su ¨²ltimo dividendo a cuenta- o la m¨¢s inmediata en el tiempo de la Caja Rural de La Mancha, romp¨ªan todo el trabajo anterior, que culmin¨® cuando se produjo la expropiaci¨®n de Rumasa ante la negativa de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos a que unos auditores externos pudieran tener pleno acceso a sus datos.
Fracasos que, en opini¨®n de las firmas auditoras, no son tales, porque sus informes suelen reflejar la situaci¨®n real de las empresas que estudian. Existen trucos legales y de lenguaje que han venido ocultando durante demasiado tiempo los problemas de algunas firmas importantes. Ocultaciones que se han podido producir tanto porque el trabajo externo realizado no ha sido todo lo minucioso que deber¨ªa como porque con un lenguaje oscuro se han acabado se?alando los males que padec¨ªa una empresa, aunque no de forma directa.
Los sustos de buena parte de las autoridades econ¨®micas proceden de unos informes de auditor¨ªa poco comprensibles y que se pod¨ªan interpretar de formas distintas. El Banco de Espa?a, que fue el impulsor de las auditor¨ªas, volvi¨® a tornar las riendas, y en el verano pasado fij¨® nuevas reglas para el juego.
El fondo es simple: las auditor¨ªas deben ser algo fiable para los responsables de la Administraci¨®n que velan por la situaci¨®n de determinadas sociedades an¨®nirrias; debe ser un marco de referencia para los accionistas y ahorradores privados que conf¨ªan sus capitales a estas sociedades, y tiene que servir como base de informaci¨®n independiente para los consejeros de estas empresas, como documentos diferenciados de los que puede proporcionar la propia l¨ªnea ejecutiva de las empresas a cuyos consejos pertenecen.
Esta ¨²ltima consideraci¨®n adquiere mayor importancia en la medida en que a los consejeros se les est¨¢n empezando a pedir responsabilidades por los posibles problemas de gesti¨®n que surjan en sus empresas. El papel de consejero de una sociedad est¨¢ dejando de ser casi testimonial para incorporarlo a la l¨ªnea de decisi¨®n y responsabilidad de la misma.
En la actualidad, el Banco de Espa?a, a trav¨¦s de los fondos de garant¨ªa de dep¨®sito, el Ministerio de Hacienda -por s¨ª mismo y por el Patrimonio del Estado- y el Ministerio de Industria, a trav¨¦s de las empresas p¨²blicas pertencientes al Instituto Nacional de Industria o al de Hidrocarburos o de su influencia sobre determinados sectores, como el el¨¦ctrico, tienen poder de decisi¨®n sobre la validez o no del 80% de las auditor¨ªas externas que se realizan en Espa?a. ?sta es la fuerza que tienen y que ahora se va a empezar a aplicar.
Los organismos p¨²blicos y parap¨²blicos, como puede ser el caso de las bolsas, van a forzar a las empresas de auditor¨ªa a que alcancen un compromiso de homologaci¨®n de los informes que emiten para las empresas espa?olas.
C¨®mo evitar que las auditor¨ªas sean papel mojado
Se trata de conseguir que, en el hipot¨¦tico caso de que una misma empresa decidiera que le realizaran dos informes de auditor¨ªa externa distintos, los informes fueran, si no id¨¦nticos, s¨ª al menos comparables entre s¨ª y que no reflejaran situaciones tan dispares que al final pudiera parecer que se hab¨ªa procedido al estudio de dos sociedades distintas en lugar de la misma.Los ejemplos que existen sobre la relativa bondad de las auditor¨ªas son excesivos. Los problemas entre las empresas auditoras, que hasta ahora se hab¨ªan comportado con una total elegancia ante los errores de la competencia, han surgido en la misma medida que aquellos que pueden imponer sus condiciones para aceptar como buena o mala una auditor¨ªa han empezado a hacerlo.
Empresas multinacionales han sido expulsadas del registro de auditores por los errores detectados en sus an¨¢lisis econ¨®mico-financieros de las sociedades auditadas. A ello han respondido se?alando el trato discriminatorio por ellos sufrido mientras que errores mayores no han sido acompa?ados de decisiones similares, sino que las empresas auditoras que los han cometido han visto c¨®mo desde la propia Administraci¨®n se les encargaban nuevos trabajos de relevancia.
Criterios uniformes
No obstante estos enfrentamientos entre las firmas, lo cierto es que las autoridades econ¨®micas y monetarias han establecido criterios uniformes que deber¨¢n seguir aquellos que quieran seguir actuando en el mercado nacional y se les reconozca como v¨¢lido su trabajo.
Lo que est¨¢ claro es que nadie va a prohibir a una sociedad an¨®nima que elija al auditor que prefiera, pero si ¨¦ste no presenta las suficientes garant¨ªas para las autoridades, el informe final de los auditores ser¨¢ poco m¨¢s que papel mojado.
Y esto es especialmente importante para determinadas empresas de servicios, como pueden ser las financieras. Los fondos de garant¨ªa de dep¨®sitos de bancos, cajas y cooperativas de cr¨¦dito tienen capacidad legal, aunque nunca la hayan utilizado, y podr¨ªan existir casos en los que debieran haberlo hecho, de exigir responsabilidades legales en la medida en que dichos fondos pueden haber incurrido en p¨¦rdidas como consecuencia de aceptar los dict¨¢menes de algunas auditor¨ªas.
Para cubrirse de los problemas derivados de una auditor¨ªa defectuosa, las autoridades econ¨®micas han decidido apoyar la homogeneizaci¨®n de los informes de estas firmas con vistas a que no pueda haber problemas posteriores. As¨ª se pretende que todos los informes traten con la misma intensidad los mismos temas, que se hable en los mismos t¨¦rminos y que el lenguaje quiera decir lo mismo cuando se hable de ajustes, reclasificaciones o cuestiones similares.
De esta forma, los informes finales ser¨¢n comparables, y no distintos, como ha venido siendo usual y como a¨²n lo es, por lo que se desprende de los primeros informes de auditor¨ªa que se conocen y analizan los resultados obtenidos en el pasado ejercicio.
La decisi¨®n de homogeneizar tiene como contrapunto que aquellos que no lo cumplan ser¨¢n retirados del mercado de forma clara. Las autoridades econ¨®micas no reconocer¨¢n como ¨²tiles las auditor¨ªas realizadas que no sigan los criterios fijados.
Podr¨¢n seguir operando como sociedades especializadas, eso no se puede impedir, pero su validez ser¨¢ tan escasa que a la larga nadie querr¨¢ gastar su dinero en obtener un papel que no tenga reconocimiento oficial. M¨¢xime si se tiene en cuenta que los informes de auditor¨ªa suponen un importante coste para algunas empresas y que sus gestores no los podr¨¢n justificar a menos que vayan avalados por un cierto respaldo oficial que les d¨¦ carta de veracidad.
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