Par¨ªs y Bonn discrepan sobre la 'guerra de las galaxias'

La Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), propuesta por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, y conocida popularmente por el nombre de guerra de las galaxias, provoc¨® posiciones opuestas entre los participantes en las dos jornadas de discusiones del 22? simposio de T¨¦cnica militar, celebrado en M¨²nich. El canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), el democristiano Helmut Kohl, y el presidente de Baviera, el socialcristiano Franz Josef Strauss, se mostraron favorables a las tesis norteamericanas, que fueron criticadas por el ministro de Dfensa de Francia, el socialista Charles Hernu, y el experto en cuestiones de defensa del Partido Socialdem¨®crata de la RFA, Egon Bahr.

El secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, no pudo llegar a M¨²nich porque el mal tiempo impidi¨® salir de Londres a su avi¨®n, pero en un discurso le¨ªdo por su subsecretario, Richard Perle, expuso que el sistema nuclear de Estados Unidos no va a desentenderse de Europa y buscar s¨®lo su propia seguridad con la nueva estrategia. Precisamente el canciller Kohl hab¨ªa declarado el s¨¢bado que el sistema SDI deber¨ªa proteger tambi¨¦n a Europa.La personalidad de los 150 reunidos en un hotel de M¨²nich en el tradicional simposio anual hizo necesario un fuerte despliegue de controles para garantizar la seguridad de los asistentes.

La ausencia de Weinberger no impidi¨®, sin embargo, que sus tesis fueran el centro de la atenci¨®n de los asistentes y tema de controvertido debate. Weinberger sostuvo que no hay que dejarse llevar por los imperativos tecnol¨®gicos, sino conducir la tecnolog¨ªa a nuevos caminos que garanticen la paz. El secretario de Defensa norteamericano manifest¨® en su comunicaci¨®n que Occidente no debe convertirse en reh¨¦n del pasado y renunciar en los a?os ochenta a tecnolog¨ªas que pueden ser una defensa eficaz contra los misiles at¨®micos, incluidos los SS-20 sovi¨¦ticos. En respuesta a quienes sostienen que esta estrategia contradice el tratado SALT sobre sistemas de misiles antibal¨ªsticos, la comunicaci¨®n de Weinberger expuso que cuando se firm¨® el tratado no se conoc¨ªan las nuevas posibilidades tecnol¨®gicas.

El canciller Kohl recomend¨® intensamente a los aliados occidentales participar en el programa de defensa en el espacio de Estados Unidos, y a?adi¨® que en la canciller¨ªa de Bonn ya hay un grupo de trabajo para estudiar la cooperaci¨®n. Strauss se opuso a que se hable de militarizaci¨®n del espacio y dijo que hay que hablar m¨¢s bien de "eliminar las armas nucleares".

El ministro de Defensa franc¨¦s, Charles Hernu, manifest¨® no compartir el apoyo de los democristianos alemanes a las tesis de Reagan. Hernu considera que la nueva estrategia puede tener efectos dese stabiliz adores y acelerar la carrera de armamentos, y dijo mantenerse fiel a la doctrina tradicional del "equilibrio de la disuasi¨®n". Hernu dijo que Francia pertenece a la OTAN y se siente solidaria con ella, aunque no est¨¦ militarmente integrada. El socialdem¨®crata alem¨¢n Bahr expuso la inquietud de que la nueva estrategia norteamericana pueda provocar en la Uni¨®n Sovi¨¦tica un incremento de sus cohetes intercontinentales, y dijo que s¨®lo se pueden conseguir resultados a partir del respeto al principio de la "comunidad de seguridad" entre los diferentes bloques militares.