Kepa Aulestia: "ETA tiene que negociar en alg¨²n momento"
Kepa Aulestia, reci¨¦n elegido secretario general de Euskadiko Ezkerra, tiene aspecto de estudiante de Qu¨ªmicas, de los empollones. Lo cierto es que le hubiera gustado pasar por la Universidad, "pero mi ¨²nica carrera ha sido la etarra", bromea. De este joven ondarr¨¦s, que no tiene complexi¨®n ancha, ni barbas, ni barriga, se puede decir tan s¨®lo que es un pol¨ªtico de altura, ya que mide 1,92. Designado'secretario general de Euskadiko Ezkerra hace unos d¨ªas, Kepa Aulestia, un hombre pausado y t¨ªmido, se muestra satisfecho de la operaci¨®n de reinserci¨®n social iniciada por su partido y que ha afectado a m¨¢s de 200 ex activistas de ETA. Se declar¨¢ esc¨¦ptico con el pacto de legislatura firrnado entre el Gobierno vasco y el Partido Socialista. de Euskadi, porque: cree que se caracteriza por sus importantes lagunas.
TONIA ETXARRI Kepa Aulestia reconoce que la militancia en Euskadiko Ezkerra no se ha incrementado en los dos ¨²ltimos a?os, pero el fen¨®meno no le preocupa como a un jefe de personal. Aulestia transmite un mensaje impropio de su cargo: "Me parece muy bien que la gente pegue un palo a los partidos no afili¨¢ndose a ellos; en el fondo, pienso que es gente bastante extra?a la que a estas alturas se anima a militar en un partido".
Pregunta. Euskadiko Ezkerra se ha presentado en su segundo congreso con una imagen de fuerza consolidada que refleja su trayectoria de los dos ¨²ltimos a?os desde que se fusion¨® el partido ElA con un sector mayoritario del PCE. Cuando hablaba en el congreso del comienzo de una nueva etapa, ?a qu¨¦ se refer¨ªa?
Respuesta. Quiz¨¢ sea excesivamente optimista o pretencioso, pero yo creo que la situaci¨®n apunta hacia un panorama normalizado en el que nuestro discurso por la pacificaci¨®n y la racionalidad habr¨¢ que traducirlo a t¨¦rminos m¨¢s digeribles por la pol¨ªtica cotidiana. En ese mensaje prevalece la idea de que los militantes tienen que pensar que no est¨¢n en un partido por la normalidad, sino en un partido para la normalidad. Por tanto, tiene que traducir ese discurso atendiendo a lo que son los problemas fundamentales de lo qom¨²n de las sociedades occidentales, derivadas de la propia crisis econ¨®mica, no s¨®lo en sus aspectos m¨¢s tangibles, sino incluso en los menos materiales, los relacionados con la crisis cultural, por ejemplo.
P. Usted habl¨® en el congreso de la necesidad de superar alguno! problemas que EE arrastra, pero cit¨® ¨²nicamente ejemplos organizativos. ?Existe, en su opini¨®n, alg¨²n otro lastre pol¨ªtico o ideol¨®gico que Euskadiko Ezkerra deba superar?
R. La nueva etapa que preveo requerir¨¢ mayor rigor con respecto a los problemas, requerir¨¢ una actitud que supere cualquier frivolidad, cualquier intento demag¨®gico de resolver cuestiones por medio de la palabra simplemente. Creo que me refer¨ªa a la necesidad de superar lastres de actitud, no de ideolog¨ªa. Me preocupa m¨¢s c¨®mo se piensa que lo que se piensa. Me parecen leg¨ªtimas las discrepancias, y necesarias, incluso dir¨ªa yo que imprescindibles para la din¨¢mica de un partido. Al hablar de la necesidad de superar lastres hac¨ªa una llamada de atenci¨®n que quer¨ªa decir que los grandes mensajes pol¨ªticos van a dar paso a la necesidad de resolver cuestiones muy concretas que no se van a poder resolver con demagogias.
P. ?La operaci¨®n de las medidas de reinserci¨®n social para ex militantes de ETA ha servido para aglutinar a los militantes de Euskadiko Ezkerra? ?Los afilia dos al partido se han identificado con este proceso o ha sido una negociaci¨®n que principalmente ha tenido una proyecci¨®n exterior?
R. Yo creo que internamente la operaci¨®n ha ilusionado. Como humanos, vivimos de logros, y es evidente que un militante no puede esperar sine die al triunfo final. La militancia ha visto los frutos de un trabajo, ha visto que la palabra paz y la lucha por la pacificaci¨®n se ha convertido en algo real. Ha sido una importante inyecci¨®n de moral para una militancia que se ha movido en la dif¨ªcil situaci¨®n de la vor¨¢gine, de la polarizaci¨®n y del enfrentamiento entre Herri Batasuna, PSOE y PNV en lo fundamental. Pero tambi¨¦n ha sido una inyecci¨®n de realismo, de pura pedagog¨ªa. Este proceso nos ha ense?ado lo que cuesta -pr¨¢cticamente, dos aftos y medio- terminar con los problemas personales de 250 militantes que han decidido abandonar la lucha armada.
P. ?Contin¨²a creyendo que Euskadiko Ezkerra debe ser el eje de esa nueva izquierda que no acaba de cuajar en el Pa¨ªs Vasco?
R. Lo del eje es pretencioso. Yo creo que cualquier alternativa de izquierdas a lo que es actualmente la hegemon¨ªa. de la derecha en Euskadi tiene que contar con lo que hoy representa social y pol¨ªticamente Euskadiko Ezkerra.
P. ?Euskadiko Ezkerra se mantiene en una posici¨®n eqpidistante entre Herri Batasuna y el Partido Socialista de Euskadi?
R. Hay que distinguir dos cuestiones de Euskadiko Ezkerra: como realidad social y como proyecto pol¨ªtico. Socialmente procedemos, en lo sustancial, de sectores que son comunes a lo que en elte momento es Herri Batasuna. Sin erpbargo, pol¨ªtica mente, hay una diferencia sus tancial con Herri Batasuna, rela cionada con la actitud pol¨ªtica. Existe la diferencia entre la con cepci¨®n de la democracia como un fin en s¨ª mismo o como una enga?ifa para tontos reformistas. Y ah¨ª, evidentemente, no coinci dimos con Herri Batasuna. Res pecto al PSOE, en cuanto a pro cedencia y realidad social, hay un mayor abismo que el que nos separa de Herri Batasuna. Y en cuanto al proyecto pol¨ªtico, man tenemos una divergencia funda mental: el PSOE no est¨¢ tratan do de artidular una alternativa de izquierda basada en el asenta miento de la propia sociedad ci vil vasca frente a la actual hege mon¨ªa de la derecha. Est¨¢ desa rrollando una pol¨ªtica que se plantea como un fin en s¨ª misma, basada, principalmente, en sus actuales posiciones en el Gobier no de Madrid.
Cambio de actitud
P. Ha llegado a decir que el pacto de legislatura entre nacionalistas y socialistas aporta una esperanza de normalizaci¨®n del pa¨ªs. Sin embargo, el grupo parlamentario de Euskadiko Ezkerra se mostr¨® muy cr¨ªtico durante la investidura del nuevo lendakari.
R. Bueno, una cosa no quita la otra. Nosotros estamos en contra del acuerdo. No s¨®lo por la limitaci¨®n d e la identidad de los firmantes, dos Gobiernos,sino por su contenido, no tanto por lo que pone en el texto, sino por loque deja de poner. Pero lo interesante es la din¨¢mica que se genera en Euskadi a partir de ahora, ya que se produce un cambio de actitud del PNV y del PSOE respecto a s¨ª mismos, a sus relaciones. Nosotros no estamos de acuerdo con un pacto en el que aparece un afianzamiento de las posiciones del f¨®ralismo, pero este hecho supone, entre otras cosas, una variaci¨®n de la pol¨ªtica socialista respecto al proyecto de estructuraci¨®n, interna de la comunidad aut¨®noma vasca. Creo que este acuerdo genera una din¨¢mica al di¨¢logo.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa el pacto de Euskadiko Ezkerra?
R. El suscrito por todas las fuerzas pol¨ªticas, incluida Herri Batasuna. Pero sobre todo creemos, m¨¢s que en la firma de un acuerdo, en una din¨¢mica que contemple el problema de la violencia, porque no me parece serio pretender resolver el problema de ETA simplemente con el reconocimiento, en un papel de la exclusi¨®n de la negociaci¨®n con la organizaci¨®n armada. Est¨¢ muy bien que se le devuelva la pelota a ETA, pero no es suficiente. El tema de la violencia no se puede abordar seriamente si no se plantean cuestiones relativas a la ley antiterrorista, a las torturas, al despliegue de la polic¨ªa aut¨®noma y la. sustituci¨®n de las fuerzas de orden p¨²blico, entre otras cosas. En relaci¨®n al futuro de ETA, creo que ¨¦ste puede ser un momento quiz¨¢ irreversible a la hora de abordar una posible negociaci¨®n. Adem¨¢s, ETA tiene que negociar en alg¨²n momento, y cuanto m¨¢s tarde lo haga ser¨¢ m¨¢s dificil resolver su reinserci¨®n social y, sobre todo, ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil apoyar esa negociaci¨®n.
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