Reconversi¨®n a la italiana
Lorenzo Necci, presidente de Enichimica, propone que Europa se desembarace de su cultura industrial para competir con Estados Unidos
El avvocato Lorenzo Necci, antiguo profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Roma, ensayista sobre la empresa p¨²blica y el sector el¨¦ctrico, es un empresario de versatilidad italiana, fascinado por la eficacia norteamericana, a la que desea como sustitutivo de la cultura industrial europea. Pol¨ªticamente es republicano; econ¨®micamente, liberal y empresarialmente, el protagonista, desde finales de 1981, de la reconversi¨®n de la qu¨ªmica italiana. Una reconversi¨®n tard¨ªa, traum¨¢tica y acelerada, que quiz¨¢ en Espa?a pueda servir como punto de referencia.Pregunta. Su diagn¨®stico sobre el futuro econ¨®mico europeo es completamente pesimista.
Respuesta. Los datos son claros: comparando las cien primeras empresas de cada regi¨®n, la proporci¨®n de beneficios netos sobre el capital social en Jap¨®n ascendi¨® en 1983 al 13,5%; en EE UU fue del 11,5%; en Europa se registraron resultados negativos en un 0,1%. La empresa europea no es competitiva. Hay otro hecho revelador, que adem¨¢s es parad¨®jico. Mientras que en Europa el problema del paro domina el debate econ¨®mico, seg¨²n los l¨ªderes de la econom¨ªa es la falta de personal especializado el verdadero freno al desarrollo y a la introducci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas.
P. ?C¨®mo enfrentar esta situaci¨®n?
R. En pocas palabras: debemos desembarazamos de nuestra antigua cultura industrial y adoptar una nueva que fomente la aparici¨®n de empresarios. Debemos arrancar el futuro de Europa de manos de la burocracia para restituirlo a los emprendedores.
P. Esta estrategia liberal puede estar re?ida con las exigencias y tradici¨®n de la empresa p¨²blica.
R. No hay otra alternativa. La empresa p¨²blica debe responder a un concepto, el de empresa, y adoptar el sistema de valores de la empresa privada. Cierto que en algunos sectores, y por motivos sociales, puede privilegiarse determinado servicio, como por ejemplo el transporte. Pero eso es imposible en sectores corno la qu¨ªmica o el autom¨®vil, en los que hay que estar a resultas de la corripetencia, hay que estar en el mercado. O eso, o no estar. Por eso yo creo que este tipo de empresa es p¨²blica s¨®lo de forma transitoria.
P. El holding que usted preside ha sufrido un fuerte proceso de reconversi¨®n. ?Cu¨¢l era el punto de partida?
R. En los a?os sesenta se utiliz¨® en Italia la petroqu¨ªmica, desvinculada de las multinacionales, como motor de relocalizaci¨®n industrial, para desarrollar las zonas m¨¢s atrasadas. Se hic¨ªeron instalaciones en Cerde?a y Sicilia. El enfoque estaba equivocado: se pagaba un alto coste log¨ªst¨ªco y de falta de dimensi¨®n, quie se traduc¨ªa en deseconom¨ªas de escala. Las empresas luchaban comercialmente en el mercado italiano, y no ten¨ªan una presencia en el exterior. La experiencia ha demostrado que, de hecho, se crearon las industrias equivocadas en los emplazamientos equivocados. La qu¨ªmica de base estaba basada en el bajo coste de las materias primas. Este concepto salt¨® con la crisis energ¨¦tica. En pocos a?os los precios de los pl¨¢sticos se multiplicaron por 20. S? el valor de la materia prima representa el 75% del valor del, producto final, como era el caso, quedaba claro que las empresas no pod¨ªan sobrevivir.
Reacci¨®n tard¨ªa
P. Este fen¨®meno ocurri¨® en muchos sectores y pa¨ªses.
R. Pero en nuestro caso la reacci¨®n fue tard¨ªa. En vez de actuar desde 1975, como ocurri¨® en otros pa¨ªses, Italia empez¨® a hacerlo en 1982. Peor a¨²n: entre 1973 y 1980 se continu¨® invirtiendo en peque?as plantas, siempre lejanas del mercado de consumo. A diferencia de los norteamericanos, los europeos, y especialmente nosotros, esperamos a que las empresas quedaran colapsadas.
P. La reacci¨®n, al fin, lleg¨®.
R. Y como fue tard¨ªa debimos actuar con mayor dureza que en otros lugares. Suprimimos de golpe la capacidad de producci¨®n del et¨ªleno, en un 40%; del politeno, en un 35%; y del PVC, en un 25%. Ello ha sido acompa?ado de una fuerte reducci¨®n de costes laborales. Hemos pasado de 38.000 empleados al principio de 1982, a una plantilla de 27.000. Hemos mejorado el sistema de aprovisionamiento. Nos hemos abierto al mercado europeo. Nos hemos reorganizado internamente, pues si antes una sola compa?¨ªa se ocupaba de todos los productos, ahora tenemos una sociedad por cada sector; pl¨¢sticos, goma, fertilizantes, fibra, farmac¨¦utica y qu¨ªmica fina. El concepto b¨¢sico de la reestructuraci¨®n ha sido sencillo. Hemos tratado de recuperar el tiempo perdido, produciendo no lo que est¨¢bamos en capacidad de producir, sino lo que est¨¢bamos en capacidad de vender. As¨ª, en dos a?os hemos pasado de un valor a?adido del 11% a uno del 31%.
P. ?C¨®mo han planteado los problemas de la localizaci¨®n industrial?
R. Hemos. tenido,que cerrar dos centros muy importantes en el Sur, y estamos cerrando otro. El resto los especializamos, consider¨¢ndolos como unidades productivas. En vez de que toda la gama se produzca en todas las factor¨ªas, vamos.a una producci¨®n especializada, por regiones, no localmente. Ello ha producido grandes resultados log¨ªsticos, pero no todo est¨¢ resuelto. Quiz¨¢ el ideal ser¨ªa una sola planta, pero eso es imposible.
P. En agosto pasado Enichem realiz¨® una fuerte inversi¨®n en la Rep¨²blica Federal. Y lo hizo en un subsector tan deprimido como el de los pl¨¢sticos.
R. ?ste sector no est¨¢ en modo alguno acabado. Nosotros tenemos en ¨¦l una gran tradici¨®n. Y el riesgo de perder es superior en los productos nuevos que en los antiguos. As¨ª, con la adquisici¨®n a la H?echst de la planta de polietileno de baja densidad, nos reforzamos en un sector en el que ya somos fuertes, y logramos la salida del mercado de un competidor duro. Ahoras estamos ultimando un acuerdo tecnol¨®gico con la Du Pont sobre polietileno. Hay que especializarse, y hacerse fuerte en la especialidad propia.
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