La visita del Papa a Ecuador
EL PAIS, en su edici¨®n del d¨ªa 2 del presente mes, public¨® la cr¨®nica enviada desde Guayaquil por don Juan Arias, que cubre la visita del Papa a varios pa¨ªses hispanoamericanos, seg¨²n la cual "la fr¨ªa recepci¨®n dispensada en Guayaquil empa?¨® su visita a Ecuador".La informaci¨®n se limita a la visita que el Papa hizo al Guasmo, populoso barrio de la ciudad de Guayaquil, que, seg¨²n el se?or Arias, s¨®lo pudo realizarse luego de Iargas negociaciones" y en Ilcondiciones muy f¨¦rreas", y que se caracteriz¨® por el recelo y la apat¨ªa de las pocas personas que concurrieron al acto.
Tan peculiar visi¨®n de los hechos concluye con la contradictoria aseveraci¨®n del mismo se?or Arias de que el Papa "tampoco pudo entrar en aquella barriada" (El Guasmo) y que, en "gesto simb¨®lico", dado que "no pod¨ªa caminar entre la gente", le entregaron, para que "hiciese volar sobre los presentes", una paloma que se neg¨® a hacerlo, porque "prefiri¨® quedarse en la tribuna" (sic). Todo esto dentro del marco -siempre seg¨²n el se?or Arias- de una iglesia vac¨ªas donde se encontraban "exclusivamente soldados que le proteg¨ªan con las armas en la mano".
Las fotograf¨ªas que acompa?o, publicadas en los diarios El Universo, de Guayaquil, y El Comercio, de Quito, en sus ediciones del d¨ªa 3 del presente mes, demuestran, por el contrario y objetivamente, el multitudinario y cari?oso recibimiento que el pueblo de Guayaquil dispens¨® a su santidad Juan Pablo II, y la presencia, de cientos de miles de sus hijos, que, emocionados en las calles de la ciudad, en el templete de la Alborada, donde Su Santidad celebr¨® misa, y por ¨²ltimo en el Guasmo, demostraron su fe y expresaron su alegr¨ªa por la presencia del obispo de Roma.- Embajador. .
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