Cantarero y el presidente del Gobierno

En recuadro al pie de la p¨¢gina 12 de EL PAIS del d¨ªa 14 resulto nominalmente aludido y enjuiciado en forma que considero doblemente inexacta y, en mi opini¨®n, injusta.No es cierto que yo gritara contra la persona del presidente Gonz¨¢lez en el Pleno del Congreso al que la informaci¨®n se refiere. No es en absoluto mi costumbre; ni es cierto tampoco -al menos dentro del Grupo Popular- que yo sea conservador. Aparte mis propias bibliograf¨ªa y hemerograf¨ªa, que prueban aplastantemente todo lo contrario (siempre, por supuesto, en t¨¦rminos relativos), lo atestigua tambi¨¦n mi propia trayectoria parlamentaria dentro de ese grupo. He intervenido s¨®lo dos veces en pleno, y las dos justamente para pedir en nombre del grupo que se votara a favor de sendos proyectos del partido socialista: referente uno al empleo comunitario agrario, y el otro, a la ampliaci¨®n de la amnist¨ªa a los militares republicanos. Y no he intervenido m¨¢s porque no se me ha dado oportunidad para ello, ni siquiera en las ocasiones en que he expresado personal y expreso inter¨¦s al respecto.

En cuanto al incidente concreto por el que el se?or presidente de la C¨¢mara me llam¨® al orden dos veces con un reglamento en la mano que no prev¨¦ ciertas situaciones de indefensi¨®n de los diputados sin voz portada, tengo que recordarle que, seg¨²n consta en el diario de sesiones, el presidente del Gobierno termin¨® su ¨²ltimo parlamento sobre las auditor¨ªas con las siguientes palabras, motivadoras de mi reacci¨®n refleja: "No le interesa ni a usted ni a los de su grupo (subrayo esta ¨²ltima expresi¨®n) que se diga p¨²blicamente qu¨¦ hab¨ªa detr¨¢s del afloramiento de ese presupuesto ni de otros problemas que se han ido produciendo a lo largo de esta legislatura. No les interesa que se sepa la verdad. Eso es lo que tiene que conocer la opini¨®n p¨²blica".

Como tras tales palabras el se?or Peces-Barba no se apresur¨® a llamar al orden al se?or Gonz¨¢lez ante tama?a ofensa colectiva, en forma distinta de su imparcial h¨¢bito, funcion¨® el resorte de mi personal dignidad ofendida. Grit¨¦, efectivamente, y con todas mis fuerzas, mi personal rechazo de esa especie injuriosa-