El colegio San Juan Evangelista

Como antiguo colegial del colegio mayor San Juan Evangelista -cuatro cursos de mi vida disemin¨¦ en sus esquel¨¦ticos pasillos-, no puedo quedarme callado ante la informaci¨®n vertida por EL PAIS, en la secci¨®n Educaci¨®n, del pasado 26 de febrero. En absoluto puedo estar de acuerdo con afirmaciones como: "El colegio San Juan Evangelista se destaca por mantener un esp¨ªritu aperturista y establecer conexiones con la sociedad". El hecho de que posea un club de jazz no significa, ni por aproximaci¨®n, que el colegio mantenga una l¨ªnea abierta y democr¨¢tica. Un breve an¨¢lisis de la vida cotidiana del colegio nos se?ala todo lo contrario: mafias, injusticias, abusos, desniveles, privilegios..., amiguismos, actitudes obsoletas y arbitrarias, absolutismo y arrogancia en el ejercicio del poder, que es una imitaci¨®n exacta de un sistema feudal y servilista. No, se?or director; el San Juan Evangelista no es ni la sombra de lo que fue. Y digo esto desde la postura de un colegial que intent¨® adoptar una postura cr¨ªtica y constructiva.No quisiera cebarme en las denuncias. No ser¨ªa correcto. Para finalizar, un detalle: en la triste y bochornosa jornada del 23 de febrero de 1981, la direcci¨®n y empleados del moderno San Juan Evangelista se escondieron como ratas atenazadas por el p¨¢nico.

Creo que es suficiente-