El nuevo tenis alem¨¢n avasalla al espa?ol
ENVIADO ESPECIALEspa?a pierde por 2-0 frente a la Rep¨²blica Federal de Alemania tras la primera jornada de la eliminatoria del grupo mundial de Copa Davis, que se disput¨® ayer en Sindelfingen. Sergio Casal perdi¨® ante Michael Westphal por 10-8, 6-3, 2-6, 2-6 y 6-4, en tres horas y 56 minutos, mientras Boris Becker derrotaba a Joan Aguilera por 6-3, 6-4 y 6-4 en una hora y 37 minutos. Hoy, a las 13.45 horas (TVE-2) se disputar¨¢ el partido de dobles que puede sentenciar la eliminatoria. Est¨¢ previsto que por Espa?a jueguen Casal y Emilio S¨¢nchez, mientras la pareja de la RFA puede estar formada por Maurer y Popp, aunque tambi¨¦n es posible que Becker juegue en lugar de este ¨²ltimo.
Las posibilidades de victoria de Espa?a en su retorno a la Primera Divisi¨®n del tenis mundial son pr¨¢cticamente inexistentes tras los dos puntos perdidos ayer. El peque?o hilo de esperanza del equipo espa?ol se basaba en una hipot¨¦tica victoria de Casal, o en el nerviosismo de Becker en su deb¨² en esta competici¨®n. No sucedi¨® ni una cosa ni la otra. Casal se qued¨® muy cerca del triunfo ante Westphal pero no culmin¨® el trabajo; Becker dej¨® claro que va a ser uno de los mejores jugadores del mundo en los pr¨®ximos a?os, si mantiene su progresi¨®n actual.Dec¨ªa Aguilera despu¨¦s de su derrota: "Si el juego de Becker no ha sido un milagro, este chico ser¨¢ uno de los mejores del mundo dentro de poco". Becker lo tiene todo, absolutamente todo. Con solo 17 a?os, Boris Becker -otra doble B, como Bjorn Borg- tiene un servicio tan potente como una coz; golpea la bola con una violencia enfermiza en cualquier postura, y mantiene siempre la presi¨®n m¨¢xima sobre su rival con golpes y profundos, una rapidez inusitada en el juego, una continua agresividad en las voleas y una ambici¨®n tremenda reflejada en su rostro, marcado a¨²n por el acn¨¦ juvenil. Becker es un diamante en bruto, un producto de una escuela, la alemana, que ha invertido seriamente en ¨¦l, y que le ha ense?ado a jugar en todas partes, oblig¨¢ndole a olvidarse de la comodidad de la tierra batida.
Aguilera lo intent¨® todo. Con m¨¢s ambici¨®n personal que otras veces, con m¨¢s tranquilidad en su juego, Aguilera intent¨® primero jugar con lentitud. Becker no se dej¨® enga?ar. Sin dejarle marcar el ritmo, Becker respondi¨® siempre con la violencia extrema de su raqueta. Cuando, ante los nefastos resultados de la lentitud, Aguilera prob¨® responderle con juego agresivo, Becker le devolvi¨® los golpes con potencia redoblada. "Me sent¨ªa impotente", explic¨® Aguilera. "No sab¨ªa si ponerme a reir o a llorar. Llegaba a todas mis bolas por dif¨ªciles que fuesen. Mide casi 1,90 metros, llega a todas partes y mete unos palos alucinantes".
Becker acab¨® pronto con el trabajo. "La victoria de Westphal me permiti¨® salir tranquilo a la pista", dijo Becker. El alem¨¢n s¨®lo tiene un punto flojo; tiene alguna dificultad para coordinar sus movimientos debido a su corpulencia, y puede acusar este hecho en las pistas lentas. Eso s¨ª, forma parte de la nueva generaci¨®n de figuras que se avecinan, y que ya no imitan la defensa Borg, porque prefieren el ataque McEnroe.
La derrota de Casal
Sergio Casal so?ar¨¢ durante mucho tiempo con su partido de ayer contra Westphal. Lo tuvo perdido, remont¨® hasta tenerlo pr¨¢cticamente ganado, y lo perdi¨®. El partido record¨® en cierta manera a los que nos ten¨ªa acostumbrados Juan Gisbert cuando jugaba. Gisbert parec¨ªa muchas veces desti ado a perder, y ganaba. Otras veces parec¨ªa que iba a ganar con facilidad, y perd¨ªa. Ayer, Casal iba perdiendo por dos sets a cero, y remont¨® hasta dominar por 4-2 en la quinta y ¨²ltima manga."Sab¨ªa que a¨²n no hab¨ªa ganado", dijo despu¨¦s Casal. "Estaba concentrado y dispuesto a seguir luchando, pero Westphal redonde¨® dos juegos fant¨¢sticos. Meti¨® todos sus golpes sobre las l¨ªneas" Y, adem¨¢s, el p¨²blico, que hab¨ªa estado dormido hasta ese momento, reaccion¨® al notar que su jugador iba camino de la derrota. Esos empujones morales de los espectadores, los aciertos en las bolas dif¨ªciles y los errores de Casal en bolas relativamente f¨¢ciles empujaron a Westphal a la victoria. Fue una demostraci¨®n m¨¢s de que el ambiente juega a favor del equipo local tambi¨¦n en el tenis. Sin el p¨²blico, Westphal habr¨ªa perdido el primer encuentro de la eliminatoria que libran la RFA y Espa?a.
Casal es un jugador de calidad que, sin embargo, no consigue superar la fase de tenista pobre del circuito. En los torneos le cuesta horrores superar las fases previas, a las que est¨¢ destinado hasta que no consiga los puntos suficientes para entrar directamente en los cuadros finales. En Copa Davis, sin embargo, se encuentra directamente con el enemigo en el campo de batalla. Y surge el mejor Sergio Casal.
El rubio espa?ol estuvo a punto de comenzar la eliminatoria con una bofetada en la cara de los optimistas alemanes. Trabajo hizo para merecer el triunfo, y quiz¨¢ s¨®lo la falta de fuerza final, la ausencia de costumbre en acabar los partidos para ganarlos, le alej¨® de conseguir el primer punto para Espa?a en una eliminatoria que muchos daban por perdida antes de que se iniciase.
El partido ya comenz¨® con igualdad. El primer set dur¨® una hora y 20 minutos, y lo gan¨® Westphal por 10-8, con dos bolas finales que la red escupi¨® hacia el territorio de Casal. Dos bolas afortunadas que, seg¨²n reconoci¨® Casal, "me quemaron psicol¨®gicamente en el segundo set".
Primero y segundo set tuvieron un desarrollo similar en el juego de ambos contendientes. Westphal, un potro ten¨ªstico, un jugador todo fuerza, pero con poco cerebro, decidi¨® arreglar las cosas de la ¨²nica forma que sabe: a palo seco. Desde el fondo de la pista lanz¨® unos tremendos golpes muy ajustados que, sobre todo en su drive, hicieron mucho da?o a Casal. Muy irregular, Westplial es capaz de colocar todas las bolas en la pista, como ayer, o lanzarlas todas fuera.
Casal replic¨® en el mismo estilo. Sin abrir huecos o frenar un poco el ritmo agresivo, Casal respondi¨® con fuerza a los golpes de Westphal. El partido se convirti¨® as¨ª en algo parecido a una pelea entre dos pesos pesados. Pero algo cambi¨® en el tercer set. Westphal empez¨® a notar cierto cansancio psicol¨®gico, y Casal se dio cuenta de que las bolas blandas, largas o a media pista, le hac¨ªan mucho da?o a un jugador alem¨¢n ya no tan seguro de s¨ª mismo. Casal se llev¨® el tercer set, y, tras el pertinente descanso, gan¨® el cuarto y se fue hasta el 4-2 de la ¨²ltima manga.
Ah¨ª se acab¨® el partido. Por mucho que Santana intentase despertar los instintos ganadores de Casal, por mucho que el jugador espa?ol acertase en su servicio, Westphal record¨® los viejos tiempos del primer y segundo set y coloc¨® cuatro passing-shots en las l¨ªneas. Lo suficiente para igualar a cuatro juegos y para acabar de romper la por entonces ya fr¨¢gil moral de Casal.
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