Alberti se escondi¨® en la arboleda

Leo y guardo con atenci¨®n las vibrantes memorias de Rafael Alberti. A juzgar por algunas cartas al director deduzco que la memoria de don Rafael quiz¨¢ con excesiva frecuencia se permite perderse en la frondosa arboleda de su amplia vida, que Dios guarde muchos a?os.As¨ª, en la entrega Luis Bu?uel en Venecia, don Rafael menciona la isla de Ibiza, desde la cual se enter¨® de la dram¨¢tica noticia del asesinato de Federico Garc¨ªa Lorca. Y he aqu¨ª que quedo sorprendido, una vez m¨¢s, cuando escribe Alberti: "...reci¨¦n regresado yo de la isla de Ibiza, en donde hab¨ªa ca¨ªdo prisionero".

Doy por sentado que sobre su propia vida sabe m¨¢s Rafael Alberti que nadie, pero, seg¨²n mis noticias, varias y contrastadas (testimonios que saldr¨¢n publicados en un pr¨®ximo librito sobre los modernos Ulises mediterr¨¢neos como Alberti), nuestro poeta jam¨¢s cay¨® prisionero de nadie en Ibiza. Rafael Alberti se escondi¨® simplemente, e hizo muy bien. ?Qu¨¦ habr¨ªa ocurrido de no esconderse? Seguramente habr¨ªa ca¨ªdo, como dice ¨¦l, prisionero. He le¨ªdo igualmente su primer tomo de La arboleda perdida, su Miliziani a Ibiza, y el hermoso libro de su esposa, Mar¨ªa Teresa Le¨®n, Retornos de lo vivo lejano. Nada en sus p¨¢ginas hace pensar que hubiesen ca¨ªdo prisioneros de nadie. Seg¨²n lo que s¨¦, don Rafael vivi¨® unos d¨ªas en plena arboleda de pinos, tan abundantes, arom¨¢ticos y protectores en estas Pitiusas (islas de pinos). Pero, en fin, corr¨ªjame si me equivoco yo.-