El dilema del planeta URSS

No hay que esperar en este momento un cambio sustancial de la pol¨ªtica sovi¨¦tica, ahora que Gorbachov ha accedido a la c¨²spide del poder. Pese a que pueda ser efectiva la voluntad que se le atribuye de iniciar un proceso de modernizaci¨®n del sistema heredado del pasado, es muy dif¨ªcil, por no decir imposible, que se arriesgue en un futuro inmediato. Debe superar una serie de obst¨¢culos para hacerlo que no pueden ser eludidos ni aproximados mediante rodeos. El primero de ¨¦stos se encuentra en que el grupo dirigente, que lo ha elevado al m¨¢s alto cargo, contin¨²a siendo el mismo que ha gobernado el pa¨ªs durante muchos a?os. Nada hace pensar que se haya convertido de la noche a la ma?ana a una diferente visi¨®n de los problemas y a la b¨²squeda de nuevas soluciones. La elecci¨®n de Gorbachov puede ser indicativa de una disponibilidad a acoger algunas insinuaciones, m¨¢s bien en la l¨ªnea de la persecuci¨®n de algunos objetivos considerados como esenciales, pero nada m¨¢s. La elecci¨®n colegial del Politbur¨® permanece inmutable y con ella permanecen presumiblemente inmutables los fines y los m¨¦todos del Kremlin. Se requerir¨¢ tiempo antes de que Gorbachov pueda modificar tal estado de cosas. ( ... )Mientras tanto, deber¨¢ enfrentarse con problemas cada vez m¨¢s graves. Para sostener el papel de superpotencia mundial, la URSS est¨¢ empe?ada en un esfuerzo gigantesco que la pone en dura prueba en el enfrentamiento con EEUU. (...)