Ecu, ecu por do viene
La unidad de cuenta europea ofrece un peculiar 'seguro de cambio'
A pesar de los disgustos que se est¨¢n llevando los gobernantes espa?oles por los muchos desaires y aplazamientos sufridos a la hora de finalizar el proceso negociador con la CEE, casi todo el mundo da por sentado que, m¨¢s pronto o m¨¢s tarde, nuestro pa¨ªs se convertir¨¢ en miembro de la Comunidad. Independientemente de que cada uno pueda creer que el ingreso sea beneficioso o no para Espa?a, al llegar ese momento se plantear¨¢n radicales cambios en las alternativas inversoras, especialmente en el caso de los ahorradores particulares.El ECU, que naci¨® el 13 de marzo de 1979, es una cesta formada por las 10 monedas de los pa¨ªses miembros de la CEE, por lo que no existe fisicamente. Sin embargo, ya se han emitido 1,8 billones de pesetas en esta divisa, que est¨¢ llamada a convertirse en el futuro billete com¨²n de la CEE.
Cada divisa de los pa¨ªses miembros pondera esta unidad de cuenta en funci¨®n del producto nacional bruto y del volumen de comercio exterior de cada pa¨ªs. Estos porcentajes se revisan cada cinco a?os; el ¨²ltimo ajuste tuvo lugar el 17 de septiembre de 1984, a consecuencia del ingreso de Grecia en la CEE y de la inclusi¨®n del dracina en esta ponderaci¨®n. El valor del ECU, sin embargo, se fija diariamente, en funci¨®n de los cambios que alcanzan las monedas que lo componen en el mercado internacional.
Un uso muy particular
Quiz¨¢ lo m¨¢s curioso es que, mientras la utilizaci¨®n oficial del ECU dentro del ¨¢rea comunitaria sufre un congelamiento notorio, paralelo al aplazamiento de la creaci¨®n de un banco central europeo, su utilizaci¨®n a nivel particular ha venido increment¨¢ndose considerablemente en los ¨²ltimos a?os. No son pocas, por ejemplo, las empresas espa?olas que han salido al mercado internacional de capitales en busca de financiaci¨®n en ECU, como Telef¨®nica, Renfe, Iberia o Enher, sin olvidar a la propia Generalitat de Catalu?a o al Ayuntamiento de Barcelona. En total, las empresas espa?olas han obtenido unos 75.000 millones de pesetas en este tipo de cr¨¦ditos desde 1981, a?o en que comenz¨® la utilizacion del ECU por parte de los particulares.
El peso de las emisiones denominadas en ECU, sin embargo, se encuentra muy lejos de las emitidas en d¨®lares estadounidenses, marcos alemanes o francos suizos. Seg¨²n Harald Burmeister, profesor del IESE, desde 1981 se han registrado cerca de 90 emisiones de bonos, por un importe superior a los 7.000 millones de ECU, y cerca de otros 3.000 millones en pr¨¦stamos financieros. Esos 10.000 millones de ECU -que equivalen a menos de 8.000 millones de d¨®lares- representan algo m¨¢s del 1,5% del volumen total del mercado. Eso demuestra que, a pesar de que el ECU es la tercera divisa por su utilizaci¨®n, ¨¦ste representa el 4% del mercado de eurobonos y s¨®lo el 2,6% a nivel mundial.
La utilizaci¨®n del ECU, por otra parte, se extiende a las comentadas emisiones de eurobonos (obligaciones) con tipos de inter¨¦s fijo o variable, y a emisiones de certificados de dep¨®sito, pagar¨¦s italianos del Tesoro, contratos de leasing (alquiler con opci¨®n de compra), diversas transacciones comerciales y de servicios, cheques de viajes y nominaciones de d¨¦bito en cartas de cr¨¦dito.
El ECU, sin embargo, cotiza oficialmente en Mil¨¢n, Roma, Par¨ªs y Bruselas, mientras que la Rep¨²blica Federal de Alemania se opone a reconocer al ECU como divisa, ya que Bonn defiende la idea de que es un instrumento monetario que contiene componentes inflacionistas.
De todas formas, no hay que olvidar algunas ventajas de la unidad de cuenta europea. El ECU supone una diversificaci¨®n del riesgo de cambio entre las monedas que lo componen, pero los cr¨ªticos siempre recuerdan que la oscilaci¨®n de estas divisas es peque?a, en funci¨®n de las limitaciones impuestas por el Sistema Monetario Europeo (SME); que este seguro no incluye al d¨®lar estadounidense, yen japon¨¦s, franco suizo, etc¨¦tera, y la inexistencia de un seguro de cambio establecido para el ECU.
Para las empresas que salen al mercado exterior, los intereses que deben abonar por los cr¨¦ditos recibidos en ECU son elevados, aunque para los compradores de bonos las retribuciones -entre 14,24% y 10%- son bastante altas y muy competitivas incluso con las emisiones en d¨®lares norteamericanos.
Pero algunos analistas consideran que la prevista inclusi¨®n de la peseta espa?ola y del escudo portugu¨¦s (que tendr¨ªa lugar en 1989, si no surgen nuevos problemas a la hora de la ampliaci¨®n comunitaria) s¨®lo puede reflejarse negativamente en el ECU, ya que estas dos monedas son d¨¦biles e influir¨¢n a la baja en tan peculiar divisa.
Carlo Al¨ª, de Shearson Lehman / American Express, sin embargo, defiende la idea de que el ECU goza actualmente de tres claras ventajas: que los bonos emitidos en esta unidad de cuenta tienen una liquidez muy alta, que ofrece una estabilidad mayor que cualquier moneda de las que est¨¢n incluidas en ¨¦l y que est¨¢ menos amenazado por las fluctuaciones del mercado de divisas. Para I?igo Muguiro, de Merrill Lynch, la nula operatividad del ECU por parte de los inversores espa?oles viene determinada porque ¨¦stos no entienden qu¨¦ es y por qu¨¦ cotiza en tan pocos mercados.
Para los inversores espa?oles, de todas formas, hay que tener en cuenta que el ECU no est¨¢ incluido en las divisas que cotizan oficialmente, por lo que es necesario una autorizaci¨®n del Banco de Espa?a para invertir en estas emisiones. Asimismo, las emisiones de la CEE o del Banco Europeo de Inversiones se encuentran todav¨ªa fuera del alcance de los inversores, hasta que Espa?a participe en la Comunidad Econ¨®mica Europea.
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