El Ayuntamiento inicia la compra y rehabilitaci¨®n de 440 viviendas del Madrid antiguo
El Ayuntamiento de Madrid, a trav¨¦s de la Oficina de Barrios en Rehabilitaci¨®n, ha iniciado este a?o la adquisici¨®n y posterior recuperaci¨®n de 22 edificios, con un total de 440 viviendas, situados la mayor¨ªa de ellos en el barrio de Embajadores. Lo profundamente innovador de estas actuaciones, "y precisamente ah¨ª radica su eficacia, es que se hacen totalmente pegados al terreno, discutiendo casa por casa, familia por familia, las condiciones de la obra", seg¨²n declaraciones de sus responsables directos, Carlos Soto y Francisco Pol.
MadridDiversos estudios t¨¦cnicos realizados a lo largo de estos ¨²ltimos a?os permitieron conocer las cifras de una realidad humana y social escalofriante: m¨¢s de 14.000 viviendas del casco antiguo madrile?o pod¨ªan calificarse de infraviviendas, con superficies habitables de menos de 30 metros cuadrados, sin servicios higi¨¦nicos en condiciones, y habitadas en un 50% de los casos por matrimonios o por una sola persona de edad avanzada, que subsist¨ªan gracias a unas pensiones bajas, circunstancias que hac¨ªan pr¨¢cticamente imposible la realizaci¨®n de las buenas intenciones contenidas en los informes sobre la cuesti¨®n.De estas 14.000 infraviviendas, la mayor¨ªa se ubican en las 400 corralas que existen en Madrid, de las que un buen ejemplo es la corrala de Mes¨®n de Paredes, actualmente en proceso de rehabilitaci¨®n.
El proyecto piloto de la recuperaci¨®n de la denominada manzana de Cascorro sirvi¨® a los t¨¦cnicos municipales para conocer sobre el terreno las complejidades pr¨¢cticas que hay que salvar en una operaci¨®n de esta envergadura. La manzana de Cascorro est¨¢ formada por 22 edificios, que son un muestrario significativo de los diferentes reg¨ªmenes de propiedad que se dan en el Madrid antiguo.
El Ayuntamiento adquiri¨® varios de los edificios y lleg¨® a acuerdos firmes con cada uno de los propietarios de los restantes. Las obras de recuperaci¨®n de esta zona de la capital, tan conocida por ser uno de los centros vitales del Rastro, comenzar¨¢n en el plazo de un mes.
"Animados por esta experiencia, y con el apoyo total de Enrique Bardaj¨ª, gerente municipal de Urbanismo", afirma Carlos Soto, gerente de la Oficina de Barrios en Rehabilitaci¨®n, "pensamos que era necesario extender esta forma de trabajar al resto del casco antiguo madrile?o. La propia gerencia fue consciente de que un programa de rehabilitaci¨®n no puede hacerse desde una oficina central, sino que hab¨ªa que actuar pegados al propio terreno. La gerencia de urbanismo cre¨® la Oficina de Rehabilitaci¨®n, en octubre del a?o 1983, y destin¨®, para este a?o, casi '600 millones de pesetas, tanto para las subvenciones a los propietarios como a las actuaciones municipales directas".
Del tiempo de Baroja
Francisco Pol, director de la oficina, insiste en la idea fundamental de que el conocimiento exhaustivo de las condiciones sociales y econ¨®micas de cada familia, de la situaci¨®n de cada vivienda, es fundamental para el buen fin del proyecto. En estos barrios no existen baremos homog¨¦neos, ni para recoger ni para aplicar soluciones; cada vecino es un mundo y hay que llegar a acuerdos con cada uno de ellos."No hay que olvidar", a?ade Pol, "que estamos hablando de viviendas que ya eran mencionadas en estudios de los a?os veinte como insalubres, las que describe P¨ªo Baroja en sus diversas novelas sobre la vida de los barrios miserables de Madrid". Gentes, adem¨¢s, que por su edad no son capaces de organizarse y montar una din¨¢mica de contestaci¨®n en defensa de sus reivindicaciones; gentes a las que el propio Ayuntamiento tiene que impulsar y convencer de que existen formas para vivir m¨¢s dignamente.
La primera innovaci¨®n que caracteriza a esta nueva pol¨ªtica de rehabilitaci¨®n es que el Ayuntamiento decidi¨® comprar aquellos edificios que por sus caracter¨ªsticas, cercanas a la declaraci¨®n de ruina inminente, no eran susceptibles de ser rehabilitados por particulares. La segunda, que los t¨¦cnicos de la oficina celebraron conversaciones exhaustivas, "casi policiales", seg¨²n la expresi¨®n de Carlos Soto, para conocer las necesidades de cada familia y su nivel de recursos. La tercera innovaci¨®n, que las viviendas no se venden de nuevo una vez rehabilitadas, sino que quedan como propiedad municipal, de forma que, cuando sus actuales inquilinos las dejen libres por cualquier motivo, el Ayuntamiento de Madrid tenga un parque de viviendas que ofrecer a aquellos casos que resulten m¨¢s necesitados.
El fin de la especulaci¨®n
Se da adem¨¢s el hecho de que es un buen momento para sacar adelante la idea de la rehabilitaci¨®n de edificios, desde que la promulgaci¨®n del Plan Especial de la Villa de Madrid acaba de ra¨ªz con las pretensiones especulativas de buena parte de los propietarios de edificios antiguos de renta baja. Se ha pasado de incoar en los a?os setenta 750 expedientes de ruina anuales y 350 licencias de demolici¨®n a pr¨¢cticamente ninguna, salvo los casos en que el estado del edificio hace imposible cualquier posible restauraci¨®n.Una vez recopilada toda la informaci¨®n, el interior de los edificios queda reestructurado seg¨²n las necesidades reales de sus ocupantes. No todas las viviendas tendr¨¢n la misma extensi¨®n, ni, por supuesto, todos sus ocupantes tendr¨¢n que pagar lo mismo.
"Una familia puede pagar un a?o un porcentaje de lo que han costado las obras, pero si al a?o siguiente, por lo-que sea, sus ingr¨¦sos aumentan, el alquiler aumentar¨¢, y viceversa, si sus ingresos disminuyen, el alquiler se reducir¨¢", explica Francisco Pol, quien a?ade que, a mayor abundamiento, los gastos originados por la compra del edificio y las obras posteriores se mantienen en todos los casos por debajo de lo que costar¨ªa la construcci¨®n de nuevas viviendas de promoci¨®n p¨²blica.
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