El factor estrat¨¦gico, coraz¨®n del conflicto chiprota
"Nuestro principal objetivo es liberar Chipre. S¨®lo entonces ser¨¢ posible pensar en una transformaci¨®n socialista de la sociedad". La opini¨®n de Ezekias Papaioanu, secretario general del comunista Partido Progresista del Pueblo Trabajador (AKEL), el m¨¢s poderoso de la isla, muestra claramente que ante la cuesti¨®n nacional todo lo dem¨¢s, incluso las diferencias ideol¨®gicas profundas, pierde significado para los grecochipriotas. As¨ª se explican algunas alianzas aparentemente anti natura y la crisis que ha llevado al presidente, Spyros Kyprianu, a una situaci¨®n desesperada que puede forzarle a dimitir y convocar elecciones anticipadas.
Nicosia"La ra¨ªz del problema de Chipre es el imperialismo, especialmente el anglonorteamericano y el de la OTAN, que concede a la isla un enorme inter¨¦s estrat¨¦gico y desea la partici¨®n para que sus bases est¨¦n seguras", asegura Papaioanu, un viejo combatiente de las Brigadas Internacionales que no quiere morir sin volver a Espa?a, y concretamente al frente de C¨®rdoba, donde a los 28 a?os result¨® gravemente herido en una pierna y se quem¨® un brazo hasta el hueso porque no hab¨ªa agua para refrigerar las ametralladoras.Seg¨²n el l¨ªder del AKEL, partido prosovi¨¦tico que obtuvo el 32,29% de los votos en las elecciones de mayo de 1981 y 12 de los 35 esca?os del Parlamento de Nicosia, existen diferencias entre las dos comunidades, la grecochipriota y la turcochipriota, "pero pueden ser superadas con tal que cese la intervenci¨®n imperialista; es decir, que las bases sean desmanteladas y las tropas turcas que ocupan el 37% del pa¨ªs desde 1974 se retiren".
Cuando Papaioanu habla de las bases no se refiere tan s¨®lo a las brit¨¢nicas de Dhekelia y Akrotiri, recuerdo imborrable de cuando la isla fue una colonia, sino tambi¨¦n a las norteamericanas. En su opini¨®n, el aeropuerto de Lefkoniko, a punto de ser inaugurado; unas instalaciones navales cerca de Kyrenia; las monta?as de Pentadactilos y la pen¨ªnsula de Karpas, zonas todas ellas "situadas en la ilegal Rep¨²blica Turca del Norte de Chipre", sirven a los intereses estrat¨¦gicos de EE UU.
Para Vassos Lisarydes, presidente del peque?o partido socialista EDEK (8,17% de los votos y tres esca?os), el problema es, asimismo, "de ocupaci¨®n y expansionismo, y quien lo considere como un conflicto intercomunitario jam¨¢s podr¨¢ entenderlo". Como Papaioanu, cree que el aeropuerto de Lefkoniko "ser¨¢ en realidad una base norteamericana para la fuerza de despliegue r¨¢pido", y que Washington no est¨¢ dispuesto a permitir una soluci¨®n que desbarate sus planes instaurando un Chipre reunificado y no alineado. Pero, como hay que ser pragm¨¢tico, afirma que "el principal peligro es la expansi¨®n turca, ya que la base norteamericana no amenaza nuestra existencia como pa¨ªs independiente".
Glafkos Clerides est¨¢ al frente del partido Uni¨®n Democr¨¢tica (DISY), una formaci¨®n de derechas, en la que tambi¨¦n la extrema derecha tiene su hueco, y que disputa a los comunistas la supremac¨ªa pol¨ªtica. En 1981, igual¨® en esca?os a AKEL (12), aunque qued¨® ligeramente por debajo en votos populares (31,89%). Clerides, que tiene en la antesala de su despacho un cuadro de Calder y que fue presidente interinamente tras la invasi¨®n turca de la isla, en 1974, no se queda atr¨¢s a la hora de ser realista. "Ser¨ªa un error considerar que Estados Unidos puede poner en peligro sus relaciones con Turqu¨ªa para llegar en Chipre a una soluci¨®n que favorezca a los grecoprichiotas. Lo importante es saber si le interesa o no la perpetuaci¨®n del problema, pero est¨¢ claro que a la hora de la verdad lo que contar¨¢ antes que nada ser¨¢n sus propios intereses estrat¨¦gicos". Y esto lo dice un pol¨ªtico considerado, casi un¨¢nimemente, como el principal pe¨®n norteamericano en la isla, conocida, no sin raz¨®n, como el portaviones del Mediterr¨¢neo.
Las grandes potencias
Como miembro del Gobierno, Constantino Michaelides, ministro de la Presidencia, es m¨¢s prudente a la hora de hablar de las influencias exteriores en el conflicto chipriota, pero no puede por menos de se?alar que "los intereses en la regi¨®n est¨¢n prefijados por las grandes potencias". Inmediatamente, recuerda que la OTAN controla las fuerzas armadas de Turqu¨ªa y que fue con armas norteamericanas con las que las tropas de Ankara lanzaron en 1974 su llamada operaci¨®n de paz, que culmin¨® con la divisi¨®n de la isla. Michaelides -que tambi¨¦n tiene en su despacho un cuadro de un artista espa?ol, en este caso un Mir¨®- se niega a comparar la actitud de Grecia y Turqu¨ªa, pa¨ªses ambos garantes de la independencia chipriota, junto al Reino Unido. "No es Grecia la que invadi¨® la isla y la que ocupa el 37%, de su territorio", dice.El factor estrat¨¦gico est¨¢, por tanto, en el coraz¨®n del conflicto. Aunque Atenas y los grecochipriotas (que representan el 82% de la poblaci¨®n de la isla y ocupan menos de dos tercios del territorio) reivindican su historia griega -ya que no la Enosis, o uni¨®n con la Madre Patria- lo cierto es que la geograf¨ªa explica muchas cosas; no justifica las agresiones, pero s¨ª ayuda a comprender los hechos consumados. Chipre est¨¢ en medio del Mediterr¨¢neo oriental, a 200 kil¨®metros de Beirut y Damasco, a 65 de Turqu¨ªa, y a m¨¢s de 300 de la primera isla griega.
Para los grecochipriotas parece descartada otra soluci¨®n que la negociada. Ser¨ªa absurdo pensar en una operaci¨®n de reconquista. Por eso, aunque Rauf Denktash, el l¨ªder de la autoproclamada Rep¨²blica Turca de Chipre del Norte, reconocida s¨®lo por Turqu¨ªa, les d¨¦ con frecuencia con la puerta en las narices, no quieren romper el di¨¢logo y, por lo mismo cuando el presidente Spyros Kyprianu rompi¨® la baraja en la reuni¨®n de alto nivel celebrada el 17 de enero en Nueva York, bajo los auspicios del secretario general de la ONU, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, los dos principales partidos, extremos del arco pol¨ªtico parlamentario, se subieron por las paredes.
El resultado es que Kyprianu est¨¢ contra las cuerdas, resisti¨¦ndose a dimitir con todos los medios a su alcance, pero con s¨®lo una de las dos posibles legitimidades democr¨¢ticas: la de su elecci¨®n como presidente por sufragio universal, en 1983, gracias, por cierto, a los votos comunistas. En el Parlamento est¨¢ en minor¨ªa. Ya el 22 de febrero fue condenado por, 23 de los 35 diputados. El pr¨®ximo jueves, lo que entonces fue resoluci¨®n puede convertirse en una decisi¨®n, con car¨¢cter de ley, y s¨®lo el Tribunal Supremo, que decidir¨¢ sobre la constitucionalidad del acuerdo, podr¨¢ salvarle, seg¨²n AKEL.
Los ¨²nicos apoyos de Kyprianu son el de su propio partido, el centrista DIKO (19,50% de los votos y ocho esca?os) y el del socialista EDEK, este ¨²ltimo muy matizado por cuanto Lisarydes no se uni¨® a las otras formaciones pol¨ªticas en su respaldo a la reuni¨®n de Nueva York. "No exist¨ªan expectativas razonables de ¨¦xito", asegura, "ni siquiera hab¨ªa un acuerdo y no era cuesti¨®n de firmar una simple agenda que, adem¨¢s, recog¨ªa muchas de las posiciones turcas. En definitiva, Denktash actu¨® en esta ocasi¨®n, como siempre, igual que un t¨ªtere de Ankara".
En minor¨ªa
Lisarydes cree ver una relaci¨®n directa entre la actual posici¨®n de los comunistas y su ruptura con Kiprianu para aplicar un programa m¨ªnimo de Gobierno, y se?ala un hecho cierto: "Con la actual distribuci¨®n de fuerzas en Chipre, aunque haya nuevas elecciones presidenciales, el futuro jefe del Estado estar¨¢ tambi¨¦n en minor¨ªa en el Parlamento". El dirigente del EDEK, partido pr¨®ximo al PASOK del primer ministro griego, Andreas Papandreu, no descarta que los comunistas busquen, simplemente, forzar a Kyprianu a que restablezca su alianza.
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